Despedida
Federico Rivero Scarani

Nunca te vi sangrar como una tarde de enero, de todas maneras busco en mi memoria vegetal los fragmentos de aquel tiempo en el que estuve contemplando la sangría sobre tus venas queridas. Así lo sostengo, similar a un ángulo entre dos líneas cruzadas, amor mío, lo sostengo igual al árbol con sus ramas y hojas y aun así deambulo con los ojos tristes entre calles arrepentidas. Si supieras el sufrimiento, la rabia, el desasosiego que me patean los días estoy seguro que elevarías plegarias a un dios que calla pero no se inmuta porque las nubes traducen su lenguaje para aquellos que lo saben leer. Querida mía, amor de mi cielo, te ruego que no me patees como una cebolla podrida de la cocina, apiádate de mis horas rotas, que yo estigmatizo en la distancia. Nos uniremos, solo el tiempo será nuestro padrino de bodas; adiós ventanas venecianas, chau querido trafoguero, hasta siempre tierra seca, nos veremos en el manicomio estelar.

Federico Rivero Scarani
Atmósferas
Vintén editor

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