XXX Salón Nacional de Bellas Artes

Pintura

Crónica de Eduardo Vernazza

Suplemento dominical del Diario El Día

Año XXX Nº 1756 (Montevideo, 11 de setiembre de 1966)

Título: Amanecer (Gran Premio) XXX Salón Nacional de Bellas Artes
Artista: Jorge Damiani
Técnica: Medios combinados
Medidas: 170 x 150 cm
Realizado: 1966
Ubicación: Museo Nacional de Artes Visuales

INSISTIMOS en que va predominando en las exposiciones colectivas como el presente Salón Nacional de Bellas Artes, una individualidad que deja atrás, los lineamentos que encerraban la ubicación que ciertos maestros pregonaron en el avance de la pintura moderna.

Si las influencias siguen desde luego, contagiando en parte el hacer de los pintores nacionales, como por otra parte pasa en el mundo entero, el hecho de que la dispersión en cuanto a las técnicas y teorías, mantengan una variedad sumamente movible, nos lleva a pensar que se puede volver a la expresión sensible y personal, sin entrar a prestigiar tal o cual Escuela, como sucedía en un pasado no lejano, que se concebía la obra de arte de acuerdo a lo que se realizaba en los grupos más extremos que dirigían así todo este ambular de la nueva y cada día más intrincada problemática, a que se sometía la concepción actual.

Como están planteadas las cosas, parecería sugerirse que depende de cada artista el expresarse con la técnica y aditamentos que crea conveniente, o que sienta para su realización plena. Sin mantenerse vinculado a determinada obsesión de tal o cual forma impuesta.

Naturalmente que en la actualidad, este manejo de los acontecimientos, promueve todavía una insegura fluctuación, que hace que el Salón, observado en total, aparezca más que nunca abarrotado y barroco en muchos aspectos del carácter informal de sus cultores. Pero aún así, nuestro concepto de que una libertad que se desprende totalmente, o que va en camino de ello, de acuerdo a ciertas dominantes que prevalecieron en pasadas muestras, modifican el aspecto fundamental del certamen y se suman a aquella versión consignada en la primera impresión recibida.

Pintores como Damiani (Gran Premio), que prosiguen la sutileza y definición de una técnica que fueron perfeccionando, luego de intentarla en muchos experimentos. El hallar la forma expresiva, de acuerdo al temario, sea este naturalista o abstracto, es en tal artista, la culminación con la celebrada distinción.

La combinación compositiva de espacios y elementos, así como ciertas fórmulas surrealistas, vierten en los cuadros de Damiani una suerte de sugerencias afines con el encuentro de su técnica. Si hasta no hace mucho era pastosa y hasta seca, ahora es liviana, finamente tratada y con variantes de grafismos dentro de experimentaciones sutiles, que llevan a sus modulaciones nacientes, a un estado intelectual de interpretación de pesadilla. Su tela en rojo es más sencilla, más abierta a la escritura pictórica. Contrasta totalmente Solari (1er. premio) que se maneja en el "Collage” dentro de una gama gris opaca, y ciertos toques de color para animarla. Los personajes, dentro de formas reales mantienen esa fantasía que sabe imprimirles el artista. dentro de un poema que roza una irónica y diabólica semblanza temática. Así como en Damiani produce cierta conexión con el inconsciente en Solari es fruto de una imaginación frondosa y apegada ciertamente a un tema, seguido y perseguido con tenacidad inquebrantable, por medio de todas las técnicas; ya sea dibujo, grabado, litografía y pintura “collage". La efervescencia de Vila en su movible y circulante, como dinámica de tromba (3er. premio), dice de otra faceta de estas expresiones, alteradas por nuevas vertientes En Montani, por ejemplo, se hace lo informal grotesco, y si logra en algunos trozos como el de la mano, magnifico resultado colorista y sugestivo, ese casual impetuoso, que hace que desee combinar lo gráfico e insustancial, con aquella superior instancia, produce una variante negativa al quebrar la armonía de una colorista riqueza por una violenta conexión “informar".

Por otra parte, y en otro fuerte contraste, se hallan los trabajos de Costigliolo y María Freire, encajados en pintura de efecto óptico. Uno con rectas, y otro con circulares ritmos, en los cuales el blanco y negro predominan.

Desprendido de tal violencia movible. Lombardo mantiene unidad entre los espacios y las figuras de sus obras. Un colorido por demás vivas, y matizado en una ejecución no siempre pareja, desenvuélvese su ya conocida composición sin llegar empero a una más aguda síntesis, profunda en el tono, que le conocimos anteriormente, sino que la presente, aparece más superficial y efectista (Premio Bco. República).

Otras ejemplos de fórmulas adoptadas para interpretar serie de temas, es la de Motta (“Premio Shell"), con sus calles o pequeños caseríos. Esa armonía ocre, a la cual puede el pintor tratar con empaste o con materia ligera está incidiendo en el individualismo de su motivo, sin acusar variantes que agreguen y extiendan la escala de recursos, que se espera de sus conocimientos. Hasta el Salón pasado, De Cola sostenía una realidad llevada con síntesis abstracta, que en su presente obra, culmina totalmente, y sin llegar a superar en absoluto su anterior envio. En cambio, la figuración de Solano Gorga, va emergiendo de su espacio abstracto, y como antes sus “Barcas", son objeto de una sensible captación interior.

Muy cargado encontramos a Siniscalchi, en el querer matizar y variar la tonalidad. Más definido en sus pasadas telas, más estructuradas, éstas van cobrando el peligro de deshacerse, como antes lo hiciera el impresionismo extremo. ..

Capozzoli trabaja las texturas en relieve, con un desecamiento a tono con el motivo, que roza caracteres metafísicos. Pintores como Traversa y María R. de Ferrari, prosiguen experimentando en interpretaciones rítmicas o abstractas, en calidades y coloridos de especial riqueza, así como la naturaleza muerta de Gesto, promueve estudio compositivo. Otra faceta individual es la de Nemes, pintor que en este cuadro supera los de su reciente muestra, caricaturizando un personaje pantagruélico, que está limitado por fina gama de blancos y grises.

Un extremo lo constituye N. Ramos con un enorme cuadro, en el cual no sale de un efecto “afichesco", ya que espaciosos lugares, y aún su grafismo, mantiene una tesitura de extremada síntesis y de fría condición calculada al efecto. En cuanto al naturalismo, lo representa en el 2º premio Amézaga con su paisaje lluvioso; cuadro que como su otro envio, no alcanza a la mejor época del pintor, aun cuando apreciemos sensibles relieves en su capacidad colorífica y expresiva.

Un amplio paisaje de Widmann, en técnica pastosa y de corta pincelada trae nuevamente los viejos lugares de pueblos característicos de Europa; y Dutra reaparece en este Salón, después de muchos años de ausencia, con dos paisajes muy suyos, de extensos campos cultivados y buscando la atmósfera que siempre le llamó en su luminosa realización. Un paisaje de Badetto bien ambientado y dinámico en su ejecución, manteniendo Kabregú, en una notas empastadas, sus ricos tonos ocres a la espátula. Destacamos una figura de Alamón, y otra bien tratada de Leites, que junto a Giaudrone sostienen la temática de un género expresivo limitado, pero sensible. Tokarz ha evolucionado hacia una abstracción que cabe en su motivo, así como los blancos de Orxuy, y el trabajo de Riberio (hijo); sobrio y de paleta baja. Buenos tonos se aprecian en la parte inferior de la "Naturaleza Muerta" de Vicens y la figura de Arena bien estudiada, como el paisaje de Meisner, más a tono con el colorido ágil.

Muy apegada a la técnica de De Simone, permanece Turrelles, aun cuando logre buen resultado, y Volpe, insistiendo en sus obras de colorido intenso, trata otra de sus Naturalezas, con incisivos rojos, que contrasta con las de Tedeschi y Escander. Prosigue Feldman su búsqueda en la síntesis de los personajes de sus temas, que ya apuntaran en otros cuadros. Más en dimensión, éstos se mueven con mayor justeza y abstraen en la composición, espacios más entonados y marcados en el dibujo. Marchand sigue con su serie de Puertos, así como Gurewisch, dentro de la simplicidad de recursos que desea volcar, para dar a los espacios, la tónica del contraste con los elementos. De Vita (premio Cámara de Senadores) en un motivo de calle, grisáceo, hace abuso del blanco, quebrando la unidad del tono. Muy acertada la acuarela de Picarelli, movida en el trazo y colorista (premio Cámara de Senadores) así como los matices de Olivetti, conforman un trabajo interesante. Las Playas de A. González, tratadas a grandes rasgos, sostienen la experiencia del artista, sin llegar, empero a una fuerte realización, ya que se mantiene en una forma superficial y apuntada, pero sin acusar el carácter peculiar en él (Premio Esso). Otras fórmulas se desprenden de las obras, como ser de Jorge Páez y Rolandi, que se mueven en un ambiente de expresionismo informal. En el cual no llegan, incluso, a fortificar sus anteriores obras dentro de tales teorías, por repetirse casi vagamente en el motivo, agrandando este defecto por la dimensión de su cuadro. Berdia no está representado tampoco en toda su estructurada composición. Los cuadros expuestos radican una débil concepción, que mucho supera otra obra del artista. Las texturas de Burghi mantiene el “collage", dentro de una limpieza ejemplar aun cuando no contemos con la calidad de expresión fuerte y de humana fantasía de Solari.

Denry Torres (Premio Comité Israelita), continúa su serie de estructuras ocres en las que sugiere dentro de una entonación acorde a los lineamientos de su composición; motivos que tienen en el naturalismo un principio eficaz para su desarrollo ulterior. Puppo (Premio Artistas Extranjeros), se manifiesta en una escritura pictórica simple y colorista.

Para finalizar, debemos destacar que este año, el abarrotamiento de obras fustiga la visual, y la escultura por lo demás amontonada, sobre todo en el sector final de la muestra, molesta totalmente, sin poderse apreciar ni una expresión ni otra.

Este problema del espacio en el Salón es necesario estudiarlo a fondo. El local va resultando pequeño, para albergar la creciente demanda de las obras aceptadas.

Crónica de Eduardo Vernazza

(Especial para EL DIA)

Suplemento dominical del Diario El Día

Año XXX Nº 1756 (Montevideo, 11 de setiembre de 1966)

Gentileza de Biblioteca digital de autores uruguayos de Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación

Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República)

 

Ver, además:

 

                     Eduardo Vernazza en Letras Uruguay

 

                                                                        Dennis David Doty en Letras Uruguay

 

Catálogo pinturas y dibujos del artista de Uruguay Eduardo Vernazza por el cineasta Dennis Doty (Irlanda/Estados Unidos)

 

Editor de Letras Uruguay: Carlos Echinope Arce   

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