Domingo, 06 de agosto, 2006 - AÑO 7 - Nº2272 Maestro Miguel Soler Roca, entrevistado por La República "La escuela pública no ha evolucionado; la línea de orientación es la decadencia" |
Miguel Soler Roca nació algún día del año 1922. No quiso decir ni el mes ni el día de su cumpleaños, algo que muy pocas personas saben salvo su esposa en segundas nupcias, su hija, y sus amigos íntimos. Se negó rotundamente a hablar de su vida. "No hablemos de mi vida, todos los periodistas quieren hablar de mi vida, hablemos de la educación y del debate" dijo. Junto con su colega la maestra Teresita Capurro, secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio, LA REPUBLICA entrevistó a uno de los hombres más queridos, admirados, y respetados en la educación nacional. Reconocido con el Honoris Causa por la Universidad de la República (Udelar), pero reconocido por todos por su humildad, su acento catalán y su simpatía. Integra la Comisión Organizadora del Debate Educativo (CODE). Teresita Capurro* / Matías Rótulo -Usted es catalán, ¿cuándo llegó a Uruguay? -Soy hijo de la montaña, nací en Catalunia en el año 1922 en una pequeña población rural cercana a Barcelona. Llegué a Montevideo en 1926 en un barco junto a centenares de emigrantes europeos que buscaban mejorar su situación y que veían en América las posibilidades para hacerlo, como lo vieron mis padres. Enseguida comencé a educarme en una escuela rural, donde doña Isolina Iglesias, me enseñó en primer año, corría 1928, a escribir en una plana el número uno, y la letra o, y con esa metodología fui un correcto lector. -¿Cuál es su visión de la escuela pública de hoy? Los veteranos entonces, y yo que estoy en la categoría de los octogenarios, vemos un amplio panorama, vemos con aflicción que la escuela pública de hoy resulta desfavorecida cuando se la juzga con la escuela pública del ayer; esa escuela del ayer en la que yo fui docente en los sesenta y antes en el tiempo cuando fui alumno. La escuela pública no ha mantenido una linea sostenida de evolución progresiva equivalente a la que tenia en la primera mitad del siglo XX. La linea es en orientación a la decadencia. -¿Por qué se dio esa decadencia en la educación primaria? -Los factores de la decadencia son por causas internas al Uruguay. No me sirve cuando me argumentan que en otros países ocurrió lo mismo que aquí -como en países vecinos, no es un argumento válido. No hay ningún factor mundial, ni político ni económico que justifique que el sector educativo del Uruguay se desmereciera en la consideración de los responsables de la educación y de la ciudadanía en general. El deterioro de la educación data de cuarenta años en la historia nacional porque ha sido maltratada. Entonces los padres de familia prefieren confiar la educación de sus hijos a la educación privada. Hoy el gobierno tiene un compromiso con la educación nacional y ese compromiso es la reconstrucción. Las "reconstrucciones" que menos me importan son las materiales. Lo que más me importan son las reconstrucciones de la actitud profesional y las de la moral que el docente pone en sus funciones y hay que recuperar la moral de servicio que antes exisitía y que hoy se ha perdido. Se debe recuperar la calidad de la educación y cuando me refiero a calidad de educación no son las pruebas estandarizadas que nos someten desde el exterior cuando nos dicen "estamos por de bajo de Brasil, Argentina" en algunas estadísticas que se leen en la prensa. Lo que más importa es la calidad del proceso educativo y como el niño aplica el conocimiento en la vida cotidiana. Debemos discutir entre nosotros lo que queremos lograr para poder darles las armas a los niños en esta sociedad cada vez más competitiva. -¿Maestros eran los de antes? Yo no creo en el maestro apóstol ni en el maestro sabelotodo. Creo en el educador profesional con sus componentes éticos, y profesionales. Por eso yo creo que tenemos la urgencia de modificar la formación docente y no podemos demorar esas modificaciones. Lo que introducirá cambios a largo plazo, es la formación del docente que se está capacitando hoy. -¿Qué significa el debate educativo, para un hombre que ha estado durante toda su vida tan vinculado a la enseñanza? -Creo que hay una incomprensión general sobre lo que realmente hoy está en juego en el debate educativo. Debo decir que los trabajadores sindicalizados de la enseñanza están haciendo un gran esfuerzo por debatir y dejar sus propuestas. Aunque existen otros actores de la sociedad que hoy están más activos que los propios docentes. Veo como positiva la instancia del debate educativo. -¿Cómo ve el proceso de debate? -Nosotros recogemos las opiniones, las llevamos a consideración del congreso nacional de educación que se realizará en noviembre y desde allí el proyecto de ley. Los destinatarios de las propuestas sin dudas son cuatro: el poder legislativo y las autoridades públicas y privadas de la enseñanza. Pero este proceso no puede, no debe y no será un documento confidencial, ya que el cuarto participante es la opinión pública. El documento final surgido de la CODE, debe ser el libro blanco de la enseñanza. Yo no puedo garantizar frente a nadie, ni siquiera frente a mi conciencia qué destino se dará a lo recogido por la CODE. Pero tengo confianza que la opinión que surja de este proceso sea respetada como opinión. Tampoco deben ser posiciones unánimes frente a lo debatido por la ciudadanía. Tiene que ser una posición matizada en algunos aspectos y fundamentalmente discrepante a otros y así me imagino el informe final de la CODE. La Ley de Educación sería muy difícil de hacer si se limitara a un esfuerzo del Poder Legislativo. Por eso hoy el Poder Legislativo tiene con la CODE, una radiografía con las discrepancias y acuerdos de la ciudadanía. -¿Porqué en Montevideo la participación es menor en comparación con el interior? -En el interior el porcentaje es superior con respecto a Montevideo porque el mundo del interior es más chico. Allí todo se sabe, los elementos de animación de la sociedad son menores que en la capital. Aquí se compite en el espacio de las noticias por la gran cantidad de información que llega a los medios. El debate Educativo, en el medio capitalino cuesta. Cualquier debate cuesta en Montevideo sea de educación, salud, seguridad. De todas formas, los comité de zona están haciendo un buen trabajo para fomentar la participación. (*) Presidenta de la Federación Uruguaya de Magisterio. |
Teresita
Capurro / Matías
Rótulo
La República
Domingo, 06 de agosto, 2006 - AÑO 7 - Nº2272
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