Mis Bodas de ORO
(50 ANIVERSARIO)

El 25 de mayo de 1944, bajo la presidencia del Dr. Tabaré Regules, cumplí mis cincuenta años. Hubo grandes festejos y actos. Como siempre el multicolor desfile de las caballerías por las Avenidas Agraciada y 18 de Julio. Después un homenaje póstumo a mi Patriarca, e! Dr. Elías Regules, colocando una ofrenda floral en la tumba que guarda sus restos en el Cementerio Central.

 

Por la tarde se produjo la inauguración oficial de la Sede, mi nuevo hogar, enmarcada en el verdor de! Parque Durandeau (hoy Parque Rivera) y marginando el lago del mismo nombre. Desde entonces, allí resido con mis momentos de alegría y también con mis momentos de tristeza, que los he tenido y vaya si los he sentido..,!

 

Pero ¿cómo no reponerme de achaques pasajeros?

 

Han estado a mi frente hombres de hondo sentimiento patriótico que me honraron y me honran con sus presencias y su incansable peregrinar en pos de seguir afirmando los principios básicos de la nacionalidad a través del culto a la tradición

 

Había sido un corto y no muy sufrido pasaje por otras. Desde el nacimiento hasta fines de 1900, la quinta de don Juan Risso en Maroñas, fue el lugar de las reuniones. Después anduvimos en la calle Atahona, cerca del viejo Camino Larrañaga (hoy Dr. Luis Alberto de Herrera). Muchas veces las convocatorias fueron para "La Margarita", el lugar campero del Patriarca.

 

El año anterior, había sido puesta la piedra fundamental, acto al cual se adhirió la Intendencia Municipal de Montevideo. En apenas un año las obras estuvieron prontas. Dos meses antes de la inauguración oficial, se levantó una carpa en los propios terrenos para conmemorar el natalicio del fundador, el Dr. Elías Regules, mi Patriarca. Conmemoración ésta “con cimarrones, achuras y asado". 

La caballería gaucha en la nueva sede el día de la inauguración - 25 de mayo de 1944

Y cuando llegaron mis 50 años, la Comisión Directiva fue puntual. El mismo día del  aniversario, la nueva y propia casa se inauguró.

 

Refiriéndose a "Mi Tapera", las formidables décimas de Regules, Alberto Rodríguez López hizo una magnifica descripción que utilizamos como paradigma del techo, propio o ajeno, pera sentido con alma:

 

“ ... Entre una atmósfera de transparencia en un clima de suavidades circundantes bajo un firmamento que irradia esplendideces lumínicas "Entre los pastos tirada como una prenda perdida”, allí, como si fuera en un edén criollo particular y singularmente querido, está su famosa TAPERA...

 

...Su TAPERA, "donde empezó a vivir", donde pasó sus años primeros: 'donde la noche seductiva" cuidó su cuna, y donde la totora de su rancho era besada por la luna..."

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