Lengua memoria Ana María Siri |
Empujado por los guardias, cayó pesadamente en el piso de la celda. Silencio, mejor así, estaba cansado de las risotadas y los insultos de aquellos brutos alcoholizados.Tenía la cabeza cubierta por una sucia capucha; debajo de ésta los ojos tumefactos, la nariz aplastada. Su cuerpo era una masa golpeada, deforme, con piel lacerada doliente hacia dentro, insensible hacia fuera. -¿Estaré muerto?- se preguntó, pero confirmó que la vida aún lo poseía, cuando el sabor de la sangre fresca que brotaba de la cavidad de los dientes arrancados disparó su memoria. "Tomad y comed éste es mi cuerpo.Tomad y bebed ésta es mi sangre." El sacerdote le ofreció la hostia insípida. El niño cerró los ojos y sólo de pensar en la mesa que la abuela le tenía preparada se le llenó la boca de saliva: jesuítas con jamón y cubierta azucarada, palmitas rellenas de roquefort y las bombas de crema y chocolate. Sintió sobre la lengua la dulzura del pasado y expiró. FICHA Ejercicio de TALLER : Un sabor olvidado |
Ana María Siri - Taller Narrativa 2006 - Producción Literaria 2006 - Taller Literario "Las Musas")
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