«Las Nubes» aquí en Salto
Víctor H. Silveira

A Rolando Faget

                  I

Desde este lado de la Avenida

hay doce pasos cortos

hasta «Las Nubes»,

allí donde Borges escribiera

«Tlön, Uqbar, Orbis Tertius».

Como un espejo enfrentado a otro espejo

el infinito aparecía

tan real como ilusorio:

mundos que existían

porque no existían

y viceversa.

Bioy Casares,

Borges,

azogue,

quiasmo de vidas paralelas.

Luces encendidas

entre nubes, árboles, estatuas

y una ascendente carretera

en línea recta

pero curvándose hacia el cielo.

                II 

Solo los grandes dejan

su legado de grandeza.

Lo demás es deslumbramiento

y asombro

desde los parques abandonados.

Sin embargo sé que para todos

-incluso para ellos-

el misterio seguirá

siendo misterio.

Reflejo sobre reflejo

de un lago sombrío

espejo de agua,

bruñida plata con aristas

y ojos que nos miran coexistir

-frente al palimpsesto-

a los pequeños y a los grandes.

(Barrendero tú que barres,

barres esa calle-Aleph de Dios.)

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