Charrúa, perro cimarrón |
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Hay
animales que se adaptan muy fácilmente a las circunstancias, entre
ellos el perro y el caballo son los animales más prodigiosos para
ayudar al hombre. La historia de las luchas del país la cuentan
historiadores de renombre y que de alguna manera contemporáneos, de los
autores que invocan en la historia. En los hechos históricos debemos agregar sin duda, la nobleza del perro cimarrón que acompañó al prócer en las grandes patriadas. Este perro de tan humilde pasado, lo habían bautizado ”Charrúa”, siempre estaba echado afuera, pero muy cerca de Don José Artigas.
Conocía
al pelo, cuando había movimiento de tropa, ahí estaba firme para salir
cuando fuese necesario en busca del enemigo. El pobre “Charrúa”era
como el gaucho, dormía donde cuadrara, era de poco ladrido y su
especialidad era prenderse de los garrones del enemigo, batallas son
batallas, parecía decir el pobre animal.
Estamos
seguros que si el “Charrúa” hubiese sido cristiano, hubiera tenido
algún cargo importante dentro de la tropa, por su inteligencia, su
nobleza y era incapaz de traicionar a nadie como lo han hecho otros.
Su
nombre sin duda se le dio, por su combativa lucha, a pesar de ser un
animal, que al parecer comprendía la lucha del pueblo, como suya.
Cuando un animal defiende una causa, sea la que sea nos están
demostrando muchas cosas buenas que los seres humanos muchos de nosotros
deberíamos aprender de ellos.
En
la última batalla, que estuvo ya viejo en la del 22 de Enero de 1820 en
Tacuarembó, donde también nuestro Artigas perdió su última batalla y
el ”Charrúa” viejo y enfermo murió en un silencio total, como
mueren los héroes.
Por
cierto en esa batalla en la que con todo honor perdimos, Artigas
agobiado por las traiciones se retira al exilio del Paraguay, pero con
todos los honores. Tampoco “Charrúa” traicionó la causa de el
pueblo oriental, que fue noble hasta el último minuto.
Queremos
dejar bien claro, que Artigas perdió con los portugueses, sólo por el
hecho de ser un ejército más numeroso, y con mejores armas, y ahí
donde Rivera cometió la peor traición de la historia, al irse con los
portugueses y aceptar el cargo de coronel, que le ofertaron los
invasores.. El 12 de Julio de 1841, Rivera invitó a Artigas a volver, éste ni siquiera abrió el rollo del mensaje, tal vez y casi seguro influido por todas las traiciones, de su antiguo lugarteniente.
Cuando
la historia arregla a su manera, lo del abrazo de el Monzón entre los
dos
compadres, no era nada de
enojo entre ellos, era porque Lavalleja le iba a recriminar por los años
que estuvo con los portugueses, no fuera en esta ocasión a traicionar a
la Cruzada Libertadora que el estaba acostumbrado hacer.
No
nos animamos a decir una barbaridad sobre este triste personaje, pero lo
dejamos por aquí, sólo por respeto a nuestro querido prócer, que se
merece el mayor homenaje póstumo, lo mismo que a Ansina y el Charrúa. Que hermosura, hablar de la grandeza de nuestro héroe, don José Artigas, de sus gauchos y de sus indios,”Charrúa”, pero no al traidor que merece el peor desprecio. Artigas viviendo en el Paraguay, con su amigo y fiel servidor, Ansina, tiene otro perro y quizás recordando a su fiel perro ”Charrúa” también como homenaje le puso “Charrúa. |
Venancio "Pocho" Rivero
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