El Hada de los Jardines poema de Carlos Sabat Ercasty
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Pasaba el Hada de los Jardines...
En ¡a noche de luna,
¡a cubría de un velo de marfil y de plata.
en una seda azul temblorosa de agua! llena de estrellas puras, de sombras y de ópalos. Parecía la diáfana pupila de la tierra que ve girar la rueda de estrellas de la noche!
En los bancos de mármol, arropados do musgos y glicinas, yo me hundía en la espera profunda de sus pasos,
por los caminos blandos y finos de la niebla. la mujer de hierbas, la mujer de savias,
la mujer de flores!
latían en el aire como alas. desgarraba sus túnicas de raso y de perfume
para tocar .su carne con la pasión del polen.
daba al aire una viva sensación de lujuria. la nupcial embriaguez de la noche balsámica.
La luna de las siembras, la luna de los trigos, la luna de los zumos y los filtros, destilaba sus ópalos de locura y de ensueño
entre las glicinas del banco de mármol.
y todo mi cuerpo se llenó de savia. suavidades de pétalo y asperezas de ramas, sensaciones de luna sobre rosas y nardos, expansiones de brotes, crecimientos de yedras. Sentía las lujurias del rocío en el vello erizado de las frutas, el subir, por los árboles, de las enredaderas,
el beber de raíces en la tierra mojada. esa otra vida fina de los lentos jardines, ese tejido opaco, pero vital, sediento, que hace los vegetales tan hondos y sagrados, porque beben y suben los zumos prodigiosos de la tierra materna, se hizo la trama misma
de mi ser, y mi carne a los tibios anhelos de nuestra madre tierra!
Una noche mis dedos se me abrieron en flor. descendí a otros abismos del ser y de la vida, gusté con otras ansias más obscuras
el sabor de la
tierra y el frescor de las aguas. y me tocaba el viento con otro tacto nuevo, y llegué a una alegría de madera y de flores, y en la raíz me entraba la música del astro que hace temblar los nervios antiguos de las selvas.
cuando gocé los nácares astrales a lo largo de mis árboles ebrios y mis hiedras agudas, sentí besos de rosas en mis rosas, y temblores de ramas en mis ramas, y perfume de polen en mi polen,
y efluvios de savia en mis ríos de savia.
que lo golpea el viento.
Pero nunca he podido desprenderme de aquellas frescas y húmedas sensaciones de savia adheridas al bosque del recuerdo
con el afán sediento de las lianas. hasta ser ellas mismas, con esa hondura antigua de los árboles
y esa raíz que bebe la sangre de
la tierra! pero guardo el perfume vegetal de sus brazos!
¡Hada de los Jardines! mi cuerpo en flor te aguarda! |
poema de Carlos Sabat Ercasty Montevideo, 1918.
Revista "Boletín de Teseo" Año I Primera época
Montevideo, 14 de julio de 1924
Inédito en el cíber espacio al 18 de enero de 2017
Ver, además:
Carlos Sabat Ercasty en Letras Uruguay
Editado por el editor de Letras Uruguay
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