¡Oh, Mac Donalds, que tienes un payaso
que con los niños no negocia y entretiene
tus hamburguesas de solidaridad son,
¡oh, Mac Donalds!, tiles palabras
que publicitan sin necesidad de pagar a los medios,
¡Oh, Mac Donalds!, sólo tú eres posible aquí
en los países carnívoros donde la tierra es fértil,
los padres te alabamos por tu austeridad de colores:
el rojo, sangre de tus incondicionales trabajadores,
el amarillo, pus de tu infeccioso salario,
¡Oh, Mac Donalds!, que compras el nombre de las calles
en Alemania o en el Perú, tu logo es
regugio para los jóvenes amantes y las familias alegres,
feliz como las cajitas que a los niños les ofreces,
tus manos como la M tendida son crepusculares
y vespertinas con las cuales nos esperas con un café,
bizcochos o refrescos para nuestra sed de ciudadanos
porque estamos sedientos de algo que no es agua
y estamos famélicos por la carne de tus escaparetes limpios.
¿Oh, Mac Donalds!, te haya creado, semidiós divino,
te hizo a su usanza, superándose en la propia
papafrita creada desde el prístino aceite de tus cocinas.
Tu séquito de monstruos alegres e infantiles cantan
Para los niños ocultos en los peloteros del capitalismo,
Y con tu burguesa compasión entregas miniplásticos
De héroes que han sido creados en laboratorios del norte.
Tienes tu satélite, tu esquina, y el alma del barrio,
No hay neones que la oscuridad no espante
Porque ¡Oooohhh, Mmmaaaaccc Doooonaaaallllds!,
Eres relámpago Flamígero que drapeas las tinieblas
Con las quE estás vestido como carDenal oscuro
De mElindrosas manos que rEcompensa a los elegIdos
Una vez al mes Con sus rostros fOtogRafiados.
¡Ay, Mac Mac Mac DonaldS!, tus gingles seduCtores
rocAnroleros y pops me seducen paRa peregrinar
a tus templos mÁs Numerosos que los católIcos apostólicos romanos.
Te canto desde mi pequeño rincón en el mundo
Y te suplico que la próxima Big Mac sea bendecida
Con un trozo de panceta y una pizca de clemencia
Para mí, inmerecido merecedor de tus halagos divinos.
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