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Fue así:
yo estaba
escribiendo un verso
cuando sentí aquella sangre
hablar extrañamente.
Y en la hamaca del jardín
una espectral rosa cárdena
y mi pantalón blanco
se metamorfoseaban.
Y pasó una hoja
de algún antiguo borrador mío
despavorida de algo
metafísico.
Algunos de mis discos
-Bartok, Mahler, Chopin-
se refugiaban entre las grietas
como aves negras
trizándose.
Entonces quise actuar
intervenir en eso
y transfiguré mi frente
y mis ojos.
Vi que mi madre
no entendía mucho
y se lo quise traducir
en mi vieja camisa blanca
que a veces
aún hoy uso.
Fue así. |