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Andresillo
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En su vida luminosa el poeta fue fiel, sin una sola claudicación, a la musa obrera vestida de percal. Su amor a los desventurados brilla en su glorioso destino. Pero donde en verdad fluye esa grande pasión y se inmortaliza, es en el poema que nos emocionó desde niños, en el "Andresillo", el más sincero, el más fino canto a los humildes que se haya escrito en nuestra tierra americana:
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"La Libertad", "El Pueblo", iba gritando |
II |
Se llamaba Andresillo y contaría |
III |
Una noche de invierno, triste y fría; |
IV |
Llegó Andrés a su cueva; vio en lo oscuro |
Héroe universal y perdurable La supervivencia de "Andresillo" se parangona a la de aquel hermoso "Lazarillo de Tormes", que Diego Hurtado de Mendoza dejara como florón de la literatura picaresca española, o como aquellos "Rincoriete y Cortadillo", que Miguel de Cervantes pintara, en tono menor, pero no por ello menos vivo y grácil que su inmortal Quijote, o como los otros bellísimos personajes de "Corazón", de Edmundo de Amicis: "El vigía lombardo", "El escribiente florentino", "El tamborcillo sardo", o como el héroe minúsculo de las barricadas de París, el "Gavroche", que el genio de Víctor Hugo descubre en "Los Miserables". Roxlo extrae "Andresillo" del fango, de la escoria. Su mano rebosando piedad, acaricia al sucio pajarito enfermo. Antes que él nadie vio el resplandor que surgía de esa pobre carne aterida entre harapos. Los otros que pasaron cerraron los ojos... Igual que en el episodio de Cristo y el perro muerto: "Había una vez tirado en las calles de Jerusalem un perro muerto"... Cruzaban publicanos, levitas y fariseos junto al cadáver, mirando con desprecio y asco la carroña para dar enseguida vuelta la cara con violencia; en la corriente humana que se perdía a lo lejos, no había un solo gesto de amor o de lástima... Pero se detuvo al fin un hombre de barbas rubias y blancas vestiduras que contemplando -¡el único!- con bondad los restos informes de la pobre bestia, exclamó: ... "y sin embargo, son bellos como perlas los dientes de este perro!..." Sólo El pudo percibir en aquella gusanera algo hermoso. Así el poeta, el poeta nuestro, con lucidez cristiana, extrajo también de la podredumbre y de la mugre, de la miseria, del dolor y de la muerte, una reluciente estrella de plata: el sacrificio de "Andresillo", su heroísmo oscuro y silencioso, salvando para la inmortalidad su alma y su corazón generosos y limpios en el engarce lamentable, en el cuerpo dolorido del niño paria! |
Carlos Roxlo
Estilo y destino de su vida
Angel María Cusano
Editorial Florensa & Lafon
Montevideo - 1950