"Querido amigo y
poeta..." Fernán Silva Valdés, en su casa de Carrasco, a fines de 1974 |
Cartas y más cartas de personajes famosos, todas ellas dirigidas a Fernán Silva Valdés, acaban de ser descubiertas. Nunca antes habían sido difundidas. Su hijo, quien hizo el descubrimiento, dio la primicia a EL PAIS de los Domingos. Es así pues, que gracias a una gentileza del Arq. Fernando Silva Valdés, es posible adelantar algo sobre el contenido de importantes misivas recibidas a lo largo de décadas por su padre, ilustre poeta uruguayo. Fernán Silva Valdés no necesita presentación. Su "Clavel del aire" fue cantado por Carlos Gardel, su poesía fascinó a generaciones. Como él mismo dijo con parquedad en su "Autobiografía". "A raíz de 'Agua del tiempo' y el movimiento que lo siguió, mi vida literaria es bien conocida..." Pues bien, una tarde lluviosa, su hijo, el arquitecto Fernando Silva Valdés, llegó hasta EL PAIS con un verdadero tesoro en sus manos: toda la correspondencia recibida durante décadas por su padre. Acababa de descubrirla y la ponía a disposición de EL PAIS de los Domingos. |
Y al fin como ve, le escribo. ¿Para qué? No sé. Tal vez para decirle que "Agua del tiempo" me gusta, me gusta. Mucho. Tal vez para que le llegue una carta desde lejos, de un hombre que usted no conoce y que se sabe bueno. Y que es triste y que sufre. Y que estaba, ayer, a la ventana, sin pensamiento, inmóvil, cuando llegó su libro, en viaje desde hace mucho tiempo. Así es que Ud., Ud. que está tan lejos, estuvo ayer, llegó ayer, y descendió a mi casa en medio de este pueblo feo, que se llama Temuco". "A Ud. quizás no le conmueva esto. A mí me parece tan singular que me he puesto a escribirle. Iba a empezar la carta: "Ahora que somos amigos". "Quiero leer más cosas suyas. y me hablará de su vida. Yo quería decirle mucho más. Se me ha olvidado ya todo. Y si me escribe, no me conteste, escríbame". "Saludo grande de Pablo Neruda". Hay una, con caligrafía casi ilegible, enviada por Jacinto Benavente, cuando se hospedaba en el "Gran Hotel Lanata" de Sarandí 594 en el año 1922. Hay otra, del doctor Luis Alberto de Herrera, donde entre otras frases le dice: "Hace ya mucho rato que Ud. es una gloria... ¡Que siga floreciendo!" Y hay varias de Pedro Figari. Las de Figari son, algunas manuscritas y otras mecanografiadas. En una que le remite desde Buenos Aires, el 8 de enero de 1924, le anuncia que visitará Montevideo y explica: "Si tiene un momento libre, no deje de verme. Tome el Tranvía N‚ 38, que pasa por la calle Colonia, paga ocho centésimos y baja en la calle Comercio 263, que es la que toma el tranvía al dejar la calle Rivera para dirigirse a la Unión... a las tres o cuatro cuadras... Y verá un lindo jardín, créame".PEDRO FIGARI: "NO SE ME AMODORRE" En un texto adicional del mismo año, Pedro Figari hace consideraciones, como ésta: "Los que no vean que se está formando un alma autónoma en América, me parece que son por demás miopes. Dentro de algunos años se podrá vivir la América, con íntimo regocijo. Ya se aventarán las cosas de importación, y las confecciones, con que hasta ahora nos hemos querido dar corte, corte de confección, apenas conozcamos lo que hay de excelencia en las cosas hechas 'sobre medida'." Y ya sobre el final de dicha nota, Figari exclama: "Escriba, escriba amigo; no se me amodorre tanto y tan largamente el novio. Piense que yo trabajo desde la alborada y soy viejo como Matusalén y no me doy el lujo aristocrático de no contestar. ¡No se pase a las filas de la soberbia añeja, don Fernán!" Dos años después, Figari, desde el Hotel Carlton de Bruselas, le anuncia con alegría: "Felizmente, mi pintura, que sorprendió y hasta incomodó a muchos por ahí, tiene aquí aceptación plena", aunque extraña su "rinconcito íntimo y quieto, de trabajo intenso y continuo". Horacio Quiroga, el 9 de diciembre de 1921, escribiendo desde Buenos Aires, se dirige a "Mi estimado compañero", a quien felicita, luego de informarle: "Acabo de recibir y leer su libro. Aunque ya conocía de usted "La cicatriz", he quedado muy contento de leer "El Tango" y "la Yiradora", buen pendant de aquélla".
Joaquín Torres García, en enero de 1935: "Sé lo que usted vale" y agrega: "espero que se dignará venir, cuando a Ud. le sea posible y quiera, dándole la seguridad de que para mí sería el mayor encanto". Luego, da sus horarios, en la casa de Isla de Flores 1715. Trazos enormes, casi ilegibles, son los de una carta corta fechada en Buenos Aires el 24 de setiembre de 1938, donde al final se lee: "Le estrecha la mano muy afectuosamente su admirador y amigo, Enrique Larreta".
Enrique Amorim en 1932, le recuerda correspondencia anterior, que, dice, "la tiene Borges" y entre otras frases incluye ésta: "Sos de los pocos que tiene picana con punta, para avivar esos bueyes si caen en la picada mañereando".
Varias páginas hay de Elías Regules, una de José Alonso y Trelles (El "Viejo Pancho") quien desde el Tala empieza expresando: "Mi estimado poeta" y finaliza así: "Reciba con mi más sincera felicitación, las seguridades de mi devoción y de mi agradecimiento y un efusivo apretón de manos". Páginas sueltas, hasta hace poco olvidadas, casi perdidas, que, afortunadamente, han sido rescatadas con amor filial. |
Ver, además,
Fernán Silva Valdés en Letras Uruguay
Editado por el editor de Letras Uruguay
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