Nuestro "Teatro Larrañaga" |
Las obras de restauración
y reformas de nuestro viejo y querido Coliseo ya se han iniciado, y con
ellas una noble y acariciadora esperanza de resurrección de sus glorias
pasadas, anima al corazón de nuestra ciudad que tanto ama a esta
maravilla del arte arquitectónico y que tan alta y prestigiosa tradición
artística guarda de nuestro Salto de ayer. Después
de más de un cuarto de siglo de silencio, de incuria y de ruina, nuestra
primera sala de espectáculos ha de renacer pujante y espléndida
nuevamente a la vida del arte escénico y desde su escenario han de
reeditarse
los magníficos espectáculos que allá en las lejanas noches del
pasado, elevaron a nuestros espíritus y fortalecieron a nuestras mentes
con la intensa emoción de una tragedia de Shakespeare, de un drama de
Ibsen, de una comedia de nuestro gran Florencio o de un drama lírico,
una ópera bufa o una zarzuela llena de gracia y de color, con música de
Breton o de Chapi. Pensar
que nuestro Teatro —por intereses subalternos de Empresarios judíos,
a los cuales no convenía para sus negocios de Sylock, que esta sala
funcionara y de encargados solapados y rapaces y de almas obscuras para la
comprensión de la misión cultural que se irradia desde un palco escénico—
ha permanecido este, más veinticinco
años clausurado y en ruinas y que por esta causa existan en esta ciudad
personas que nunca hayan visto y se hayan deleitado con un espectáculo
teatral, causa sorpresa e indignación, sorpresa al extranjero que
desconoce el asunto, indignación y repudio a los salteños que por estos
malos individuos tienen que sufrir esta amarga afrenta. Hoy
hombres animosos y respetuosos a la cultura, después de vencer grandes
dificultades han llegado a culminar, dando cima a los anhelos y deseos de
los viejos salteños de que el Larrañaga vuelva a ser otra vez nuestra
primera sala de espectáculos. De
las reformas a introducirse en este rejuvenecimiento del Larrañaga,
mucho se ha hablado, opinado y criticado, hay quienes censuran acremente,
contemplando el plano de su frente, expuesto al público, el cierre de
las dos escaleras laterales de su frente afirmando la crítica, de que un
Teatro, cuántas más salidas tenga éste para el descongestionamiento del
público, está en mejores condiciones para cualquier caso fortuito
—también se critica apasionadamente al injerto de boletería que se le
ha planeado y que en nada acompaña en sus líneas a la de la hermosa
arquitectura gre-romana del edificio, el público afirma de que esta
boletería es digna de un Club de Football o de un Ring de Box, nunca
para figurar al lado del frente del Teatro Larrañaga, también se asegura
que las líneas, de la baranda o pretil de las escaleras de ambos lados
son ajenas, también a las que dominan el frente. Nosotros
nada opinamos en este asunto, por que nada sabemos de arquitectura, pero sí,
confiamos en los técnicos que efectúan estos trabajos y en la Honorable Comisión del Teatro, estos y esta no han de
arriesgar su prestigio en pos de la conquista del ridículo por la
consagración de un adefecio. Ahora
de acuerdo a los datos que he podido obtener, hagamos un poco de historia
y digamos como y cuando se fundó nuestro querido Larrañaga. El
día 12 de Julio del año 1880, el entonces Jefe Político, Don Teófilo
Córdoba, convocó una reunión en el salón de la Jefatura, a un núcleo
de caracterizados vecinos y les expuso el motivo de la reunión, que era
"la necesidad y el deseo de todos", de que nuestra ciudad
contara
con un Teatro. Ese
mismo día se repartieron entre los asistentes, acciones de cien pesos oro
de valor, y se constituyó la primera Comisión encargada de llevar
adelante los trabajos, recayendo los cargos en la siguiente forma:
Presidente,
Coronel Teófilo Córdoba; Vice-Presidente, Nicolás Orcasitas;
Tesorero, Ramón Abascal y Secretario, Leopoldo Arteaga. Las
primeras acciones fueron colocadas entre los firmantes del acta, y estos,
eran los señores José Comas, Celestino Selgas, R. A. Wilkinson, José Da
Cruz, Eduardo Morice, L. López Jauregui, Alberto Montaldo, Carlos
Garrasino, Rogelio Avellanal, Rudecindo Márquez, Juan Kemslley, Andrés
Sanguinetti, Ricardo Williams, Nicolás Viacava, Domingo Fernández,
Alberto Maldonado, Pastora Forteza de Quiroga, Nicolás Granada, Martín
Castro, Juan B. Elizalde, Antonio Rocca, Bartolomé Caballero, Leonardo
Castro y Anselmo Dupont. Fue
tan empeñosa la colocación de las acciones, que entre la ciudad y campaña
donde se habían nombrado Comisiones en poco menos de quince días habían
suscripto a estas por la suma de $ 14.800. Se
compró el terreno y el constructor Sr. Luis Guggeri, ganador de la
propuesta de albañilería por la cantidad de $ 23.500, empezó las
obras, según los planos del Ingeniero Inglés, Sr. Roberto Alfredo
Wilkinson, Ingeniero venido de Inglaterra expresamente para intervenir en
la construcción de la Estación del Ferro-Carril Central de Montevideo,
y más tarde al servicio del Ferro-Carril Noroeste. Un
entusiasmo y una energía no acostumbrada presidió los actos de la Comisión
que no vaciló en demandar ejecutivamente, trabando embargos de bienes a
los suscriptores de acciones que habían caído en mora. Esto
produjo algunos resentimientos e incidentes desagradables, pero fue una
saludable advertencia para muchos. El
mismo celo se hacía sentir sobre las construcciones y demás
empresarios de las obras. El
día 6 de Octubre de 1882 el Teatro Larrañaga, denominado así sin duda
en homenaje del gran discurso sobre la Educación Popular que pronunció
en la inauguración de la Biblioteca de Montevideo, el gran patricio Presbítero
Dr. Don Dámaso Antonio Larrañaga, inauguróse con la representación de
"La Hija Única" interpretada por la gran Compañía Italiana de
Cartocci y en cuyo elenco figuraba el eximio Gustavo Salvini. Y desde aquel lejano día del 6 de Octubre de 1882, hasta hace unos venticinco años en que se paralizó las grandes y maravillosas actividades de nuestro Larrañaga, desfilaron por su escena lo más grande y genial del arte lírico y dramático, dejando en nuestro ambiente recuerdos inolvidables aquellos eximios intérpretes de su época, como la Tetrazzini, la Bassi, Oxilia, Salvini, Novelli, Pezzana, Tallaví, Grasso, Codina y miles de artistas de alta jerarquía que contribuyeron con eficacia a cimentar la cultura de nuestro pueblo. Ahora esperemos con amor para bien de la presente y futuras generaciones, la resurrección de nuestro viejo y muy querido Teatro Larrañaga. |
crónica de
Eduardo S. Taborda
Salto de Ayer y de Hoy
Selección de charlas radiales - Salto 1947
Ver, además:
Eduardo S. Taborda en Letras Uruguay
Editado por el editor de Letras Uruguay
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