La casita del cangrejo
Sylvia Puentes de Oyenard

Era este un cangrejito 
que vivía en alta mar, 
era amigo de las ostras 
y también del calamar.

Él su casa había hecho 
con los brazos del coral 
y vivía muy contento 
entre los peces del mar.

Vino un día el pez espada 
con su nariz singular 
y la casa del cangrejo 
por el agua hizo volar.

Se enojó el cangrejito 
y del pez se fue a vengar 
atrapándolo en sus pinzas 
hasta hacerlo exclamar:
-¡Suélteme, amigo cangrejo! 
Y no me juzgue tan mal
que su casa tan bonita 
yo no quise derribar.

-Y ¿qué hacías, pez espada, 
para mi casa dañar, 
o te crees que un cangrejo 
no te puede batallar?

-Se acercaba el mediodía 
y yo quería almorzar, 
al llegar hasta su esquina 
vio un atún mi paladar; 
mi nariz tan larga y fina 
yo no pude hacer doblar 
y sin querer a tu casa 
con mi cuerpo fui a golpear.

-Otro día ten cuidado, 
cuando vayas a cazar, 
pues mi casa era completa 
y había timbre en el zaguán.

El mordisco del cangrejo 
llevó al pez al hospital 
y el cangrejo hizo otra casa 
con los brazos del coral.

Sylvia Puentes de Oyenard
De "De chistera y con bastón"
Montevideo, Edicur, 1977.

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