Vidalita del nacimiento Sylvia Puentes de Oyenard |
Clarines del alba. ramos de alegría, dieciséis de agosto vidalitay
por la patria mía. Campanas de escarcha anuncian la nueva: un niño ha nacido vidalitay,
ave mensajera. Un cielo celeste y un sol repentino para Cerro Largo vidalitay
abriendo un camino. El lucero vela y la madre mira, serafines cantan vidalitay
esta melodía. Velay Aparicio serás General. tu pecho bravío. tu honra sin par. Galopa valiente sobre tu alazán. hilarán las nubes tu poncho de azahar. Velay Aparicio Saravia inmortal, velay astro blanco junto al Olimar. Corceles de plata, alas de rocío. gorjeo de estrellas vidalitay
para su atavío. Clarines del alba ramos de alegría dieciséis de agosto vidalitay
por la patria mía. |
“Sin abandonar por ello su modo de vida rutinario y tosco, el bayano se va transformando en hombre opulento, mientras le nacen los hijos llamados un día a repartirse la herencia. Cuando muera, en 1893, dejará (sin contar lo que compró en Río Branco) más de 30.000 hectáreas de la mejor calidad. Distribuidas en nueve estancias de buen tamaño. En
una de esas estancias, La chilca, la segunda que pobló como arrendatario,
pero recién la cuarta que adquirió en propiedad, nació la mayor parte
de sus hijos, incluso Aparicio. Abarcando el triángulo comprendido entre
los arroyos de la Ternera y Sánchez y la Cuchilla Grande, estaba ubicada
en ese tiempo en Cerro Largo; a partir de 1884 en que se creó el
departamento de Treinta y Tres, pertenece a él.” C.
Enrique Mena Segarra (Aparicio Saravia, las últimas patriadas) |
Velay Aparicio Saravia inmortal
Sylvia Puentes de Oyenard
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