Carlos Vaz Ferreira
por Lorena Silva - Marisa Trías

En la primera mitad del siglo XX Uruguay afianzaba su estabilidad y desarrollo con una presencia fundamental del Estado paternalista, con la ampliación de las prácticas democráticas, un gran incremento de la actividad industrial, la presencia dinamizadora de la clase media, el afianzamiento del principio de laicidad, una gran evolución del sistema educativo especialmente en la enseñanza primaria.

El siglo XX consolida las instituciones políticas, a partir de la finalización de la guerra de 1904, donde se produce la muerte del caudillo Aparicio Saravia, dejando al presidente José Batlle y Ordoñez en condiciones de finalizar la modernización del país.

Sofocada la revolución, se fue creando el convencimiento de que comenzaba un período de tranquilidad en el que las diferencias políticas deberían solucionarse de acuerdo a normas constitucionales que respondieran a las necesidades del país.

La obra de Batlle puso en movimiento los mecanismos necesarios para el desarrollo del país: ampliación de la enseñanza, trabajo, capital, técnica, industria.

En el plano económico, hay que destacar, dentro de los medios de transporte, la terminación y apertura al servicio público, de la red de ferrocarriles del oeste.

Montevideo comenzó a ver los primeros tranvías eléctricos a fines de 1906, a finales del año anterior habían comenzado a circular los primeros automóviles.

Comienza un periodo nuevo en el Uruguay, en la industria de la carne: la etapa del frigorífico, que supero a la del saladero. Al mismo tiempo se advierte el paulatino desplazamiento del capital británico por el capital norteamericano.

Aunque las características económicas no planteaban todavía el problema obrero en toda su magnitud, se observaban frecuentes huelgas con un número elevado de operarios que se abstenían de trabajar.

Batlle consideró las reivindicaciones de los trabajadores, comenzando por reconocer el derecho de huelga y de sindicalización. En el mensaje presidencial de diciembre de 1906 a la asamblea se pedía la sanción a la ley que establecía el derecho a huelga, la jornada de trabajo de 8 horas, el asueto semanal, limitaciones para el trabajo de los menores y la creación del descanso por parto, para la mujer trabajadora.

En la educación, la Universidad sufrió transformaciones en su organización y orientación; se aumentan las facultades, la construcción de edificios destinados a la educación, la contratación de profesores universitarios extranjeros y la creación de bolsas de viajes para los estudiantes destacados.

La escuela pública primaria experimentó un crecimiento notable en la primera mitad de este siglo, la matrícula se quintuplicaba, mientras la población del país sólo se duplicaba. Unida a esa expansión, se vieron también cambios institucionales: la creación del Consejo de Enseñanza Primaria y Normal en 1918, experiencias metodológicas renovadoras, así como la creación de escuelas especiales. En 1917 se reformuló el programa para las escuelas rurales, pasando organizarse en tres cursos anuales. Según Soler este Programa "…no estaba en general mal, aunque tal vez pecaba de exagerado optimismo". Se atribuía a la escuela una gran fuerza transformadora del medio y en cierta medida se discriminaba al niño campesino que recibía una enseñanza breve de contenidos más modestos que la de la ciudad

Batlle deja en su cargo a Claudio Williman, continuando los proyectos que ya había comenzado su antecesor. En el aspecto político se destacó el propósito de mejorar la representación de las minorías por las reformas electorales.

También le correspondió un intenso período en política internacional muy delicado. En primer lugar el conflicto fue con Argentina, en el cual no se llegó a una solución a la navegación del Río de la Plata. El segundo asunto fue con el Brasil, donde se rectificaron los límites con tal país en 1909.

La segunda presidencia de Batlle y Ordóñez (1911-1915) deparó la acentuación de las iniciativas que transformaron la estructura jurídica del país.

Pero la obra que más polémica provocó, fue el abordaje de la reforma de la Constitución de 1830. La nueva Constitución (1919) estableció un Estado democrático, laico y unitario, y un gobierno representativo, con separación de poderes, presidencialista y moderado, y descentralizado administrativamente.

Se amplió la ciudadanía natural, se universalizó el sufragio masculino eliminándose el impedimento a los analfabetos, peones jornaleros, sirvientes a sueldo.

En el periodo que dio en llamarse "la república nueva" (1919-1933), se afirman las libertades públicas, aumenta el desarrollo económico y se garantiza la paz al respetarse los derechos de todos. Socialmente el país vio aumentar el problema obrero con el desarrollo de la industria y el comercio.

La nueva constitución establecía un poder ejecutivo con dos divisiones: a) Consejo Nacional de Administración; b) Presidente de la República.

La prosperidad y el progreso económico contribuyeron en parte, a ocultar las imperfecciones que la nueva Constitución tenía. La crisis mundial del 29 alteraría este estado de cosas.

Las dificultades para solucionar la compleja situación económica generaron, en algunos sectores del gobierno, una tendencia de escepticismo frente a la constitución como elemento organizador del Estado. Se le acusó de ineficaz para resolver los males existentes y se comenzó una campaña reformista, encauzada por el propio Presidente Gabriel Terra.

En marzo de 1933 los acontecimientos se precipitaron, el Presidente de la República dictó varias medidas extraordinarias, y las comunicó al Poder Legislativo. El 31 del mismo mes, se produjo el golpe de Estado, disolviéndose el Parlamento y el Consejo Nacional de Administración.

La nueva Constitución de 1934 organizó al Estado como democrático, republicano, y neutral en materia religiosa. El cuerpo electoral se vio aumentado por la entrada de los extranjeros. Se concedió la ciudadanía a la mujer.

Se dedicó una amplia sección a los derechos, deberes y garantías de los habitantes y de los ciudadanos donde se protegió el trabajo, se garantizó la justicia de los salarios se extendió el sistema de seguridad social en las jubilaciones, pensiones y retiros.

Se volvió a un Poder Ejecutivo con un presidente y sus ministros. El poder legislativo sigue siendo bicameral, pero la novedad está en la composición del senado, compuesto por 30 miembros, presidido por el vicepresidente de la República, repartiéndose 15 bancadas para el partido que obtiene la mayoría y las otros 15 son para el partido que le sigue en votos.

En el aspecto político nacional, la característica fundamental, está dada por la reagrupación de las fuerzas partidarias y la reforma de la Constitución por el procedimiento del golpe de Estado.

El 21 de febrero de 1942, el presidente de la República, que había intentado inútilmente por medios regulares llegar a la reforma de la Constitución, disuelve las cámaras sustituyéndola por un Consejo de Estado.

Se concuerda en destacar el orden institucional, el escrupuloso respeto por los derechos individuales y la tranquilidad sólo alterada por los enérgicos ataques de una oposición severa que jerarquizó el permanente respeto que por la libertad tuvo el gobierno de Amézaga (1943-1947).

Le sucede a este periodo el Neobatllismo, con Luis Batlle Berres, sobrino de José Batlle y Ordóñez. Se registra un acentuado desarrollo industrial y agrícola en la vida económica nacional. Practicándose una política de progresiva estatización con perfiles socialistas utilizando créditos que el Uruguay tenía en Inglaterra por las exportaciones efectuadas durante la segunda guerra mundial.

Nuevamente soplan vientos de reforma constitucional, en esta oportunidad se vuelve al poder ejecutivo de forma colegiada. Esta nueva constitución transcurrió en un clima de divergencias políticas y problemas económicos que acarrearon visibles agitaciones sociales.

Las medidas adoptadas para solucionar el problema económico no dieron los resultados esperados, la situación de crisis continuó y las consecuencias fueron múltiples y graves. Entre ellas se destacaron: el déficit en la balanza de cuentas, la disminución en las reservas de oro, el encarecimiento del crédito, una espiral inflacionaria aumentada por una carrera entre salarios y precios, que acentuó la baja cada vez más fuerte en el poder adquisitivo de la moneda.

En noviembre de 1958 se realizaron las elecciones para la renovación de las autoridades gubernativas del país. En ella obtuvo mayoría de votos el Partido Nacional que no triunfaba desde hacia más de 90 años.

BIOGRAFÍA

Carlos Vaz Ferreira (1871-1958), filósofo, pedagogo y abogado uruguayo. Nacido en Montevideo, contemporáneo de Rodó, se formó, como éste, en el positivismo, pero logró superarlo a través del pragmatismo. Asentó su campo en la «psico-lógica», partiendo de un cauteloso escepticismo, y puso esta filosofía al servicio de su tarea de educador.

Tras doctorarse en Derecho se incorporó a la Universidad de la República, institución a la que estaría ligado gran parte de su vida. Fue catedrático de Filosofía (en educación Secundaria antes de egresar-1897), vocal de Instrucción Primaria (1900-1915). Decano de enseñanza secundaria-1904-1906.Catedrático de Filosofía del Derecho-1924. Rector de la Universidad, durante dos periodos (1928-1930 y 1935-1941). En el ejercicio de este último cargo apostó por la renovación y modernización pedagógica de los estudios universitarios, cuestionó los sistemas de evaluación vigentes y luchó de forma denodada para conseguir la autonomía de su universidad. Durante la segunda parte de la década de 1940 se convirtió en el gran promotor del Consejo de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, que presidió tras haber conseguido su constitución en 1945.

Su pensamiento comenzó a hacerse notar en el país a partir de 1910, cuando ya había publicado sus principales obras: Los problemas de la libertad (1907), Conocimiento y acción (1908), Moral para los intelectuales (1909) y Lógica viva (1910). Analizó los problemas sociales y pedagógicos y el feminismo, sin pretender dar soluciones definitivas, sino con el ánimo de plantearlos mejor para dejarlos abiertos a los alumnos. Entre sus numerosos ensayos sobre los temas más variados, merecen citarse: Ideas sobre la estética evolucionista (1896), Psicología (1897), Ideas y observaciones (1905), Sobre la propiedad de la tierra (1918), Lecciones de pedagogía y cuestiones de enseñanza (1918), Sobre la percepción métrica (1920), Estudios pedagógicos (1921), Sobre los problemas sociales (1922), Sobre feminismo (1933) y Fermentario (1938).

La producción filosófica de Vaz Ferreira, en forma de libro, comenzó con obras de carácter didáctico: una de psicología en 1897 y otra de lógica formal en 1898, preparadas para sus cursos de Filosofía de Enseñanza Secundaria.

Carlos Vaz Ferreira falleció en 1958 en Montevideo.

ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO

Carlos Vaz Ferreira fue un respetado filósofo y pedagogo uruguayo (Montevideo, 1872-1958). Como filósofo, pensar, y como pedagogo, enseñar a pensar, fueron dos de sus pasiones. La respuesta vazferreriana a la cuestión de las relaciones entre ciencia y filosofía forma parte de su respuesta a la cuestión de cómo pensar correctamente.

Vaz Ferreira asigna a ciencia y filosofía como momentos del pensamiento y, con una mirada más amplia, el lugar de ambas y del pensamiento en general dentro de la vida psíquica del ser humano en su contacto con la realidad.

El punto de partida vazferreriano es el reconocimiento de una realidad que nos supera, pero con la que podemos entrar en contacto de distintos modos. Disponemos de dos grandes herramientas para acceder a esa realidad: la lógica (para organizarla y hacerla así manejable) y el lenguaje (para hacerla sólida y poder así compartirla). Gracias a ellas (aunque no sólo con ellas) construimos teorías científicas y sistemas filosóficos, discutimos, argumentamos, damos conferencias, escribimos libros… Es decir, construimos nuevas herramientas de las que nos servimos para tratar de domesticar la realidad. La justificación de este artificio es para Vaz Ferreira práctica: necesitamos manejar la realidad para poder operar sobre ella, aunque al manipularla la desfiguremos en alguna medida.

Entiende los distintos modos de acceso a la realidad como constituyendo un continuo: las diferencias entre los saberes no son esenciales, sino de grado. El conocimiento humano es para Vaz Ferreira el despliegue de una única manera de abrirse al mundo, pero que avanza al profundizar en sucesivos niveles de análisis.

Ahora bien, para Vaz Ferreira cada nuevo nivel significa un distinto grado de generalidad y abstracción, por un lado, y de claridad y precisión, por otro. Es célebre la imagen vazferreriana del conocimiento humano como un mar, en el que la profundidad va emparejada con la pérdida de claridad.

Al profundizar en el conocimiento, se va pasando de lo concreto a lo abstracto, de lo menos general a lo más general. Todos estos niveles de profundidad son conocimiento, pero no en todos, el conocimiento se deja apresar de igual modo o, utilizando otra imagen vazferreriana, no es en todos los niveles igualmente sólido.

El mayor grado de solidez corresponde a las ciencias: hemos creado unas herramientas con las que encerramos la realidad en moldes precisos, y por eso es muy fácil ver y describir, es decir, es fácil pensar la realidad lingüísticamente y comunicarlo a otros. Apresado por un lenguaje con significados precisos, el conocimiento se solidifica. La sistematización, los esquemas rígidos de las ciencias, son como un esqueleto que lo sostiene en pie. El inconveniente, como se ha visto, es que para Vaz Ferreira la realidad es mucho más que este esqueleto, nuestras sistematizaciones siempre se quedan cortas comparadas con la riqueza de lo que queremos conocer.

En Vaz Ferreira la ciencia nos lleva inevitablemente a la filosofía. En cuanto se empieza a pensar, es imposible no profundizar: "la ciencia emite filosofía". Quien piensa no puede detenerse ante la frontera entre ciencia y filosofía, porque no existe tal frontera: los límites de la ciencia con la filosofía no son precisos.

Vaz Ferreira quiere entender el conocimiento humano en toda su riqueza, sin caer en la simpleza de: ciencia o filosofía, certeza o ignorancia.

Tanto la ciencia como la filosofía contribuyen al conocimiento de la realidad. Tan sin sentido sería rechazar la ciencia en nombre de la filosofía, como rechazar la filosofía en nombre de la ciencia. Por un lado, la ciencia aporta, como se ha visto, una solidez que resulta muy útil desde un punto de vista práctico. La filosofía nos hace abandonar la seguridad, pero nos abre a la inmensidad de lo real.

Vaz Ferreira contrasta la precisión del esquema con la profundidad del análisis, y reserva la primera herramienta para la ciencia y la segunda para la filosofía: ambas contribuyen a su modo al conocimiento de la realidad

Por otra parte, en esta búsqueda, en la que todos los esfuerzos se suman, también todos los grados de certeza son bienvenidos. Para Vaz Ferreira lo que se duda, e incluso lo que se ignora, puede jugar un papel importante en el conocimiento del mundo. Frente al racionalismo, que pretende seguridades a toda costa, pero también frente al pragmatismo "malo", que propone forzar la creencia por la voluntad, Vaz Ferreira defiende un pragmatismo "bueno", que gradúa la creencia y reconoce su ignorancia.

Vaz Ferreira ha encarecido el pensar a partir de la realidad, como radical pensamiento problemático.

Sus preocupaciones fundamentales eran lo psicológico y lo moral. Requiere de la filosofía un sentido de totalidad de la experiencia humana que no mutile ninguno de sus aspectos: intelectual, afectivo, práctico. Sostenía que se debe mantener el espíritu abierto a la realidad de la vida, de la ciencia, de la razón, del arte. Se resistía a las formulaciones fáciles, a los simplismos, en oposición al positivismo.

En pedagogía presenta dos ideas directrices en oposición a reglas generalísimas absolutas, que plantea como no existentes, las cuales aclara como no necesarias de saber de memoria, sino útil para la teoría y la práctica como prevención para la unilateralidad.

Las menciona como: 1-tendencia o sistema del escalonamiento; y la otra: 2-tendencia o sistema de penetrabilidad.

La primera consiste en suministrar al niño materia pedagógica para su edad ( graduación o escalonamiento) e ir complejizando su aprendizaje de lo simple a lo complejo, de lo particular a lo general, de lo concreto a lo abstracto respetando sus etapas psicológicas evolutivas.

La segunda presentarle al niño propuestas de aprendizaje complejas pero que no estén absolutamente fuera de su alcance. El niño sólo percibirá algo del contenido intelectual y afectivo y no será totalmente accesible, después irá penetrando a medida que se vayan desarrollando sus propias aptitudes.

Analiza estas pedagogías llevándolas al extremo de la exageración, como crítica a la etapa de escolaridad, planteando como insuficiente el manejo exclusivo de una de ellas.

Considera a la penetrabilidad como proceso natural e instintivo inherente al ser humano en el desarrollo de su vida, y critica la enseñanza formal de la época ya que considera que esta pedagogía está excluida en su concepción de aprendizaje. En tanto sostiene que la idea de escalonamiento es gobernada por preceptos rígidos, numerosos y detallados de base teórica, generalmente deductiva y que no genera significación a largo plazo.

Plantea que la inteligencia puede asimilar un conocimiento de dos maneras: por asimilación compleja y sucesiva de las partes y/o por una aprehensión de conjunto, que, vaga e imperfecta al principio, se va concretando, aclarando y completando después. "Según los casos, o según el temperamento, los estudiantes emplean una u otra de estas dos maneras de aprender. Olvidar o no tener en cuenta que la última forma de asimilación es posible, puede llevar a exagerar la adaptación, la graduación, el ajustamiento y llegar en pedagogía a algo análogo"

La tendencia pedagógica del escalonamiento es siempre la misma, plantea Vaz Ferreira, prever momento a momento la marcha del espíritu. La característica de la idea opuesta es otra, sin más condición que la de escoger material noble, útil, asimilable, entregarlo al espíritu y dejar que éste se haga de él.

Para Vaz Ferreira el ideal pedagógico consistiría en conservar y extender la generalidad de la cultura, lo que se consigue principalmente por la preparación de la materia asimilable en forma graduada y fácil, pero sin sacrificar su cualidad y su originalidad intensiva, para la cual se impone complementarla con la materia penetrable.

Respecto a la psicología no la descarta ni la minoriza, sino que la plantea paralela a la pedagogía en una estrecha relación de retroalimentación.

Acerca de los libros y textos, utilizados para la enseñanza, hace una importante diferenciación. El libro "penetrable" tiene el fermento de interés de que carece el texto. La acción del texto es momentánea: solo se ejerce en una edad, en un tiempo limitado, en un período de la evolución mental. La acción del libro es permanente o por lo menos durable (de acción continua). Con el texto se experimenta una acción educativa más o menos enérgica, y eso es todo, se comprende cuanto tenía que comprenderse."El material asimilado podrá utilizarse después, pero como cosa muerta, no obra más sobre nuestro espíritu: no nos educa más".

Plantea Vaz Ferreira: "no se trata de sustituir los textos o manuales por libros penetrables en ningún grado de enseñanza, ni aún de reducir demasiado su papel, se trata simplemente de complementar su acción".

CONCLUSIONES

Más que una filosofía enseñó a filosofar; no fue tanto un maestro de soluciones, como un maestro de problemas correctamente planteados, y de rigurosa actitud crítica frente a las doctrinas. Racionalista, sabe que la razón no es todo. Filósofo asistemático.

Su influencia llegó a ser muy grande. (De la "Lógica viva" se dijo que era el Discurso del Método americano). Pero tal influencia ha tenido su lado inhibitorio, especialmente por su advertencia casi obsesiva de los peligros del sofisma. Supo ser maestro en el más noble estilo no entregándoles a sus discípulos la verdad perfecta, sino enseñándoles el modo de buscarla.

Es nuestra visión relacionar la idea pedagógica de "penetrabilidad", planteada por el autor, con la concepción actual del proceso de aprendizaje que tiene lugar en la teoría constructivista: en donde el acercamiento al conocimiento se va dando en un proceso de marcha y contramarcha, de elaboración y reelaboración, de experimentación y sensibilización, donde el camino no está pautado y las posibilidades son tan variadas como personales, siendo el ser activo e íntegro participante del proceso.

Consideramos importante no desestimar la educación escalonada o graduada en su concepción más pura, para determinadas situaciones.

Creemos que la educación actual reflejada en la práctica sigue pecando de aquello que el autor critica de su época, pero no a tal extremo, siendo las condiciones actuales un condicionamiento para el desarrollo pleno de una construcción real en educación.

FUENTES

_Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2004.

_letras-uruguay.espaciolatino.com/vaz_ferreira/introduccion_a_vaz_ferreira.htm –

_ www.mec.gub.uy/academiadeletras/DANNOMBRE/VazFcarlos.html

_ www.unav.es/cryf/busquedaverdad.html.

BIBLIOGRAFÍA

-BRALICH; Jorge. Breve historia de la educación Uruguay. CIEP/Ediciones del Nuevo Mundo.1987.

-CIBIC, Juan Carlos (Prof.); PELÚAS, Daniel (Lic.); SCARIATO, Jeannette (Prof.). Historia del Uruguay. Compendio.

- VAZ FERREIRA, Carlos. Enciclopedia de Educación. Dirección de Enseñanza Primaria. Mdeo.1954.

 

Lorena Silva - Marisa Trías

Estudios de Historia de la Pedagogía
Pensamiento Nacional
Estudiantes de 3er año de Formación Docente
Orientación y Coordinación: Emilio Marenales
ANEP - CODICEN
Dirección de Formación y Perfeccionamiento Docente
IFD de la Costa
Lagomar, 2006

 

Ver, además:

                    Carlos Vaz Ferreira en Letras Uruguay

 

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