Áyax
|
Este cuento simbólico -Áyax- forma el capítulo LXXVIII de MOTIVOS DE PROTEO. Dos caudillos griegos figuran en la Ilíada con el nombre de Ayante o Áyax: un caudillo griego, hijo de Telamón y nieto de Éaco (este Ayante Telamonió fue, según refiere Homero, el más valiente de los guerreros, mientras duró la cólera de Aquiles) y otro caudillo griego, "el ligero Ayante de Oileo, menor, mucho menor que Ayante Telamonio", Ilíada, Rap. II, 527. Rodó se refiere al primero.
La omisión frecuente del acento escrito sobre las mayúsculas, característica del texto rodoniano utilizado, explica que haya contribuido al error prosódico de convertir la acentuación grave de Áyax, en aguda.
|
... Florecía el jacinto en los prados de Laconia[1] y a márgenes del Tíber[2], y había una especie de él cuya flor tenía estampados, sobre cada uno de los pétalos, dos signos de color oscuro. El uno imitaba el dibujo de una alpha[3]; el otro el de una i griega[4]. La imaginación antigua se apropió de esto como de toda singularidad y capricho de las cosas. En la égloga tercera de Virgilio, Menalcas propone, por enigma, a Palemón, cuál es la flor que lleva escrito un nombre augusto[5]. Alude a que con las dos letras del jacinto da comienzo el nombre de Áyax, el héroe homérico que, envuelto por la niebla en densas sombras, pide a los dioses luz, sólo luz, para luchar, aun cuando sea contra ellos.
En tiempos en que Roma congregaba todas las filosofías, vivió en ella Lupercio, geómetra y filósofo. De un amor juvenil tuvo Lupercio una hija a quien dio el nombre de
Urania[6] y educó en la afición de la sabiduría. Imaginemos a
Hipatia[7] en un albor de adolescencia: candorosa alma de invernáculo sobre la cual los ojos habían reflejado tan intensamente la luz que parte de las Ideas increadas y baña la tersa faz[8] de los
papiros[9], como poco y en reducido espacio la luz real que el sol derrama sobre la palpitación de la Naturaleza. Nada sabía del campo. Cierto día, una ráfaga que vino de lo espontáneo y misterioso de los sentimientos, llamóla a conocer la agreste extensión. Dejó su encierro. Desentumida[10] el alma por el contento de la fuga, vio extenderse ante sí, bajo la frescura matinal, el Agro[11]
Este fue el día de campo de Urania. En presencia de los destinos incompletos; de la risueña vida cortada en sus albores; del bien que promete y no madura, ¡quién no ha experimentado alguna vez el sentimiento con que se preguntaba Urania cómo la Naturaleza pudo no completar en ninguna parte el nombre de Áyax habiendo impreso las dos primeras letras en la corola del jacinto! Referencias: |
[1] - Laconia: antigua monarquía helénica y región situada al S. E. del Peloponeso.
[2] - Tíber: río de Italia, que atraviesa Roma y desemboca en el mar Tirreno.
[3] - alpha o alfa: primera letra del alfabeto griego.
[4] - La i griega -llamada, también, ye- es la y del abecedario español.
[5] - En la égloga III de Virgilio dialogan Dametas, Menalcas y Palemón. Termina con la evasiva respuesta de Palemón a esta pregunta de Menalcas: |
..."¿dó produce el suelo |
[6] - Urania: nombre de una de las nueve musas -la de la Astronomía- que suele representarse, coronada de estrellas, con un compás en la mano.
[7] - HIPATIA (370-415). Mujer nacida en Alejandría, famosa por su sabiduría y su belleza, que enseñó filosofía.
[8] - tersa faz: figuradamente, página sin asperezas; apropiada para ser escrita.
[9] - papiros: láminas sacadas del tallo de una planta de Oriente, llamada papiro, que, antiguamente, eran utilizadas para ser escritas.
[10] - desentumida o desentumecida: que ha recuperado o recobrado agilidad y soltura.
[11] - agro: conjunto de tierras públicas (ager publicus) que solían ser destinadas a la agricultura.
[12] - bohordo: junco de la espadaña; tallo que sostiene las flores y los frutos en algunas plantas.
[13] - cimbra: tallo o vara en arco.
[14] - glauco: verde claro.
[15] - columbrar: descubrir; comprobar.
[16] - casco: sinécdoque, por "patas de animales" o elipsis de "de los animales".
[17] - Alude Rodó al amarillo y al blanco de una variedad de tales flores.
[18] - esquividad: forma desusada y arcaica de "esquivez", en significación de "huraño; que se oculta o esconde".
[19] - charca: mayor que charco; cantidad algo considerable de agua, detenida o remansada, en el campo.
[20] - hato: pequeño número de animales domésticos, vacunos o lanares. El hato grande, en el Río de la Plata, se llama "rebaño", si es de lanares, y "tropa", si es de vacunos.
[21] - cifras: signos, guarismos o letras convencionales, cuya escritura sólo puede comprenderse conociendo la clave. |
José Enrique Rodó
Parábolas cuentos simbólicos
Ilustraciones de Santos Martínez Koch
Contribuciones americanas de cultura S. A.
Montevideo 1938
Texto e imagen recopilados, escaneados y editados por el editor de Letras-Uruguay Carlos Echinope Arce Es uno de los autores elegidos, por marzo del 2003, para integrar la Letras Uruguay nacida el 23 de mayo del 2003.
Ver, además:
José Enrique Rodó en Letras Uruguay
Editado por el editor de Letras Uruguay
Email: echinope@gmail.com
Twitter: https://twitter.com/echinope
Facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce
Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/
Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay
Ir a índice de Narrativa |
Ir a índice de Rodó, José Enrique |
Ir a página inicio |
Ir a índice de autores |