Ilusión |
Solo el filo de la muerte en otro Carnaval, el hombre había de olvidar el enigma propuesto por el viejo titiritero, aquella noche de copas y confidencias. Recuerdo la noche que, la casualidad nos reunió en torno de aquella mesa. Era muy tarde y sobre nuestro ánimo pesaba el cansancio de un largo día de fiesta y jarana, tal vez por ello nadie rebatía a aquel charlatán, que indudablemente, había encontrado ocasión propicia para contar aquellas historias, tan irreales, tan disparatadas que, escuchábamos estoicamente en silencio; acaso asintiendo con leves movimientos de cabeza, pero sabiendo que sus relatos eran más fantasías que confidencias. Aquellas historias de fama, de teatros llenos de espectadores que aplaudían con entusiasmo sus actuaciones, de coloridos afiches con su nombre destacado, de sus viajes alrededor del mundo, sus mujeres, su gran amor y la tragedia final. Eran cosas que el viejo contaba para disfrutar de una ilusión propia, o de un engaño ajeno. No sé porqué lo recuerdo hoy, tal vez porque estoy solo, es de noche y llueve; el caso es que nunca más habíamos hablado del viejo y sus locuras, nunca más lo volvimos a ver, pero si tuviera que definirlo, seguramente diría que no mentía para engañarnos, sino que lo hacía para engañarse a sí mismo, vistiendo de oropeles su fracasada vida de artista. |
Pablo Valdez
De
"Voces en viaje"
Taller Literario Aníbal Sampayo
Casa De Cultura - Intendencia De Paysandú – Uruguay
Coordinadora y compiladora de los textos María del Carmen Borda
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