Tus palabras eran como el chubasco |
Tus palabras eran como el chubasco sobre los trigales, en la tarde calurosa. Te sentía caminando por cerros y valles, o volando por las tardes, con las garzas. Pusiste amor en todas las ausencias, en los desencuentros, en los desvaríos. Sin manos, vendabas mis heridas, sin pies, guiabas mis caminos. Me visitabas sin visitarme, y me esperabas en mis desesperanzas. Y hoy que callas, hoy ausente, hoy silencioso, ¿no podré ya seguir viéndote sin verte? ¿No sabré ya escucharte en el silencio, o vislumbrar tu luz tras el ocaso? Que no llegue mi torpe desmemoria a olvidar lo que esas aves nunca olvidan. |
Víctor
H. Silveira
"El Cochero de Arjona"
Salto, nov. 1994
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