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Y cómo amarte más
si por amarte muero
y tu luz es mi sol
y tu paz mi sosiego.
Y por qué no decir este temor
con el que yo te quiero
de que este tiempo sea
tan solo frágil pasajero.
Pero quiero guardar tu paso por la arena
y volverme a morir en tus corales,
por sentir una vez la fuerza de mi sangre
ganarle a este temor de que me duelas.
Y es que cada mañana me abandono
al peligro de quererte.
Y qué dicha sentir que tú me quieres.
Qué delirio callado este alborozo
el día que soltaste mi cuerpo entre tus venas.
Qué canto de timbales tu nombre por mis calles.
Qué cerca queda el cielo que desliza
amapolas violentas que me orillan.
Y cómo conozco tu presencia
en la pura raíz de mis espejos.
Qué total el mundo y sus silencios.
Qué plenitud furiosa en las praderas.
Y qué encendido amor la tierra entera. |
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