De historias y ciudadanos |
Todos
los que escriben Historia muchas
veces tropiezan con
una pluma o
un tintero venal. “La
Historia fue así”, dicen. O:
“Pasó tal hecho en esa fecha.” Y
distorsionan el hecho: lo
acomoda cada uno a su manera reformando
maquillando acicalando. Los
historiadores mienten -se
pensaría entonces- con
buena o mala voluntad. Por
eso hay tres o cuatro historias
de la Historia. Y
casi siempre es más creíble una
vulgar historieta. “Historia
Sagrada”, dicen otros, y
describen nebulosas acciones ininteligibles tal
vez porque suponen que
hay otra Historia profana. Estos profanan
el lenguaje el
verbo mismo. Pero
alguna disculpa tendrán -supongo
yo- porque
quién puede acusar al
que ignora datos. Mayor
culpa lleva el
que los esconde arteramente. También
es verdad que
nosotros los poetas nunca
aprenderemos a
ser historia ni
a hacer
Historia: recién
al final tendremos
en las manos todas
las piezas del “puzzle” aunque
no muramos diciendo “Rosebud. como el ciudadano Kane. |
Victor
H. Silveira
De "Mientras Homero y Whitman rugían en los Pinos"
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