Sábado,
30 de diciembre, 2006 - AÑO 8 - Nº2416
Vecinos de La Blanqueada afirman que "cazan palomas y con ellas alimentan a los roedores"
Madre
e hija crían ratas en su casa generando un
grave problema sanitario
"La
casa de las ratas", es una de las más
famosas de La Blanqueada. Los vecinos de
Juan Ramón Gómez y Mariano Moreno,
denuncian que la casa está literalmente
"infectada de roedores", los que
"son criados" por sus moradoras.
La Policía y el Departamento de Salubridad
municipal, están alertados y hace tres
meses limpiaron la casa con una orden
judicial.
Matías
Rótulo
Debajo
del piso de la casa de la familia Diana
encontraron un nido de ratas.
El
nauseabundo olor ácido y profundo se siente
unos cuantos metros antes de llegar a la
casa de Pablo Diana. Olor a orina, encierro,
un "aroma" que sin duda no
provenía de su casa sino de la de su
vecina. Pablo y un colaborador que lo
ayudaba a levantar el piso de la entrada de
su casa, esperaban en la puerta al equipo de
LA REPUBLICA, que ni bien advertido
sobre la situación, pocos minutos después
de las 19.00 horas del pasado miércoles,
llegó a la finca de Juan Ramón Gómez 3049
casi Mariano Moreno, en pleno barrio La
Blanqueada. "Mi vecina cría ratas, y
acabo de encontrar un nido con quince
recién nacidas debajo de mi piso",
dijo preocupado y sorprendido a la vez el
denunciante. Lo primero que hizo cuando
llegamos a su casa, fue mostrarnos a los
pequeños roedores acurrucados todos juntos
en un recipiente de plástico donde él
mismo los había puesto. "Tuve que
levantar el piso de mi casa para encontrar
el nido de las ratas". Sabía de la
existencia de los roedores por los ruidos
que allí se escuchaban. Abajo también
aparecieron dos ratas de unos 20
centímetros de largo, que entraban y
salían libremente por un hueco en la pared
que daba a la casa de sus vecinas.
"Parecen domesticadas", comentó
alguien mientras las observábamos salir y
entrar del hueco libremente. Nuestros
fotógrafos aprovechaban para intentar
tomarles una fotografía. Todos mirábamos
atónitos como la rata se asomaba hasta
pocos centímetros de nosotros, y a pesar de
nuestros movimientos bruscos, solo se iba a
su cueva, pero no se escabullía como
generalmente hacen estos animales.
La
casa de las ratas
La
historia comenzó hace tres años cuando
Pablo Diana recolectó las firmas de una
quincena de vecinos de los alrededores, para
denunciar la "precaria" y
"extraña" situación en la que
vivían sus vecinas. La misiva denunciaba a
madre e hija, Marta y Karina, vecinas
inmediatas de Pablo en el 3047 sobre la
calle Juan Ramón Gómez. La carta fue
enviada a la "Dirección Profesional
del Servicio de Salubridad Pública" de
la Intendencia Municipal de Montevideo
(IMM), el día 13 de enero de 2003.
"Ambas personas viven muy por debajo
los parámetros mínimos de
convivencia", decía la carta, que
agregaba "nuestra vecina posee más de
cincuenta ratas en jaulas, que van desde los
20 hasta los 60 centímetros". Además,
los vecinos contaban que en las horas de la
tarde, las señoras se dedicaban a alimentar
a las palomas que se acercaban hasta la
puerta de su casa. Estremecedoramente, los
vecinos decían que las señoras,
"logran que una paloma entre, sea
cazada, y esa tarde se convierta en alimento
de las ratas (sic)".
No
se puede denunciar
Los
Diana son una joven pareja trabajadora, con
una hermosa casa de dos plantas, decorada
con varios detalles en madera, lindos
muebles, y mucha luz. Pero día a día
están cuidando celosamente que las ratas no
le dañen los muebles, y no pueden disfrutar
de la hermosa luz que les entra ya que deben
permanecer con las puertas cerradas.
"No podemos ventilar, porque sino
entran las ratas", exclamó Pablo. LA
REPUBLICA pudo dialogar con una vecina
de los Diana, quien dijo que "hoy no
solo los afectados son los Diana, sino todo
el barrio". Ya entrada la noche del
miércoles, Diana se comunicó nuevamente
con LA REPUBLICA, para contar que él
junto a algunos vecinos se dirigieron a la
Seccional 9ª de Policía, para denunciar a
sus vecinas. El efectivo de guardia le dijo
a los preocupados vecinos que a nivel
policial "no se puede hacer nada al
respecto" ya que "madre e hija
culpadas de criar ratas, no cometían
ningún delito". Una de las vecinas
fiscal ella trató de hacer entender a las
autoridades policiales sobre la situación,
pero fue imposible que accedieran a tomar la
denuncia. De todas formas, ya existen
antecedentes de denuncias realizadas en las
autoridades municipales y policiales. Diana
recordó que "hace dos años, una de
las mujeres fue trasladada a un centro
psiquiátrico", luego que realizaron la
primera denuncia, por medio de carta a la
IMM. Además los vecinos acusan a la joven
Karina de "agredir físicamente a su
madre" y hasta de amenazarla en caso de
que alguna de sus ratas "aparezca
muerta".
Las
amigas nocturnas
Los
niños juegan en la calle Juan Ramón Gómez
aprovechando las vacaciones de verano. El
calor de la tarde invita a los vecinos a
disfrutar de las últimas horas de luz en
las veredas. La tranquilidad de La
Blanqueada, a veces es perturbada por los
pocos autos que pasan. Esa linda tarde de
verano, como el resto de las tardes, tienen
un impedimento para su pleno disfrute: las
ratas. "A veces se pasean libremente
por la calle", confirmaban varios
vecinos, testigos de la desagradable
situación. Tiempo atrás no podían sacar
la basura a la vereda porque las ratas
"lo destrozan todo" afirman. Uno
de los problemas que denuncian los vecinos
sobre la casa de las señoras, es "la
basura, y la poca higiene en la
vivienda". Hace dos años, el servicio
de salubridad quitó de la casa varias
jaulas con ratas. Hoy, los vecinos se
encuentran con que nadie puede responder su
pedido de ayuda. "En salubridad me
dijeron que de nada servía poner veneno, si
no se elimina el foco", dijo Pablo. Las
autoridades sanitarias le confirmaron a
Diana que son conscientes de la situación y
reconocieron que las señoras efectivamente
criaban ratas en su casa. Marisa Tettamanti,
secretaria de la Junta Local, explicó que
la situación de las moradoras de la casa de
Juan Ramón Gómez ya fue atendida en varias
oportunidades. Según pudo averiguar LA
REPUBLICA. "Limpiamos la casa, y a
la semana ya están criando las ratas
nuevamente", admitió Tettamanti. La
indignación no es solo de los vecinos, sino
también de las autoridades municipales, que
ven cómo es afectado todo el vecindario. Lo
único que pueden hacer las autoridades
sanitarias es limpiar la casa", afirmó
Tettamanti.
La
secretaria de la Junta se comprometió ayer
mismo con LA REPUBLICA, a iniciar los
trámites pertinentes con Salubridad, para
volver a pedir la orden judicial, con el fin
de intervenir la casa. De todas formas, las
autoridades y los propios vecinos son
conscientes de que las señoras volverán a
traer a sus mascotas, mientras los Diana se
disponen a pagar los 7.000 pesos que les
costó la reparación del piso, invadido por
las ratas. |