Personajes del Mercado del Puerto |
Griselda Leal Rovira |
Hemos
comenzado una sección destinada a narrar historias y describir personajes
del Mercado del Puerto. Como todo entorno ciudadano que congrega gente,
los mercados de productos alimenticios suelen ser un emporio de
situaciones y actividades donde se entremezclan el trabajo, el comercio,
el arte y la gastronomía. La
rica historia mercatina amerita poner el ojo en algunos de sus personajes
habituales, de esos que por tenerlos delante no reparamos en ellos. Pero
que, una vez enfocados, investigados y preguntados, se convierten en
mojones y referencias del lugar. Entre
ellos resaltan artistas del pincel, músicos que templan sus guitarras y
sus voces, artesanos que exhiben el producto de sus manos y anticuarios
que dan brillo y acomodo a antiguos objetos sobre mesas improvisadas. Pero
también interesan los comerciantes que apuestan desde hace años por el
desarrollo de este centro turístico tan especial y los clientes
habituales de almuerzos y copas, de parrillas y restaurantes, de
"finitos '' y pescados a la plancha y otras tantas tradiciones que
existieron y que apenas quedan, pero que es bueno que se mantengan porque
forman parte de nuestra identidad. Hay
dos maneras de acercarse a los personajes del mercado. Una. desde el punto
de vista de los que trabajan en él, es decir los de presencia
cotidiana. Otra es reparar en los que vienen de afuera pero que
complementan el entorno pintoresco y terminan por significar
una referencia para los visitantes y turistas. Hoy
vamos a hablar de una artista uruguaya que pone la nota tradicionalista o
gauchesca en el Mercado. Tanto sus telas negras pintadas con acrílico
blanco o sus cuadros con motivos de la Colonia alternan en la vasta
colección que despliega como una bandera extendida frente a los
restaurantes, hacen la delicia de los comensales y turistas. Especialmente
de estos últimos, que merced al desarrollo turístico están llegando de
todas partes del mundo. Y muchas veces con ganas de saber de nuestras
cosas, de nuestros personajes y costumbres... Nos referimos a Griselda Leal Rovira |
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Fragmento de un cuadro |
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Fragmento de un cuadro |
Griselda Leal Rovira |
Griselda
nació en Colonia del Sacramento, donde comenzó sus primeras armas en el
camino del arte. Después de cursar Preparatorios de Arquitectura colaboró
con el Arq. Miguel Odriozola, uno de los pilares de las obras de
restauración de la Colonia que terminaron por reconocerle el carácter de
Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. Tres
años en la Escuela de Bellas Artes dejaron su huella, así como también
el curso de caricatura y los años en el taller de Dardo Ingold. La
necesidad de comunicación la encaminó a encarar programas periodísticos
en las radios Panamericana, Nacional, El Espectador, Universal, Imparcial
y Radio Oriental. Un paso más allá fueron los culturales en televisión
(Canal 6 de la Costa y Canal 3 de Colonia). Griselda
se define como una uruguaya típica. Durante muchos años canalizó su
pintura en exposiciones en Colonia del Sacramento: Bastión del Carmen,
Casagrande y el Hotel Plaza Mayor. En Durazno expuso en el local de AEBU,
en Piriápolis en La Pasiva, en Punta del Este en el edificio Lafayette, y
en Montevideo en la sede del LATU (Cotal 97, salón de AFE, el Cabildo y
Club Colonia). Su
temática es doble: por un lado pinta chinas y gauchos. Principalmente las
chinas del campo, esforzadas mujeres de la vida rural, siempre olvidadas
en las reivindicaciones sociales. Y los pinta en el momento de tomar mate,
uno de sus instantes más auténticos. Como que los capta en el momento
del encuentro consigo mismos. "Tomar
mate es cuando la persona dialoga consigo misma. Es como tomarlas en un
momento de intimidad, cuando están proseando con ellas mismas",
razona Griselda. Esta
temática es indefectiblemente preferida por los turistas que visitan el
mercado y que quieren llevarse algo "nuestro". No obstante su
modestia son muchas las exposiciones llevadas a cabo en el exterior del país:
en Mendoza (Argentina), en La Habana (Cuba), en la Cámara de Vareadores
de Porto Alegre (Brasil) y en Asunción del Paraguay. La
otra temática son edificios representativos de Colonia, de la vieja
Colonia de su infancia cuando jugaba en las callecitas de la ciudad
colonial. Griselda no olvida sus orígenes colonienses que provienen por
parte de madre de familia casi portuguesa casi fundadora, que se remonta
al 1700. Las anécdotas escuchadas de niña cada tanto afloran en la
conciencia y la llevan a tomar el pincel. Son cuadros coloreados con
personajes que resaltan sobre los edificios. Desde hace dos años largos
que llegó al Mercado del Puerto. Atrapada por el ambiente pintoresco y el
vital contacto con el público buscó un nicho desde donde exhibir su arte
y su pintura. Hoy
ya es una figura cotidiana. Su relación con los turistas es de
intercambio. El visitante europeo no solo compra
alguna tela que representa un gaucho o una tela en el acto
sagrado de tomar mate, sino que se interesa por las costumbres del país
y le formula muchas preguntas. La
artista, entonces, se retroalimenta del entusiasmo y la curiosidad del
visitante, creciendo en la oportunidad de explicar como somos y de enseñar
nuestra idiosincrasia. Es muy gratificante, resume Gr¡selda, venderle a un turista extranjero varias telas, muchas veces en el mismo día. Pero se siente mucho más feliz y lograda cuando un humilde turista del interior del país, se va contento con el "gauchito" que compró con sacrificio, para llevarlo de recuerdo a su pago. |
Juan
Antonio Varese
Revista Raíces - Los barrios y su gente
Abril 2004
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