Entre Cenicienta y la Moza Tejedora |
La figura femenina en los cuentos infantiles Reseña histórica de la posición de la mujer en la sociedad |
¿Por
qué importa este tema para la infancia? Precisamente, porque la
literatura ofrece modelos de identificación y así como el niño puede
simpatizar con algunos personajes, odiar a otros, hacer su catarsis y
proyectar temores, también encuentra modelos con respecto al sexo. En las
sociedades patriarcales la mujer es reflejo de épocas en que los hombres administraban el mundo y ellas esperaban pasivamente el
regreso del conductor familiar. Pero muchas veces se olvida que ellas
fueron las recolectoras de productos agrícolas, las que descubrieron técnicas
para preparar y conservar alimentos y las que intentaron curaciones con
diversas hierbas que, sintetizadas, han dado fundamento a la medicina
moderna. La mujer, desde el principio de los tiempos, cuidó a los hijos,
los arrulló, les trasmitió los conceptos elementales de la convivencia
grupal y desarrolló una representación simbólica que fue la base de
nuestra evolución como seres que piensan y utilizan el lenguaje como
forma válida de comunicación. Pero
la mujer no tuvo acceso al arte, la ciencia o la vida pública. Hay casos
aislados y que, por lo tanto, han trascendido sin desmedro de sus valores.
Como latinoamericanos pensamos en una sor Juana Inés de la Cruz, pero no
debemos olvidar que Jenofonte, quinientos años antes de Cristo describía
a la casada ideal como a la mujer educada para “que viera, oyera y
preguntara lo menos posible”. |
Y
¿acaso en los albores de nuestra independencia no se usaban los
“branks” en Inglaterra para castigar, con ese instrumento de tortura,
a las mujeres “que hablaban demasiado”? Durante la Revolución
Francesa, Olimpia de Gouges (1794) proclama Los Derechos de la Mujer pero,
sin embargo, los que lograron difusión —y correspondiente aprobación—
fueron los Derechos del Hombre y el Ciudadano, y solo en el siglo XX se
obtiene paulatinamente la equiparación de derechos cívicos y civiles
entre hombres y mujeres. Hablar de figuras femeninas implica una referencia a arquetipos que han convivido con la sociedad por milenios. La
identidad no se compra, se trasmite Salvo
las diferencias de fenotipos, talentos y virtudes, hombres y mujeres
nacemos iguales, pero la discriminación existe desde el génesis y se
perpetúa. Por eso la vivencia de cada mujer en relación a su imagen ha
sido de sumisión, de reconocimiento de límites. Límites impuestos por
una sociedad donde varón es sinónimo de fuerza y mujer de inercia, o lo
que es igual, hombre/ dominador, mujer/ dominada. La
conciencia social introdujo algunos cambios, pero aunque la violencia física
se sanciona penalmente igual existe ya sea en forma manifiesta o de
alternativa. Son las agresiones subliminales, que incluso se proyectan a
través de la educación, y duplican los ámbitos de poder fomentando la
discriminación de los géneros. Nuestra labor será describir someramente
esos patrones que se han trasmitido por medio de la oralidad, el folclore
y la literatura. Algunos libros nos permitirán advertir que las protagonistas femeninas son símbolos de valores tradicionales como la mansedumbre y la sumisión y en otros —los menos— prototipos de infracción y ruptura. Mujer
Ancestral vs. Mujer Transgresora Liliana
Mizrahi las ha ubicado en los parámetros de mujer ancestral y
transgresora. La
mujer ancestral está fija en el tiempo, cristalizada en su identidad. Ni
se cuestiona ni se busca, sólo necesita desarrollarse en los moldes que
le gestaron con anterioridad. La
mujer transgresora, en cambio, busca redefinirse, actúa, lucha, se
rebela. “Es el resultado de la ancestral en crisis”, precisamente
porque pone en crisis los valores que fueron aceptados en forma pasiva. Una
permanece en la esfera de lo que fue, la otra en el devenir que se
construye. Mujer
ancestral y transgresora son nuestro pasado y nuestro futuro, necesarias
para conjugar la identidad. Somos nosotras y nuestra imagen. Conocerlas a
través de algunos libros para niños y jóvenes será ir al encuentro de
arquetipos que nos legaron la historia, la cultura, el poder y la política.
El tema adquiere vital importancia desde el momento que el protagonista niño
asume el papel del doble del lector permitiéndole una rápida
identificación. En el siglo XX ha habido una reacomodación de la mujer en diversos campos, pero aún cuando en nuestro país (Uruguay), los derechos cívicos y civiles son igualitarios para uno y otro sexo desde 1946, fue necesario un Proyecto de Ley que, sancionado en 1989, exigiera “Igualdad de oportunidades y de trato para ambos sexos en materia laboral”, cuya autoría corresponde a la Dra. Raquel Macedo de Sheppard. |
Modelos
femeninos en la literatura infantil Apasionante
tema que sólo es útil a una introducción para entender algunos de los Modelos
femeninos que ofrece la Literatura Infantil y que Judith Stevenson
estudió en EE.UU. (publicado por University of Chicago Press en 1976)
sobre las diferentes ocupaciones de hombres y mujeres en los libros
infantiles (se descartaron cuentos tradicionales, religiosos y de culturas
foráneas, sólo se consideraron los libros norteamericanos)
correspondientes a dos períodos: 1930-1938
(época de depresión, previa a la Segunda Guerra Mundial), en esos libros
había: 169
ocupaciones para el hombre. 30
ocupaciones para la mujer. 1963-1973
(momento en que la mujer ingresa con fuerza en el mercado laboral) encontró: 150
ocupaciones para el hombre. 39
ocupaciones para la mujer. Advirtió también que disminuían los trabajos manuales y aumentaban los técnicos, pero además de la escasa repercusión de la realidad en la Literatura Infantil sobre la situación de la mujer, en las páginas ellas mantenían papeles completamente secundarios y tradicionales con respecto al hombre. El trabajo de Stevenson es interesante y se puede analizar en forma completa en la revista Parapara Nº 2, 1980. Sólo nos interesa destacar el desfasaje entre la realidad y la Literatura Infantil que se ofrecía a los niños de ese momento y se mantiene en altos porcentajes de la biblio-grafía. Por otro lado este hecho puede convertirse en limitación a las aspiraciones femeninas, porque no refleja con exactitud la posición de la mujer. Perspectiva
en los libros didácticos del Río de la Plata Un
estudio realizado en nuestro medio sobre “La escuela primaria como
generadora y reproductora de contenidos sexistas en la sociedad
uruguaya”, de la Prof. Diosma Piotti (quien trabajó en colaboración
con Guillermo Amoroso, Alejandra Arrarte y Carmen Álvarez) investigó en
cinco escuelas públicas de Montevideo y una privada laica. El informe
concluye, entre otros conceptos, que: —hay
dos ámbitos diferentes: familiar y escolar. En el familiar hay
diferencias entre lo que es la realidad y lo que los niños creen que
debería ser. —hay
apertura en los profesionales que eligen las niñas, que también son más
permeables a los cambios. —La
investigación realizada pone en evidencia la discriminación sexual
negativa que existe en relación a la mujer. —Los
libros escolares son los que trasmiten con mayor profundidad los
estereotipos sexistas de la sociedad. Esta
postura, que aparece en la Revista Nº
2, Año 2, del Instituto de la Mujer, fue cuestionada públicamente
por la Prof. Otilia Fontanals. No entraremos en detalles, comentamos la
información que Uruguay no es un país aislado en la presentación de la
temática. Podemos leer en “La Nación” del 26 de abril de 1987 que en
Argentina: “El Consejo Deliberante aprobó un proyecto mediante el cual
se solicita al Departamento Ejecutivo que se adopten las medidas
necesarias para el cumplimiento estricto de las normas sobre eliminación
de todas las formas de discriminación contra la mujer en los libros de
lectura de las escuelas municipales.( ) Se preocupa que reflejen la
realidad de la sociedad argentina, y especialmente la ciudad, a cuyo fin
recomienda la utilización de la información que brinda el Instituto
Nacional de Estadística y Censos”. En
1993, la maestra Rosana Pereira Delitti, en su monografía para optar al Título
de Experta en Literatura Infantil en la Cátedra de Literatura para Niños
y Jóvenes “Juana de Ibarbourou”, hizo un estudio en los libros
escolares utilizados en la Escuela Pública Nº 74 “Felipe Sanguinetti”
donde concluye: “Los libros escolares reflejan una posición sexista
donde el papel masculino prima sobre el femenino” tanto a nivel ideológico
como de representaciones. Y agrega: “Los libros escolares responden a un
esquema social defensivo, conservador y con una tendencia reformista
escasa”. Su estudio incluyó textos de lectura, cuentos y libros de
historia, porque quizás sea en ellos donde el desconcierto es más
evidente. El vacío femenino en estos estudios es tan grande que
impresiona como si la historia se hubiera construido con una parte de la
comunidad y no con toda. Pero no sólo nuestro país presenta estereotipos, Marisa Bonazzi y Umberto Ecco, arriban a conclusiones similares en Italia en 1972 y otros datos interesantes podemos leerlos en el libro de Elena Gianini Belloti (A favor de las niñas). De la fábula al cuento tradicional Las
fábulas y la cultura oriental, fuente de nuestra literatura, ofrecen
buenos ejemplos de la posición de la mujer que, si recordamos, en
el Hitopadesa comen por
dos, tienen ingenio por cuatro, malicia como seis y pasiones como ocho... |
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De Sylvia Puentes de Oyenard
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