Vendimia |
Los
zarzos enroscados en los barrotes de la cama. Tentáculos
de vides contorneados en el pie de la lámpara. Las
abejas haciendo eses embriagadas por el dulzor de la uva y
los pájaros rebotando en los espejos y
el triquitraca de las tijeras cortando los racimos y
los racimos cayendo, copiosos, al cajón y
el cajón arrastrado como un chisme, de parra en parra, Cuando
se desborda elcajón los cortadores se lo echan al hombro y
con paso de borracho en los terrones, lo
cargan hasta la cabecera de la fila. Junto
al camino los apilan y con tiza escriben sus nombres. El
que no sabía escribir hacía un garabato. Rossini
parecía dibujar un pez, por eso lo llamaron el "pescau". Multiplicándose, los pámpanos hervían. No dejaban de crecer. Serpeando
se me enroscaban en los tobillos, en el cuello, y
yo manoteaba en el torbellino de hojas y guías mientras
los cortadores apagaban con tinto su cansera Cortaban
uva para la bodega pero tomaban vino suelto
comprado en la provisión "La Victoria". Yo
guardaba un suplemento dominical a todo color (la
otra cara de la página que diré: una fotonovela) Tituló
el cronista: LA VENDIMIA ERA UNA FIESTA y
este colgado: " Vendimiar
es Recoger con Amor el Fruto de la Viña" (comillas
mías, tipografía sic, papel satinado) La
página ilustrada con blondas muchachas, polleras
al tobillo, piel de pétalos, seguramente chanel. (cuerpos
para pasarela o tennis en lawns de Punta del Este, no para vendimia) Y
este aviso en una esquinita
EL VINO ES VIDA
TÓMELO POR AMIGO Cada amanecer los cortadores "ordeñando" las parras maltratados
por el reumatismo, por los rocíos, los
pantalones percudidos y las risas sin alegría ni
dientes para festejar chistes gastados. El
suplemento mentaba a Baco o Dionisios -no recuerdo- hablaba
de fiesta, rito pagano, Eleusis...yo qué sé.
Yo puteaba. Miss
Lolita, Miss Fashion, Miss Barbie, simulaban
cargar (en la foto cargaban) canastas rebosantes de racimos para
tomarse fotos...
Y yo insultaba con
palabrotas aprendidas en los excusados de la Escuela 112 de Pando
-En el aula de los contracursos. mientras
miraba a lo lejos la fogata de los cortadores bajo
los eucaliptus o apenas una enramada de cañas. Como
en un filme de cineclub, tembloroso y mal iluminado, los
veía andrajosos, mocosos sus niños, sus mujeres desleídas,
ESPERANDO UNA REVOLUCIÓN SIN SABERLO
ESPERANDO UNA REVOLUCIÓN SIN SABERLO Hasta el cantar de los gallos. |
Ricardo Scagliola
De "Sobrerraspado" (inédito)
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