Dos sonetos compatriotas A J. E. Rodó |
Presiento tu envoltura: la persiana me deja contemplar húmeda calle. Te imagino agobiado: la más sana Textura de la vida, el ágil talle no integran la figura rodoniana. Mas tampoco las lágrimas del valle se asoman a tus ojos. Soberana, la mente no hay gemido que no acalle. Me intriga el ser modelo o paradigma tu higiénico abecé de tau y sigma. ¿Por qué la gran tensión, por qué la rota, trabajosa, ascendente senda y paso? A no ser que de veras sea fracaso el jocundo gozar del compatriota. |
Enrique Puchet - (10.84)
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