Personajes del Mercado del Puerto |
El Trío Los Mensajeros Del Sur |
Continuamos la sección destinada a narrar historias y describir personajes del Mercado del Puerto, refiriéndonos esta vez a un conjunto musical que alegra los mediodías del Mercado. Como todo entorno ciudadano que congrega gente, los mercados de productos alimenticios suelen ser un emporio de situaciones y actividades donde se conjugan el trabajo, el comercio, el arte y la gastronomía. La rica historia del lugar amerita poner el ojo en algunos de sus personajes habituales, de esos que por tenerlos delante no reparamos en ellos. Pero que, una vez enfocados, investigados y preguntados, se convierten en mojones y referencias casi ineludibles. Entre ellos resaltan artistas del pincel, músicos que templan sus guitarras y sus voces, artesanos que exhiben el producto de sus manos y anticuarios que dan brillo y acomodo a antiguos objetos sobre mesas improvisadas. Pero también interesan los comerciantes que apuestan desde hace años por el desarrollo del lugar y los clientes habituales de almuerzos y copas, de parrillas y restaurantes y otras tantas tradiciones que existieron y que apenas quedan, pero que es bueno que se mantengan porque forman parte de nuestra identidad. Hay dos maneras de acercarse a los personajes del mercado. Una, desde el punto de vista de los que trabajan en él, es decir los de presencia cotidiana. Y otra reparar en los que vienen de afuera pero que complementan el entorno pintoresco y terminan por ser referentes para visitantes y turistas. ¿Quién no ha visto alguna vez y ha tenido la suerte de escuchar a este singular trío que puede funcionar también como dúo. |
EL
TRÍO LOS MENSAJEROS DEL SUR El Lalá, el Ñato Farias y el Boca son tres personajes del Mercado. Lo son en forma individual y también bajo la forma del trío musical que integran. Ruben Giudice, conocido por Lalá porque tarareaba mucho de niño, nació en el montevideano barrio de Savago de donde pasó a residir en Las Piedras y La Paz. A los 15 años empezó a transitar por la música, pasando a integrar el cuarteto Los Paceños, donde interpretaba el bombo. Tras que el conjunto ganara un segundo premio en un certamen folclórico, vino la disgregación. Ruben, entonces, decidió formar un dúo con Miguel Núñez bajo la denominación de LOS CHASQUES DEL SUR. Siempre tuvo predilección por la figura del chasque, el mensajero, el que llevaba las noticias a través de las dilatadas distancias del imperio incaico. Y luego sintió admiración por los esforzados chasques de la patria gaucha, que llevaron los mensajes al galope, para luego quedarse mateando y musiqueando alrededor del fuego. El dúo actuó en Montevideo en boliches nocturnos, muchos de los cuales ya han cerrado sus puertas: TIEMPOS VIEJOS, PORTOFINO y PARADOR DEL CERRO, entre una larga lista. Hicieron vanas giras por el interior, hasta el punto de recorrer 18 departamentos, solo les faltó Artigas. Respecto a su amiga de siempre, su inseparable guitarra, la aprendió a tocar "obligado por la vida", cuando el guitarrista que los acompañaba empezó a faltar. Entonces el Lalá decidió aprender por si mismo, en realidad aprendió de buenos amigos ocasionales, los guitarristas anónimos que iban de boliche en boliche, especialmente en aquella época en que la vida nocturna era rica y diversa. El dúo LOS CHASQUES DEL SUR vino al Mercado del puerto a fines de la década del 70, hace ya de esto 27 años para quedarse. Hace unos años, cuando la vida disolvió el dúo, le propuso al Ñato Farías y al Boca formar un trío con el mismo aunque distinto nombre: LOS MENSAJEROS DEL SUR. De día se los ve en el Mercado del Puerto de tarde y de noche prosiguen su gira de música y canto con la guitarra a cuestas, animando fiestas en embajadas, banquetes en restaurantes y casas de familia, despedidas, casamientos, fiestas privadas y en clubes como el Lawn Tennis. Y también en fiestas en Piriápolis y Punta del Este. Los temas que más les solicitan son los de Horacio Guaraní, Los Olimareños y los Zucará. A veces, en el vuelo de la imaginación componen alguna canción que surge espontánea en el calor de las interpretaciones. Entonces la guitarra cobra vida propia y llegan la música y letras propias. Pero no las registran, simplemente las interpretan y quedan en la memoria hasta la próxima reunión. El otro miembro, Sydney Etchechuri, más conocido por el Ñato Farias, es un trinitario de ley. Tanto le gustaba la música de niño que consiguió su primera guitarra ordeñando vacas en un tambo, antes de venirse a Montevideo. Apenas llegado, poco más que adolescente, empezó a cantar en bares y boliches, especialmente en La Casita, la Peña de Carlos Gardel, Teluria y el Templo del Whisky. Siempre recuerda como providencial el encuentro casual que tuvo con el Ñato Páez, con quién trabajó durante dos años y de quien aprendió sobre la magia y el arte de la guitarra. También aprendió con Marenco Mieres y con Saúl, de quien no recuerda el apellido. Hace ya 14 años que vino para el Mercado del Puerto, donde empezó cantando en los boliches de afuera, en el ULFE, muy concurrido por los estibadores, que fue donde conoció al Ñato Páez (entre Ñatos andaba la cosa). Y también cantó, antes de integrarse al Trío LOS MENSAJEROS DEL SUR, entre los mostradores del legendario EL PERRO QUE FUMA, que esta por cumplir 100 años. La canción que más le agrada es A mi gente. Y una que resulta una fija infaltable: el tango Vieja Viola, que gusta a jóvenes y a veteranos. Como tercer miembro del trío musical tenemos al "Boca" Gerardo Cesar Calvo Carabajal, que ingresa a la música por intermedio de su padre quien tocaba profesionalmente en radios y peñas de la ciudad. Luego de incursionar por radios y programas de televisión, el "Boca", llega al Mercado del Puerto, en el año 1986 con un dúo en circunstancias que el otro integrante tuviera que marcharse del país. Dentro de su historial musical, cuenta con orgullo haber acompañado con su guitarra, al "Sabalero" José Carbajal. Unas de sus mayores alegrías de vida, la vivió actuando en el Mercado del Puerto, entre acordes de guitarras, recibe la noticia que se había convertido en papá. Todos los días recorre con su guitarra junto a sus otros compañeros, satisfechos de haber convenido el gusto por la música, en sustento para el y su familia. Ellos son el "Lalá", el "Ñato" y el "Boca" que durante horas entretienen a clientes, ávidos del buen comer y buena música, tres personajes del Mercado del Puerto, con sus historias a cuestas. |
Juan
Antonio Varese
Revista Raíces - Los barrios y su gente - Nº 46
Agosto 2004
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