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Aunque conocieras la salida
Una luz -cualquiera-
Te niega movimiento.
Sólo peón de una partida
Abandonada a medio juego.
Ahora la luz es impensablemente fija.
Celadas, sacrificios y traiciones
Certifican que sigues.
Jaque descubierto.
Acaricias la taza de café,
Con una sonrisa
Que juega en la ventana,
Tanteas la puerta. Y te esfumas.
Hamacas el sillón
Y se ilumina la escena de la calle.
Recuerdas vagamente al dios que cae
De modo extraño, sin flores.
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