Bernard Bouts. Pintor y marino

Crónica de Eduardo Vernazza

Suplemento dominical del Diario El Día

Año XXVIII Nº 1385 (Montevideo, 2 de agosto de 1959)

En el "Andariego", un barco velero de su propiedad, navega un pintor nacido en 1909 en Versalles. Amante de la vida cruda del mar, xxx la vocación pictórica, y ese otro anhelo de distancias inciertas, que parece evocarnos siempre el sueño del marino. Pero aunque en 1926 Bouts abraza decididamente la carrera artística, llega un momento  en que ambas ambiciones comulgan y equilibran un espíritu ansioso de horizontes. Navega, pues, para pintar, y llegarse a distintos pueblos  y tomar de ellos los motivos pintorescos para sus cuadros. Nacido en Francia, ha vivido en la Argentina y sus obras tienen también mucho y como base, escenas tomadas en Brasil, Perú y Bolivia.

Es original la iniciación y desarrollo artístico de este raro pintor, que a partir de 1929 trabajó y estudió durante diez años con el filósofo y escultor Henri Charlier. En 1941 deja Europa y es cuando viaja al Río de la Plata en busca de paz y ambiente libre para su espíritu. En Buenos Aires es Profesor de Filosofía e Historia del Arte, en el Instituto Francés de Estudios Superiores. Pinta algunos frescos en las iglesias y presenta su primera exposición, tomando ya en 1951, parte en la Bienal de San Pablo. Buenos Aires, Brasil, Francia y Estados Unidos, conocen sus obras, las que logran destacarse por su simplicidad y originalidad, por su verba puro y la visión decorativa. Sigue, pues, su vida de viajes exponiendo sus cuadros que, en los nombrados países y otros, despiertan ya admiración, llegando en 1956 a exhibir en Río. donde expuso sus pinturas en la Embajada de Francia y el pasado año tuvo su gran éxito en Nueva York, presentando 28 obras en Wilderstein. En el Uruguay preparó su última muestra en una choza de nuestra costa, hasta donde lo trajo su "Andariego”. Allí halló un lugar ideal para trabajar.
♦
“Mi esfuerzo radica en encontrar una calidad especial de formas y de colores, en un ritmo libre", dice el artista. Y no  se halla equivocado, al calibrar su concepto, ya que al decir luego que “El arte plástico tiene que ser Decorativo", afirma una condición determinante en su pintura, pues ella se aviene precisamente a tal carácter, discutible desde luego, en una afirmación total. Lo primordial en la pintura de Bouts, es su simplicidad expuesta en el motivo y en la forma de tratarlo.

Existe una sincronizada estilización en los personajes, a los que adapta dentro de sus especiales formas a una manera sugestiva, que se acompaña de elementos a una composición generalmente sin trabas y lejos de una rítmica cerradamente geométrica. Sin embargo, hay un orden determinado por líneas curvas generalmente, y líneas auxiliares, que conforman el detalle o el adorno animando, las vestimentas, o loa fondos, que muchas veces incluyen elementos del lugar. “Las formas más conocidas y familiares nos permiten estimar e| valor de nuestra búsqueda artística. Es por ello que prefiero la pintura figurativa", repite Boust, y aunque dé a sus personajes una elástica visión natural, éstos nunca se apartan de la realidad en su ubicación, pero como todo pintor que busca la evasión hacia el ideal formado, cobran, al llevarlas al lienzo, una vida espiritual que se ayuda con el colorido, rico en ligeros matices o simple y en pocas tintas, pero siempre expresivo.

Ir a índice de crónica

Ir a índice de Eduardo Vernazza

Ir a página inicio

Ir a índice de autores