Llegar

poema de Carlos Sabat Ercasty

Del libro "El vuelo de la Noche"

Una gran noche altísima pesa en la Tierra inmensa.

Sobre una fuerza negra todo mi ser huyó.
Y en medio del agudo silencio y del abismo

sentía hasta morirme que iba cayendo en Dios.

La soledad en todo y el desierto hasta el fondo.
La nunca divisada barrera del confín.
La marcha poderosa de la sed insondable.
La espantosa agonía de sentirse hasta el fin.

Una cosa violenta de dolor y de angustia

que subía la tierra como en olas de mar....
Y otra fuerza tremenda golpeándome en la carne,

tal vez mi propia vida sentida hasta erizar....

Y todavía encima de mi frente, la trágica

noche, loca de estrellas, hundiéndose en mi ser....
Y siempre la distancia, y el irme alucinante,
y el dolor más cortante, y el más firme querer....

Y siempre noche y alma, y siempre anhelo y ruta,

y siempre sombra y marcha, y tinieblas y yo....

Qué dimensión tan última, tan abismal, se abría!
Qué manera terrible de estar cayendo en Dios!

Qué inmensos corrimientos por ideas y ensueños!

Ah, sentir hacia adentro, caer más, irnos, ir

penetrando en el alma, hasta el horror y el vértigo,

y saber que es más honda, y ahogamos hasta el fui.
 

Y ahogarnos hasta el fin!.... Y ver, ver tan adentro

que se palpa la hondísima raíz de nuestro ser,
y hay miedo, y dan mareos, y se ha sentido tanto,

que parece vencida la inagotable ded!...

Cómo las grandes noches llenan todo el abismo

de ser, de ser la vida, con su embriaguez de mar,

y se siente muy lejos, donde Dios está en uno,

el trabajo infinito y horrible de llegar.                                                           

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