José María del Rey inició su periplo en la edición de ficción con un singular libro de cuentos, donde los protagonistas, muchos de ellos animales, dicen mucho y en un lenguaje muy especial, un libro donde ya se denotaba el estilo con que el autor perfilaba hacia el mundo de la narración.
Este nuevo libro, sin lugar a dudas, está mejor logrado y eso marca que a su talento seguramente lo han acompañado la dedicación y el trabajo, y así ha podido obtener este compendio de cuentos y leyendas de nuestro interior rural, en un lenguaje claro pero de gran altura; y no se podría esperar menos de José María.
Aquí el autor deja salir esos recuerdos de su niñez y adolescencia procesados seguramente por su talento de observador, mostrándonos historias y leyendas de tierra adentro, donde los protagonistas esta vez dejan de ser puramente ficticios para convertirse en una mezcla de habitantes reales de los campos y del mágico imaginario colectivo, que sólo habita en los medios rurales.
Nos da su visión de las leyendas en la costa del Queguay y de las vidas de los singulares personajes que habitan esas regiones, personajes como Máximo Tavares, un solitario trabajador de las estancias o el León Bayo, un animal legendario que aún debe correr por entre nuestras onduladas cuchillas.
Es un libro muy recomendable para conocer las costumbres y supersticiones de nuestra campaña, o para que los que hemos nacido y vivido tierra adentro, volvamos a recordar ese universo lleno de simples y peculiares personajes y acontecimientos, que conforman el mágico mundo del ambiente rural.
