Helena y el rapsoda ciego |
La
más bella de las mujeres, la
más desdichada. Destinada
a morir sin remedio y
sin que una vida feliz la
aguardase más allá de
la tumba. Fue
consciente a su pesar del
carácter ultraterreno de
la Poesía y
Homero le daría la eternidad que
sus mezquinos dioses le
negaban. Helena:-
“ Zeus me ha otorgado la
desgracia a mí y a Paris a
fin de que a los venideros les
sirvamos de asunto para
sus cantos.” El
destino heroico es
el destino poético. Puso
Homero, sobrevolando por
sobre el tiempo, en
labios de Helena de Troya las
únicas palabras que
aludían a sí mismo: el
poeta ciego profetizaba
su destino a
través del personaje. (Ni
los hombres felices ni
los pueblos dichosos forman la Historia.) He
ahí el don de la poesía: tras
las sombras de la ceguera se gestaría una rapsodia eterna, desde
la sala hipóstila aquel
escriba-guionista y poeta ciego vería
y viviría sobre los siglos y los milenios. |
Victor
H. Silveira
De "Mientras Homero y Whitman rugían en los Pinos"
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