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Duplicando la voz se alza la vida, duplicando, siempre duplicando.
Duplicando el rencor nada te abriga
no hay justificación alguna de estar vivos.
Duplicando, caminamos seguros
en la duplicación de manos extendidas,
de ardores y escalones a fuerza de sudor
en la marea de sueños compartidos.
La fiebre de los mástiles se impone
aún en la carencia más absurda,
si duplicamos con firmeza la idea,
la convicción de ser lo que aspiramos.
Dentro del fango humano hay noctilucas; nada mejor que verlo
para ir al rescate de antiguas ilusiones.
Duplicando la guerra, solo se logra el odio
en este maremagnum de fantasmas
y cuerpos calcinados por metrallas,
o de simples desprecios cotidianos.
Falta seguir de a pie golpeando puertas
a corazones buenos, o a herrumbrados,
por carceleros rudos de hambres no saciadas.
Hambre de pan seguro... hambre de amor seguro
hambre de Dios, guiando.
¡ Solo duplicando la piel somos hermanos !
Y ya no habrá barreras desangradas
ni pasiones amargas en la boca
para librar de luz la última batalla,
porque solo duplicando la piel,
somos hermanos ! |