Después del mármol Víctor H. Silveira
Busqué la estatua, la vi Busqué su belleza, La hallé. Busque a su autor, lo encontré. Busqué al autor del autor: estaba escondido tras puertas cerrojos y velos (Casualmente yo también andaba escondiéndome). Se apiadó de mí. Su severo rostro sonrió. Pero no nos hablamos, lacónicos los dos.
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