Agustín Ferreiro |
SUMARIO
Introducción
Marco histórico.
Influencias recibidas
Escuela rural (Antecedentes y breve reseña)
Pensamiento y obra
Conclusiones
Bibliografía
Introducción El presente trabajo sobre el maestro Agustín Ferreiro se encuentra enmarcado en la materia Historia de la Educación, dictada por el profesor Emilio Marenales, en el año 2006. Con este trabajo se busca realizar
principalmente un análisis de su obra más conocida “La
enseñanza primaria en el medio rural”. El
mismo fue realizado como un ensayo en respuesta al Concurso Anual de
Pedagogía, correspondiente al año 1936, el tema de ese concurso era. “¿Qué
reformas, aplicables de inmediato, deben introducirse en la escuela rural
para ponerla a tono con nuestras aspiraciones?”
Se realizará una breve reseña
histórica del contexto en el que vivió y se formó como maestro Agustín
Ferreiro y al contexto que debía dar respuesta esa reforma a la escuela
rural que se estaba solicitando, tanto desde lo político como desde las
influencias pedagógicas y filosóficas recibidas. Luego de esto se
comenzará con el análisis de su obra.
Marco histórico: Agustín Ferreiro, vivió a finales
del siglo XIX y principios del siglo XX. Abarca mayormente la llamada época
batllista. Es una época
caracterizada por una gran estatización de los principales servicios públicos,
una amplía intervención del Estado, el cual estimula la actividad
industrial, favoreciendo este sector y generando una clase obrera que
comienza a movilizarse para mejorar sus condiciones de vida y trabajo.
La ideología batllista era
“social – demócrata”, con un modelo de “estado benefactor” esto
era así dado que si bien Batlle compartía la defensa de la libertad, su
concepto de justicia social era muy diferente a lo que muchos socialistas
consideraban.
“Negaba la lucha de clases, que
implicaba darle a la vida política un tono violento y a la vez, la
identificación de un partido político con una sola clase social.
Y la negaba porque sostenía que las clases sociales tienen una
existencia material pero también espiritual, y dentro de todas ellas era
posible encontrar hombres de buena voluntad que actuaran desligados de sus
intereses materiales. Además,
Batlle y Ordóñez sostenía que las luchas sociales en Uruguay no debían
tener la misma violencia que en Europa.
En un país joven, donde los conflictos sociales apenas apuntaban,
donde no existía tradición de lucha de clases, donde los distintos
intereses no se habían enquistado todavía en posiciones irreductibles,
era posible que el organismo representativo de toda la sociedad, el
Estado, actuara como árbitro y componedor en las disputas que el progreso
económico podría aparejar.
Por ello el Estado debía acentuar
su intervención en aras de la tranquilidad pública y de la justicia
social. Al actuar como árbitro
en los conflictos sociales, no debían nunca perder de visa que la
justicia debía inclinarlo a contemplar a los miembros más débiles de la
sociedad.”
(NAHUM; 1975, 22, 23)
Teniendo en cuenta que el nuestro
era un país en el cual el el obrero podía votar, Batlle consideraba que
el voto sería mucho más valioso que una revolución.
Este voto unido al de otros cuya voluntad fuera buena y no solo
regida por lo material, lograría imponer pacíficamente las reformas
consideradas necesarias por
una ideología solidaria y humanitaria.
Estás ideas se vieron volcadas en
muchas de sus realizaciones entre estas la educación. En relación a esta
Batlle expone su pensamiento en un mensaje a la ciudadanía: “Entre
los bienes más grandes a que en el
orden moral puede aspirar un país, debe contarse en primer término, el
de una gran difusión de la instrucción pública, que forma ciudadanos
conscientes de sus derechos, y de sus deberes, elementos sociales de una
moralidad elevada, hombres abiertos a
todas las iniciativas del progreso. Si
en otras épocas el valor y la audacia podían determinar la superioridad
de un pueblo, solo la cultura intelectual tiene esa virtud en la nuestra.
Difundir la instrucción, pues, echar los cimientos indispensables de un
porvenir mejor, fundar las bases sobre que debe reposar todo adelanto; y
no podría haber un gobierno celoso en el cumplimiento de sus deberes, que
no preste una atención preferente a la realización de estas obras” (CARBAJAL
y otros; 1993, 12)
Durante su primer período (1903
– 1907), se crearon facultades, se programó la instalación de diez
liceos departamentales, buscando con esto brindar al interior de la República
elementos culturales que sean superiores a los de la enseñanza primaria.
Durante la presidencia de Claudio William, se crearon 392 escuelas, casi
todas rurales. El 6 de abril
de 1909, se consagra el laicicismo integral en la enseñanza pública
por ley. En la segunda
presidencia de Batlle (1911 – 1915 período de grandes transformaciones
en todo nivel) su mayor
empreño fue extender la educación al mayor número posible de
personas y reafirmar la enseñanza gratuita en los tres niveles, extendió
la enseñanza secundaria y
preparatoria a las mujeres, amplio la enseñanza industrial,
difundió la educación física y extendió la educación cultural
artística y musical.
Barrán y Nahúm consideran que en
materia de educación, el período de 1903 -1915, puede ser comparado con
el período Vareliano. Hubo un aumento del 79% del alumnado inscripto, el
número de escuelas aumento en un 63%, siendo el mayor aumento en las
rurales (92%), que en las urbanas (10%).
La Dirección de Instrucción
Primaria comienza, en 1903, la publicación de los Anales, mediante el
cual informaba sobre la marcha de la educación, haciendo especial hincapié
en su beneficio para el progreso de la nación. En 1909 y 1910, se realiza
la primera reimpresión de las obras de José Pedro Varela.
Se establecieron las escuelas nocturnas para adultos, a una de las cuales concurría Ferreiro mientras trabajaba en una fábrica como obrero. Eso le permitirá luego, a través de estudios libres, culminar sus estudios de Magisterio. |
Influencias recibidas: Ferreiro nace en 1893.
La infancia y juventud de Ferreiro transcurren entre aquellos que
debían trabajar durante todo el día y estudiar en los cursos para
adultos, impartidos en las noches. Ferreiro se vio beneficiado en gran
manera por una buena parte por las, medidas realizadas por el batllismo,
lo que lo lleva a adherirse a él (CARBAJAL y otros; 1993, 16).
En el pensamiento de Ferreiro se
puede notar una gran influencia del libre pensamiento, corriente a la cual
estaban adheridas muchas figuras de prestigio y de la cuál el gobierno
lleva adelante muchas de sus reivindicaciones. Esta corriente era definida
por ellos mismos como el “[…] conjunto de doctrinas filosóficas,
sociales y políticas, a cuyo conocimiento ha llegado la mente humana
después de haber libertado la conciencia del dogma religioso” (CARBAJAL
y otros; 1993, 19).
Muchos de sus ideales eran
propagados a través de órganos periodísticos como “La Antorcha” y
“El libre pensamiento”
La enseñanza era uno de los temas
que más preocupaba a este movimiento, ya que afirmaban que la misma era
la base para el desarrollo y propagación de la idea de libertad.
Una institución, producto de esta corriente era la Liga Popular
para la Educación Racional de la Infancia, la cual publicaba la revista
“Infancia”.
De gran influencia para este
movimiento fueron Rodó y Vaz Ferreira. Ninguno de los dos participó en
forma directa en el movimiento, pero sus ideas se encuentran dentro del
mismo. Un ejemplo de esto la presencia de la importancia que ello le daba
a la extensión de la enseñanza para promover el libre examen, la crítica
y la libertad.
Fue de gran influencia también
para el Uruguay de aquel entonces y por lo tanto en la educación que
recibió Ferreiro mientras se preparaba como maestro, la presencia del cientificismo,
rama ortodoxa del positivismo liderado por Spencer.
Esta ideología fue resultado de un
proceso iniciado en el siglo XVI, cuando a partir de Copérnico la Tierra
había dejado ser el centro del universo, para convertirse en un
minúsculo mundo perdido en tres otros.
Pero es con la doctrina
de Darwin en 1859 que se establece otro punto de ruptura ideológico en la
visión del lugar que ocupa el ser humano, ya no está separado de
originalmente de los animales sino que pasa a ser su descendiente directo
diferenciado a través de los tiempos.
Las repercusiones de esta revolución científica se hicieron
sentir en nuestro país. Fueron
acogidas por el pensamiento racionalista, tuvieron honda y duradera
influencia en la cultura y en particular en la escuela pública.
La reforma de Varela fue llevada a
cabo bajo la influencia de estas nuevas doctrinas científicas.
El cientificismo *
aplicado a la enseñanza primaria pretendió, no solo difundir la visión
de la moderna ciencia y eliminar las supersticiones de una población
analfabeta, sino ser símbolo de desarrollo y progreso.
Los principales conductores de las
reformas tanto en la escuela como en la universidad, José Pedro Varela y
Alfredo Vásquez Acevedo respectivamente,
así como sus colaboradores, tenían una conciencia filosófica
positivista y su fuerte espíritu científico naturalista impregnó la
educación pública derivando en una nueva mentalidad cuyas características
pueden detectarse claramente hasta en las primeras décadas de este siglo.
Más adelante el valor de la
ciencia en la educación se percibe en la obra de Clemente Estable. Este
dictaba clases de biología a futuros maestros entre los que se encontraba
Agustín Ferreiro. Años más
tarde Ferreiro estudia minuciosamente a Darwin, Fabre y otros científicos,
y escribe un libro de más de 290 páginas, El
mesianismo biológico del macho, en este se refleja su deslumbramiento
ante los aportes de la biología y de la genética.
Otra influencia fue la de la Escuela Nueva la cual empieza a tener mayor influencia en nuestro país en la década del 20 del siglo XX. Dentro de la cual sus principales principios eran:
La idea de respeto al niño
Este Principio sintetiza los demás
principios e ideas de la Educación Nueva porque sin respeto al niño no
es posible la educación, porque como decía
Decroly: “El fin de la educación es mantener la vida.” Y para
mantener la vida es preciso dejar que el niño se desarrolle en toda su
vitalidad, con una actividad libre que reconozca su individualidad, que
use como guía sus intereses y le permita vivir en comunidad.
|
La idea de libertad surge con
Rousseau.
Esta idea de libertad constituye
otro de los principios de la “Educación Nueva”. Todos los métodos
que representan y comparten el movimiento de la llamada educación nueva
tienen, entre sus principios básicos, el de la libertad del alumno. Pero
cada uno de estos métodos lleva a la aplicación de este principio
modalidades distintas en cuanto a la forma y en cuanto al grado de
libertad concedida al niño.”...
Este principio de la libertad del
niño para su desarrollo espiritual ganó por completo la pedagogía de la
época, en su aspecto didáctico o sea en cuanto a las técnicas o métodos
de enseñanza. Es uno de los principios de la escuela activa.
María Montessori tiene como uno de los principios fundamentales de su Pedagogía Científica, la idea de libertad para que los niños pudieran manifestarse espontáneamente.
La idea de la actividad
A esta idea se debe que muchas
veces se haya denominado a la Educación
Nueva como escuela activa., cuyos fundadores son Dewey y Kerschensteiner,
que unen la reflexión teórica con la práctica educativa. La idea de la
actividad tiene sus raíces en Rousseau, Pestalozzi y Froebel.
La idea de la actividad está también
presente en la Dra. Montessori la que plantea que no hay que confundir
actividad con falta de disciplina y agrega que una clase disciplinada es
aquella en la que los niños se mueven útil e inteligentemente
La actividad que se plantea tiene manifestaciones en todos los órdenes: en la vida orgánica y física, en la manipulación manual, en la expresión artística, en el aprendizaje basado en la experiencia, en accionar autónomo, en la relación con los demás. Pero, la actividad tiene que tener un sentido, debe estar dentro de un plan o cronograma,, debe estar pautado, pero a la vez debe surgir de las necesidades e intereses de los educandos, debe cumplirse en grupo, no debe ser impuesta, pero sí dirigida.
La idea de vitalidad La idea de vitalidad surge de la
importancia que le da la Escuela Nueva al acrecentamiento de la vida a
través del juego recíproco, de la interacción.
La idea de individualidad La idea de individualidad no es privativa de la Educación Nueva e implica el reconocimiento de la infancia como un período de la vida. La psicología colabora con la
escuela nueva ayudándola a distinguir la infancia y la adolescencia como
fases vitales diferentes de la del adulto y a reconocer las distintas
individualidades.
La idea de colectividad es una idea
antigua, porque la escuela en sí es un ente colectivo, ya Platón en
“La República” defendía la educación para la comunidad. Pero esta
idea se va perdiendo en el tiempo, yéndose hacia una enseñanza
individual hasta que la retoma Pestalozzi y
resurge en las escuelas públicas. La Escuela Nueva retoma esta
idea de la colectividad en las ideas de “comunidad embrionaria” de
Dewey ( por su semejanza con una comunidad en miniatura) y de “comunidad
de trabajo” de Kerschensteiner. Usa esta idea en diferentes métodos. La idea del interés La idea del interés surge con
Rousseau, y es retomada por la Escuela Nueva que propone respetar la
espontaneidad y los intereses personales de los escolares. Maestros
viajaron a Europa y Estados Unidos para estudiar las experiencias
educativas. También llegaron numerosas publicaciones especializadas en
temas de pedagogía, alguno de los cuales fueron recogidos en los Anales
de la época.
Escuela rural (Antecedentes y breve reseña) “Larga es la historia de la escuela rural, inscrita en el frecuentado tema del atrasado de las campaña y de las penosas condiciones de vida de sus habitantes. La aspiración de una escuela que contemplara las necesidades del medio y que actuara sobre él para superarlo, tiene lejanas raíces en nuestra tradición escolar. El primer documento que se registra en el que se expone el estado de la educación en campaña es el Informe Palomeque, elevado al Instituto Nacional de Instrucción pública por el Dr. José Gabriel Palomeque a principios de 1855. José Pedro Varela prestó más
tarde particular atención a la escuela rural.
En el año 1878, convocó un congreso de Inspectores en la villa de
Durazno en el que se trataron temas relacionados con la mejor manera de
establecer, organizar y mantener la educación en el medio campesino.
Durante su breve pero intensa gestión al frente
de la Inspección Nacional de Instrucción
Pública, además de aumentar el número de escuelas rurales,
procuró mejorar la calidad de la enseñanza impartida” (CARBAJAL y
otros; 1993, 219,220).
Un poco más de medio siglo después
Ferreiro publicó su libro en el que expuso algunos de los problemas que
continuaban aquejando a la escuela rural, inserta en la misma situación
socioeconómica que la campaña.
Como nos dice Bralich”Ya desde el
siglo pasado nuestra campaña contaba con escuela rurales (70 en 1880, 400
en 1906, 760 en 1910) pero ellas no eran más que escuelas urbanas
insertas en el medio rural, ya que sus programas apenas diferían entre sí.
En 1917 – en cambio – las escuelas rurales contaron con el primer
programa específico de educación rural, el cual se desarrollaba en tres
años. En las décadas
subsiguientes el tema de la educación rural tomó cada vez más relieve:
ensayos pedagógicos de valioso contenido[1],
congresos y asambleas de maestros que trataron especialmente el tema (en
1933, 1944, 1945), instalación de 40 escuelas granjas en 1944, creación
del Instituto Normal Rural para especialización de maestros, las misiones
sodciopedagógicas, que se iniciaron en 1945 y continuaron durante muchos
años y como culminación de todo esto el nuevo programa para escuelas
rurales, elaborado por un congreso de maestros en 1949.” (BRALICH; 1987,
81)
Pensamiento y obra Mientras transcurría mundialmente
la Primera Guerra Mundial, comenzó su tarea docente Agustín Ferreiro en
una escuela del departamento de Canelones.
Su posición didáctica se enmarca
dentro de la corriente de la Escuela Nueva, en la cual se resaltaba
las necesidades y los
intereses del niño como nucleadores de las actividades educativas. Se
buscaba organizar el currículo según las necesidades del niño. A esto
Ferreiro realiza los aportes relacionados con la importancia del medio,
tomado esto de los principios de la Escuela Nueva, donde se va a realizar
el acto pedagógico. Por lo cual el acto educativo debía verse
determinado históricamente, socialmente y vinculado a la cultura de la
comunidad.
“Encontramos en la obra de
Ferreiro importantes valores didácticos: manejo ponderado de todos los
elementos del acto docente, propuestas renovadoras en las distintas áreas
en una perspectiva de globalización, el diseño de un currículo abierto
que ejerció influencias sobre casi todos los programas escolares que se
han planteado en nuestro país, desde entonces; todo ello sin haber
llegado a explicitar a un marco teórico que fundamentara el modo de
actuar propuesto: la opción por una didáctica que prioriza la interacción
del niño, de la institución escolar con su medio” (CARBAJAL y otros;
1993, 49,50). Sobre esta
concepción didáctica, sobre la reforma institucional, o sea la creación
de escuelas granjas y sobre la reformulación del rol docente como agente
cultural de la comunidad, es que se estructura el pensamiento y la obra de
Agustín Ferreiro.
En su obra, La
enseñanza primaria en el medio rural, podemos destacar distintos
aspecto tratados en ella: ·
condición
de la escuela rural (el medio, los programas, etc.) ·
concepción
y condición del maestro ·
concepción
del niño críticas y propuestas en relación a la enseñanza de las diferentes áreas disciplinares, en mayor medida matemática y lengua. |
El medio:
Para realizar un
análisis de este punto partiremos de textuales palabras de él en su
obra: “El
hombre uruguayo se está convirtiendo en un páramo: muy poco de los que
tienen ansias de superación se quedan en él: lo propietarios de
estancias emigran con sus familias a la ciudad, dejando sus intereses a
cargo de un capataz que por sus condiciones no puede, por lo general,
ejercer influencia educativa en el ambiente; después, como grandes pústulas
malignas, vienen los rancheríos, los famosos pueblos de ratas,
horrorosamente prolíficos; carne segura de hospital, de cárcel o de
prostíbulo. Es ese campo
donde se está incubando la desgracia de la República; es de esos rancharíos
de donde va a venir la muestre de la ciudad porque nada puede darle que no
sea degradación, y no es con palabras, ni con discursos, ni con consejos,
que puede tener remedio este mal.
Si
falta valor moral para destruir las causas que dan origen a esos
“rancheríos”, a la formación de ese tipo infrahumano que constituye
una afrenta para nuestra cultura hagamos siquiera que de esta hecatombe se
salven los niños, o cuando menos, que puedan salvarse alguno de ellos.
Pero entonces el remedio deberá ser proporcionado al mal; nada
puede hacer nuestra escuela
común para amenguarlo. Si se quiere hacer algo debería instalarse en
cada uno de los doscientos rancheríos diseminados en la República, una
escuela de tipo hogar, que cuente con todos los recursos imaginables,
desde médico y la visitadores social, hasta el jabón para higienizarse,
porque esa gente no cuenta con nada; la inmensa mayoría come carne cuando
la peste voltea la animal y su propietario deja el cadáver en el campo,
después de haberlo “cuereado”. (FERREIRO; 1960,184 – 185) ¿Qué esperanzas de redención pueden tener esos niños si ya vienen malditos desde el vientre de las madres?
¿Por
qué tildar de haragana a una carne moribunda a través de toda la
infancia por el hambre y el frío?” (FERREIRO; 1960,184 – 185)
En estas palabras Ferreiro nos
realiza una descripción donde refleja su angustia, sobre las condiciones
del medio. Reconoce que en su posición no puede realizar un cambio de
raíz, la única posibilidad es la de ayudar a ese niño desde una escuela
que sea asistencialita, en donde se le brinde aquello que en su hogar no
va a encontrar. Un alumno del cual no se va a pretender dedique un gran
esfuerzo hacia la educación, cuando no tiene satisfechas las necesidades
básicas y su condición de vida es muy inferior a estas. El programa:
Ferreiro considera que un cambio
curricular es algo que no puede ser pasado por alto para lograr un cambio
profundo en la escuela, aunque no sea condición suficiente y única.
El afirma que es necesario tener en
cuenta el nivel colectivo del menor ya que “[…]
los programas están hechos con la vista puesta en un hombre de campo
imaginario al cual se concibe como perfecto y se pretende que los niños
así formados atraviesen sin pérdida, la crisis de la pubertad y la
adolescencia.
Se
pensó mucho en el adulto y poco en el niño, como si se hubiera dicho:
“El hombre de campo que nosotros concebimos como perfecto, debe tener
tales conocimientos; como en ese medio no hay más institutos de enseñanza
que la escuela rural a ella debemos confiar exclusivamente, la formación
de ese tipo y por consiguiente establecer en sus programas los
conocimientos que debe poseer el hombre de campo, concebido por nosotros
como ideal” (FERREIRO; 1960, 32)
Se le quiere brindar la preparación
para su desempeño como hombre, pero Ferreiro plantea qué pasará con ese
niño cuando en la etapa intermedia entre la niñez y la adultez, esos
conocimientos por falta de aplicación, ya que nadie confía en ellos para
darle un trabajo. O sea no hay necesidad de que los programas busquen
preparar al niño como un hombre, sino que deben ser respetados sus
tiempos e intereses.
Uno de los temas de discusión de
la época era la diferenciación de los programas urbano y rural.
Ferreiro en el Primer Congreso Nacional de Maestros realizado el 12
de febrero de 1933 afirmó: “No
deseamos establecer diferencias entre la educación del niño de la ciudad
y la del campo; pero afirmamos que una educación para ser real, debe
desenvolver aptitudes para reaccionar en la forma más favorable a la
totalidad de los intereses del hombre, y bien: en medios distintos hay que
educar por medio de conocimientos distintos (…). La inadaptación de la
enseñanza al ambiente, rompe las conexiones que une al niño a la
tierra” (CARBAJAL y otros; 1993, 255).
Esta idea tiene dos implicaciones
esenciales: una es la relación del niño con el medio donde vive, y otra
la forma de enseñar. Si conoce bien su propio medio será capaz de
comprender también lo que ocurre en ambiente diferente, lo que le
permitirá tener capacidad para optar (CARBAJAL y otros; 1993, 255).
En 1949 se sometió a una revisión
general del programa para la escuela rural en el Congreso de Pirlápolis.
El mismo respondió a las expectativas de ruralización,
no solo de Agustín Ferreiro, sino de todos los que participaron de esa
larga trayectoria comenzada en Durazno, en 1878, en el Congreso de
Inspectores convocada por Varela.
“El programa recogió muchas de las inquietudes que durante años había venido sembrando el maestro Agustín Ferreiro” dice Miguel Soler” (CARBAJAL y otros; 1993, 202).
b. Concepción y condiciones del maestro En sus propias palabras
se plantará a continuación su idea sobre la labor del maestro. “[…]
considero que el maestro siempre llevará sobre sus hombros, sean cuales
sean los planes, los programas, los medios y los fines, toda la
responsabilidad en materia de la educación del niño” (FERREIRO; 1960,
21) Para Ferreiro el maestro debía,
ser poseedor de una buena capacitación, formarse permanentemente, ser
creativo y tener espíritu crítico, tener respeto hacia el niño como
persona, estimular la autonomía de pensamiento, todo esto vinculado al
medio.
Afirma que sus condiciones de
trabajo no son las ideales, pero las mismas eran peores para el niño,
quien es el que queda relegado frente a la escasez de tiempo directo para
atenderlo. “El tipo de escuela
rural que más abunda en el país es la que cuenta con un solo maestro
quien debe atender a la vez, como mínimo, cuatro clases: 3er. Año, 2º,
1º adelantado y 1º atrasado.[…].
El
tiempo efectivo de trabajo diario, descontando recreos y otras pérdidas
inevitables, es de cuatro horas lo que da para cada clase una hora de
atención directa del maestro. En
ese tiempo, una hora diaria a los sumo, es que se actúa directamente
sobre cada sección […]. (FERREIRO; 1960, 37)
Esto provocaba que el maestro diera
gran importancia a la memoria para que aprendizaje fuese rápido.
Lo más utilizado, por tanto eran trabajos que se realizaban de
forma mecánica, como planas, copias, operaciones, resúmenes, etc., de
esta forma se podía tener ocupado a aquellos alumnos que el maestro no
podía atender de forma directa.
Otro problema señalado por
Ferreiro era la poca asiduidad en la concurrencia a clase, por diferentes
causas, enfermedad, utilización del niño para trabajo en el campo, etc.
Esto traía como consecuencia en
propias palabras de Ferreiro: “
Todas estas irregularidades en la concurrencia a clase determinan que el
maestro pueda aprovechar poco las ventajas propias de la enseñanza
colectiva; poco a poco dentro de cada grupo, se van estableciendo
diferenciaciones que obligan
a la enseñanza individual, de modo que nuestro cálculo señalando una
hora como tiempo máximo de atención directa que el maestro puede prestar
a cada clase, se condiciona a situaciones de homogeneidad; cuando éstas,
como es corriente, no existen, el tiempo de atención directa se reduce en
proporción a la heterogeneidad de cada grupo” (FERREIRO; 1960, 39).
Otro problema planteado por
Ferreiro el aislamiento del
docente que lo lleva a ir perdiendo su capacitación como educador, frente
a esto plantea que el docente no estará realmente capacitado para
presentarle al niño verdaderos problemas, afirma que deben presentársele
al alumno actividades que realmente sean nuevas para él para así pueda
construir caminos no antes recorridos, por lo tanto dice que no deben ser
simple ejercitación. Como solución a estos problemas el maestro debía procurar su continua actualización, romper con el aislamiento y para todo esto propone la utilización como herramienta y medio la utilización de un servicio público, el correo, a través del cual le llegarán al maestro elementos que le permitan mantenerse en contacto con el trabajo de otros maestro y a su vez estar a actualizado, siendo así el principal beneficiado el alumno.
c. Concepción del niño Señala la importancia de no
considerar al niño como un hombre pequeño, él mismo dice: “Y
hubo hace ya muchos años una doctrina que consideró al niño como un
hombre en pequeño, en miniatura (…) el homúnculo.
Así
concebido el niño, no podía esperarse que tanto sus maestros como sus
padres, dejaran de tratarlo como adulto y se tendía a que en todas sus
manifestaciones se comportara como tal. ¿Ha desaparecido totalmente en los hechos la doctrina homunculista? Decididamente, no. todavía hay muchos rastros de su influencia: aparecen en los programas donde se establecen puntos difícilmente concebibles por el niño (…). Las
escuelas que actúan como si su fin fuera hacer del niño un adulto, que
un ser de doce años salga de sus aulas como si tuviera treinta(…) no
pueden realizar obra de provecho porque para llegar a ese fin destruyen
todo lo que en el párvulo había de noble para la afirmación de su
personalidad (FERREIRO; 1960, 27, 28).
Otro planteo que realiza es la
importancia de atender el desarrollo cognitivo del alumno, las diferencias
individuales y el uso de lo real y
cercano al niño, “lo concreto”.
Afirma: La escuela no tiene en cuenta estas diferenciaciones; procede como si
todas las mentalidades estuvieran bien confirmadas; los lanzan de lleno a
la abstracción, antes de tiempo y a un mismo tiempo (…). (FERREIRO;
1960,104).
“Actualmente
es el maestro el que va de lo concreto a los abstracto, no el niño; a éste
lo llevan, lo arrastran; no lo conducen; una vez que el maestro sentó lo
que el cree base para la abstracción, lo lanza de lleno en ese mundo sin
tener en cuenta las aptitudes individuales, sin preguntarse siquiera si el
tipo medio de niño de seis, de siete, etc. es capaz de concebir lo que se
le quiere enseñar (…).
Mientras
la escuela no actúe sobre lo abstracto, procediendo de modo que lo
abstracto se produzca como un desprendimiento espontáneo del niño,
estaremos trabajando en el
vacío (FERREIRO; 1960,104). (…) se pretende pasar
demasiado rápido de lo concreto a lo abstracto; a que prematuramente y
sin bases sólidas, se lanza al niño a moverse en un mundo que él no
puede comprender.
Dejemos
que se despenda por su propio impulso; nadie mejor que él sabe cuándo
tiene sus alas prontas.” (FERREIRO; 1960,110).
“Trabajando
así, de forma que los desprendimientos se produzcan espontáneamente, no
se corre el riesgo de estar deformando espiritualmente al alumno (…)
(FERREIRO; 1960,112).
En la mayor parte de su obra
siempre hay un ir y venir en la enseñanza de los conceptos.
Realiza las críticas a la forma en que lo maestros enseñan, pero
también realiza propuestas un ejemplo de estas propuestas es el ya
mencionado trabajo con lo concreto, o el uso de problemas para ayudar el
desarrollo cognitivo del niño. Toda
su obra gira en torno a la enseñanza de las diferentes áreas por lo cual
en este trabajo no profundizaremos en ello, pero si es de destacar que en
su libro dedica capítulos especiales a la enseñanza de la lectura, de la
geometría y aritmética, del escribir y hablar.
Pero a su vez en los anexo propone ejemplos prácticos sobre todas
las áreas. Proyecto sobre escuelas granjas
Este proyecto surge por la necesidad que plantea Ferreiro sobre que la escuela se apoye en el medio en el que se encuentra para formar a sus alumnos, ya que conocer bien su propio medio implicaría para el niño tener la capacidad de comprender lo que ocurre en otros ambientes diferentes, pudiendo así desarrollar la capacidad de optar. En el art. 2º de este proyecto se
plante que la misión de estas escuelas es irradiar su influencia en la
forma de vida y trabajo del medio en que actúen.(…) En los que respecta
a sus alumnos se estimará cumplido su propósito cuando los egresados del
curso Post – Escolar estén aptos para hacer frente a su subsistencia y
a la de su familia. (CARBAJAL y otros; 1993, 260).
Se integraría una comisión para
la elaboración del programa para estas escuelas
Conclusiones Podemos afirmar que las ideas de
Agustín Ferreiro siguen siendo vigentes en nuestros días, en una escuela
rural que continúa en aislamiento, con docentes que se encuentran sin
apoyo y con pocas posibilidades de actualización en lo que respecta a
cursos., sobre todo en aquellas unidocentes.
En nuestra práctica pudimos observar
lo que Ferrero dice acerca de una atención directa del docente al
alumno de no más de una hora, y menos también, dado que cuantas más
clases diferentes tenga el docente menos atención podrá darle
a cada una de ellas. Esta
situación lleva a que sea difícil elevar al que tiene dificultades, pero
a su vez también es difícil no poner un tope al que no las tiene.
Su obra no es únicamente una crítica
a la situación rural, sino por sobretodo una obra que plantea soluciones
que pueden ser llevadas a cabo fácilmente desde el punto de vista
docente: el propio autor aplicaba lo que afirmaba. De esta manera estas
soluciones no solo resultan fundamentadas desde lo teórico sino también
con ejemplos prácticos. Es una obra que nace de sus propias
experiencias como docente y no solo del apoyo en las ideologías reinantes
en la época, por eso nos animamos a afirmar que esa es la razón de que
muchos de sus ejemplos y fundamentos aún son factibles de aplicación.
Bibliografía:
-BRALICH,
Jorge, Breve historia de la educación en el Uruguay, 1987, editorial Del
Nuevo Mundo, Montevideo, Uruguay. -CARABAJAL,
Nancy y otros, AGUSTÍN FERREIRO
tradición y vigencia de un educador uruguayo, 1993, editorial Melga,
Montevideo, Uruguay. -FERREIRO,
Agustín, La enseñanza primaria en
el medio rural, tercera edición
1960, 1era edición 1937,
editorial Florensa & Lafon, Montevideo, Uruguay. -NAHUM,
Benjamín, HISTORIA URUGUAYA Tomo 6: La época batllista, 1975, editorial
Banda Oriental, Montevideo, Uruguay. -NAHUM, Benjamín, Manual de historia del Uruguay Tomo II 1903 – 1990; 2000, 1er edición 1995, editorial Banda Oriental, Montevideo Uruguay.
Referencias:
* Debe aclararse que Varela no respondía al “Cientificismo” como corriente filosófica, como en el caso de Francisco Berra, su colaborador, que tuvo una enorme influencia en el magisterio nacional a través de sus textos de Pedagogía basados en esta tendencia.
[1] Entre los que encontramos el ensayo de Agustín Ferreiro “La escuela primaria en el medio rural”, 1937
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por Recuero, Cecilia - Rey, Solange - Soler, Natalia
Estudios
de Historia de la Pedagogía
Pensamiento Nacional
Estudiantes de 3er año de Formación Docente
Orientación y Coordinación: Emilio Marenales
ANEP - CODICEN
Dirección de Formación y Perfeccionamiento Docente
IFD de la Costa
Lagomar, 2006
Ver, además:
Recuero, Cecilia - Rey, Solange - Soler, Natalia
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