Maldita indiferencia |
Permaneciste como un agujero de sombras, acostumbrado a mirar sin inquietarse los treinta pájaros que en las madrugadas vuelan desde la palabra “Ariadna”. Mirarlos, mientras se van a pique, sin importarte que para mí lo único bueno consiste en poder, cada cierto tiempo, confirmar la posición del cuchillo sobre el mantel. |
Doris Summer
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