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Tu juego, el de Borges |
En un torbellino de razones, cuestiones y sentimientos tus ojos me hablan de amor y traición, pero tu boca no me nombra. Tus veranos son mis inviernos y la distancia no son los kilómetros. Jugamos al ajedrez en la noche y espero tu enroque. Diagonales, escaques y trebejos, las manos mueven los hilos y espero tu jugada. Ya hubo un tiempo en que esperé un movimiento. Adelanto un casillero y tus labios no me nombran. ¡Jaque! Una noche más, ¿por qué no todas? Muevo mi alfil y vos montás a caballo. ¡Jaque! Atacás, gritás pero jamás mi nombre. ¡Jaque! Pierdo las torres, ya sin fortalezas bajo las defensas. ¡Jaque! Sólo espero tu enroque para decirte jaque mate no demasiado tarde. |
Lautaro Salgado
llautaros@gmail.com
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