INFORME: “Intervención
pedagógica en procesos de exclusión cultural” en el Merendero “Las Higueritas” en Los Bulevares
(Montevideo, Marzo- Noviembre 2004) Investigadores: Ruben
Tani, Beatriz
Carrancio, Edgardo Pérez y María Gracia Núñez No
es lo mismo estudiar en una escuela pública en el centro o en Pocitos o
en Malvín que asistir a las escuelas públicas del Montevideo oeste, o de
otras zonas de Montevideo que tienen graves carencias socio-económicas y
donde los niños poseen capitales culturales que son valorados de modos
muy diferentes. Para mencionar una información contemporánea, el Diario La República con fecha 06/10/04 refiere que en la IMM se
presentó la primera etapa de trabajo del Observatorio Montevideo de
Inclusión Social, enmarcado en el proyecto Red 10 "Lucha contra la
pobreza urbana" que cuenta con la financiación de la Unión Europea
por tres años. En este informe se admite que en Montevideo hay “muchas ciudades dentro de una ciudad que no se reconoce”. Las
conclusiones expuestas mostraron un Montevideo fragmentado, sumamente
pobre y desigual si se reagrupan los 62 barrios que lo conforman.
Asimismo, el coordinador técnico del proyecto, sociólogo Gustavo Leal,
puntualizó que "la exclusión social se puede representar como la
acumulación en el tiempo y en el espacio de riesgos específicos que
dificultan o impiden la realización de ciertos derechos (civiles,
sociales, económicos, políticos y culturales) y la integración del
grupo afectado con su medio o a la sociedad". Y subrayó que
"desde esta perspectiva los excluidos son colectividades, grupos
sociales y no individuos aislados. Montevideo no es uno sino muchos.
Algunos tan distintos que no se reconocen entre sí"[1].
Los
datos proporcionados por el Observatorio muestran que en Montevideo la
exclusión social, junto con la pobreza, se han polarizado, permitiendo
distinguir con claridad zonas donde está muy presente y otras donde es prácticamente
nula. Este fenómeno, no es algo nuevo sino que deriva de un proceso de
solidificación que tiene más de 20 años, por lo que en algunos barrios
la concentración de la pobreza y el aislamiento social permanecen desde
hace dos décadas incambiados. La
sistemática localización y concentración en 16 barrios de la capital de
los mejores desempeños educativos, los mejores niveles de talla, los
menores niveles de desempleo y los mejores servicios, las viviendas sin
hacinamiento, entre otros indicadores sociales, económicos y demográficos,
ha permitido que solo un 30% de la población se haga partícipe de los
mejores niveles de vida y las principales oportunidades sociales. Estos
barrios son Carrasco y Punta Gorda; Punta Carretas y Parque Rodó;
Pocitos; Malvín; Centro; Parque Batlle, Villa Dolores; Tres Cruces; La
Comercial; La Blanqueada y Larrañaga; Buceo; Prado, Nueva Sayago. La otra
cara de la moneda esta formada por un 25% de los montevideanos que viven
en 12 barrios de la zona oeste y noreste de la capital que en su conjunto
tienen más del 75% de los indigentes, más del 60% de los pobres, la
mayoría de los hogares con hacinamiento y la mayoría de quienes no han
culminado los estudios obligatorios. Allí también se concentra el 85% de
los hurgadores y la casi totalidad de los asentamientos. Los barrios son
Las Acacias; Piedras Blancas; Manga; Toledo Chico; Punta de Rieles, Bella
Italia; Jardines del Hipódromo; Paso de la Arena; Tres Ombúes, Victoria;
Bañados de Carrasco y Villa García, Manga rural; Casabó, Pajas Blancas;
La Paloma, Tomkinson y Casavalle. En
este breve informe nos referiremos únicamente a nuestra experiencia con
niñas, niños y adolescentes en un Merendero de Paso de la Arena. Allí
las familias son muy numerosas y la mayoría de los padres, madres o
mayores que tienen a cargo estos niños y adolescentes están desocupados
o con empleos muy precarios. Por ejemplo, trabajan en las quintas por $ 60
por día, a veces sólo por la comida. Por lo general, no han finalizado
el ciclo de Enseñanza Primaria, lo cual constituye una severa limitación
cuando intentan ayudar a sus hijos con las tareas escolares. La mayoría
de los niños almuerzan en los comedores de las escuelas a las que
concurren. En la Escuela N° 146, la Comisión de madres y padres y el
equipo de funcionarios, docentes y de dirección, consideró necesario dar
a los niños una taza de leche, un rato antes de que se retiren de la
escuela. Todos los días, luego de finalizado el turno escolar, se acercan
al merendero de “Las Higueritas” aproximadamente 140 niños[2].
En
principio, nuestro enfoque de investigación estaba orientado al trabajo
con jóvenes liceales, pero las circunstancias nos obligaron a adaptar la
propuesta en tanto la mayoría de las inquietudes y planteos que recibimos
fueron de niñas y niños, aunque también se acercaron adolescentes y
madres adultas a aprender a leer y a escribir. Han participado
aproximadamente, de manera estable, 15 escolares (entre 2° a 6° años de
Escuela), 4 liceales (cursando 1° y 2° de Liceo), 1 estudiante de UTU
(que concurre al Bachillerato Tecnológico), una joven que no asiste al
liceo y dos adultas. Ante estas necesidades concretas de las y los niños en edad escolar que recibimos nos vimos en la necesidad de flexibilizar nuestra metodología inicial y nos propusimos una metodología más abierta y participativa en tanto los cuatro investigadores compartimos la idea que las niñas y los niños deben ser los protagonistas de los procesos educativos y no solamente las maestras, los profesores, los expertos o los programadores. Así, surgió un trabajo por áreas de interés y consensuado con el grupo que manifiesta y expone sus intereses y necesidades. En este sentido, los niños pueden moverse libremente por el espacio que utilizamos para el taller (en el que existe un pizarrón, mesas, bancos de comedor y muebles que ofician de bibliotecas[3]) para observar el trabajo de sus compañeros, dirigirse al pizarrón para usarlo y hablar con cualquiera de los cuatro investigadores acerca de su trabajo, de sus dudas o de sus intereses particulares, puede proponer temas de discusión, exponer a sus compañeros una investigación que realizaron sobre algún tema de interés, plantear disconformidades con otros planteos, etc.
[1]
Los resultados de estos estudios están disponibles en: www.montevideo.gub.uy/observatorio.
[2]
Es muy importante señalar el aporte de las madres y del grupo junto a
la Comisión del Merendero en el desarrollo de actividades del tipo:
preparación de las meriendas, de los almuerzos que se organizan los sábados
(considerando que los niños no van a la escuela), conseguir los
alimentos a través de la Red de Merenderos, de la IMM, conseguir
donación con particulares, organización de rifas para financiar el déficit
de alimentos, la compra de los insumos, llevar a cabo la limpieza del
local, organizar festivales, festejos y paseos para los niños.
Notamos esta solidaridad y sentido de pertenencia al lugar desde las
primeras reuniones con la Comisión del Merendero. [3] Se trata de una construcción de bloques y techo de chapas, con precarias instalaciones eléctricas. Se dispone de baño. Es importante destacar que a pesar de la carencia de recursos materiales del local, existe una gran limpieza gracias al trabajo de las madres, de los jóvenes y de los integrantes de la Comisión. |
Participación
y construcción del espacio Considerando
que, en Uruguay, los jóvenes disponen de escasos ámbitos para participar
en asuntos políticos, educativos, culturales, etc. entendemos que es
importante apoyar a quienes trabajan en generar un espacio que sea
sostenido por la propia comunidad. ¿En qué sentido hemos logrado que el
espacio adolescente sea continuado por la comunidad?
Desde
el comienzo nos interesa destacar como dato sumamente relevante la enorme
potencialidad que tienen los niños y adolescentes en el proceso de
aprendizaje y sus deseos acerca de compartir temas, textos y experiencias
con familiares, amigos y vecinos. Hay madres que nos cuentan que luego del
taller, cuando llegan a sus casas, les enseñan lo que han aprendido.
Consideramos necesario continuar estimulando el trabajo cooperativo y en
equipo que permita la participación de las niñas y niños tienen para
que, efectivamente, desarrollen mayores responsabilidades en la co-administración
de espacios donde puedan realizar actividades múltiples.
También
respecto a la participación, trabajamos el intercambio de roles: a veces
se mostraron interesados en escribir en el pizarrón palabras, oraciones,
textos, operaciones aritméticas, etc. y nos pedían que les dictáramos
(ellos mismos organizaban los turnos), otras veces dictaban ellos las
palabras, oraciones o textos para que nosotros las escribiéramos en el
pizarrón y nos dedicáramos a analizar sus usos y sus significados que
ellos consideraban interesantes discutir y poner en cuestión.
En
el transcurso de los talleres, los temas que surgen propuestos por niñas
y niños (sobre música, idioma español, matemáticas, ciencia,
literatura, inglés, dibujo, geografía, historia, etc.) se recogen y se
preparan con antelación para la próxima reunión. Se trata de trabajar,
en forma oral y escrita, tratando de comprender los diferentes puntos de
vista que se plantean sobre cada uno de los temas fomentando, en todo
momento, la reflexión, la crítica y la tolerancia. La
asistencia del equipo de investigadores al Merendero fue permanente. Desde
marzo hasta fines de noviembre de 2004, el taller funcionó todos los sábados.
Se integraron cada vez niños más pequeños dado que los niños que
concurren cuentan sus experiencias y vivencias a otros niños, ya sea en
la escuela o en la familia... El
sábado 3 de julio, teniendo en cuenta que se acerca el período de
vacaciones escolares de julio, les preguntamos si preferían tomar algún
sábado de descanso. Respondieron que no, que querían seguir con las
reuniones de los sábados, como siempre. Ese mismo sábado, algunos niños
realizaron en forma espontánea posters-collage sobre el sistema solar,
tema que expusieron oralmente ante el grupo.
La
realidad que nos encontramos es muy diferente a la que creíamos. Para
ejemplificar este cambio que se produjo en nuestra percepción les
contamos algunas experiencias con las que tuvimos contacto: María
se acercó desde la primera reunión en marzo de 2004, cuando tenía 14 años.
Si bien terminó la escuela, por problemas y obstáculos en la familia no
ha podido iniciar el Ciclo Básico que en nuestro país es
“obligatorio” hasta 3er. año. Ha asistido sistemáticamente los sábados
al Merendero y en caso de no poder ir explica extensamente sus motivos, a
pesar de que no se le pregunte. Desde hace dos años asiste a clases
particulares de piano y solfeo con Beatriz. Cuando comenzamos a trabajar
en el taller nos planteó su interés en seguir estudiando. En octubre
mostró gran entusiasmo al contarnos que se había inscripto en la UTU
para estudiar cocina Cocina. Participa activamente en exposiciones orales
(sobre astronomía, geografía, historia, etc.) y produce textos empleando
categorías como argumento, personaje, conclusión, etc. Es muy
“atenta”, por ejemplo, el 18 de diciembre ya nos regaló a cada una de
las familias una tarjeta con motivo de las fiestas navideñas.
Edison
fue el primer niño que se incorporó al proceso de taller (cursa 4to año
de la escuela); luego también comenzó a acudir su hermano menor: Alan y
episódicamente sus hermanos Karina que también va a la escuela y el
hermano mayor de todos ellos, Carlitos. Se acercó su madre al comienzo de
año preguntándonos si se podía integrar porque tenía “muchos
problemas de aprendizaje” y “lo querían medicar”. Edison ha
realizado progresos notables tanto en sus producciones orales y como en
sus producciones escritas. Adquirió el hábito de llevarse revistas y
libros a su casa y luego contarnos lo que aprendió. No faltó ningún sábado
y siempre demandó que le pusiéramos actividades, propuestas sobre
trabajos de lectura y escritura sobre la base de temas de su interés. El
psicólogo de la escuela le ha diagnosticado dislexia. Él vive con mucha
angustia lo que “se dice” de él (psicólogo, madre, padre, maestra,
compañeros de la escuela, etc.) y se preocupa mucho por estos problemas
que siempre nos plantea. Últimamente a la salida de la escuela se agarra
a golpes de puño con sus compañeros y a los adultos les resultan muy difíciles
de manejar estas instancias de conflicto. En la última entrega de notas,
la maestra valoró sus esfuerzos y progresos y le subió el BR que tenía
en el carné de calificaciones con lo cual quedaría “repetidor” a un
“B” que le permitiría pasar a 5to. año.
Por la información que recogimos, efectivamente, tanto Edison como
Alan y Karina pasaron de grado en la escuela. Francisco
es un niño que, para su edad, presenta cierto retraso escolar: ha
repetido algunos años en la escuela. Debemos considerar que tiene poco
apoyo en su núcleo familia en el sentido que, al menos, su padre es
completamente analfabeto. Francisco cursa 4to año de la escuela y, al
mismo tiempo, trabaja repartiendo leña, ayudando en un carro tirado por
un caballo. Edgardo estuvo trabajando con él en tareas de lectura y
escritura. Todos nos preguntamos cómo brindarle apoyo para que pueda
terminar la escuela, cuestión que no parece serle nada fácil. Como le
interesan los autos, le hicimos llegar libros técnicos de diversos
oficios, funcionamiento de máquinas, etc. De todos modos,
lamentablemente, no logramos que se incorporara al taller...
En
Octubre se acercó Jacqueline.
Ella es una joven madre, que sólo conoce letras y nos comentó que quiere
aprender a leer “para poder ayudar a sus dos hijas a hacer los deberes
cuando vayan a las escuela”. Viene al taller con las dos pequeñas: una
de dos meses y otra de dos años, durante su proceso de aprendizaje
amamanta a la pequeña. Sólo sabe escribir su nombre, el de su primera
hija, mamá y papá y está intentando aprender a escribir el de su
segunda hija. Ella vive en otro barrio: COTRAVI, tiene que tomar un ómnibus
para venir al merendero. Sólo pudo cursar 1er. año de la Escuela. Sin
considerar lo que deberían ser los aportes a la sociedad de la escuela
formal nos encontramos con casos de escolares, jóvenes y madres
adolescentes que no saben deletrear, es decir, no conocen las letras, con
escolares que deletrean pero no entienden lo que están leyendo,
adolescentes que no leen y que cuando lo hacen no obtienen conceptos de
sus lecturas. En la mayoría de los casos, es prácticamente imposible
encontrar casos de comprensión global de textos escritos de más de un párrafo,
en los que la comprensión se realice sin auxilio externo. Ninguno tiene
experiencia en la construcción de textos escritos ni tiene la menor idea sobre la
funcionalidad de la escritura. Nos interesa considerar estas situaciones no sólo como « promedios » que surgen luego de comparar las tasas de repetición o deserción de Pocitos y Paso de la Arena sino también y principalmente, como casos particulares de personas con nombre e historia personal que ven sus expectativas frustradas en tanto quien abandona la escuela no lo hace para irse de vacaciones sino que pasa a desempeñarse (cuando no lo hacía ya a tiempo parcial) en changas, zafras, cuidando a sus hermanos menores o vecinos, haciendo todo tipo de tareas domésticas, mandados, etc. Así, la frustración frente al abandono escolar no es experimentada únicamente por las autoridades que tienen expectativas centradas en las medidas que impulsan y de la que depende el éxito de su gestión, sino principalmente por los niños y las niñas que ven sistemáticamente vulnerado su derecho legítimo a aprender. También viven esta instancia con mucha frustración las familias de los niños porque deben resignarse a que sus hijos deserten. |
La
conformación de la biblioteca del Merendero El
grupo comenzó a funcionar en la semana del 9-12 de marzo y una de las
primeras acciones que iniciamos fue realizar una campaña de donación de
libros y materiales para Enseñanza Primaria y Secundaria con la finalidad
de aportar a la Biblioteca del Merendero. En este marco, también enviamos
e-mails a medios de prensa comunitaria (escrita y radial) sobre la
experiencia a desarrollar en «Las Higueritas». Recibimos
múltiples donaciones de muchas personas a las que les contamos del
proyecto. Diversas organizaciones y personas particulares nos acercaron
libros, revistas, enciclopedias, libros técnicos, diccionarios,
historietas en español y en inglés, etc. y/o nos ayudaron y acompañaron
de una u otra forma contribuyendo a que este proyecto fuera posible.
Agradecemos especialmente a los integrantes de la Comisión del
Merendero de “Las Higueritas”, a Ángeles Núñez y a
Carlos Trovarelli de la MFAL, a Anne Beathe Jensen y a Leticia Schiavo
de UNICEF,
al Centro UNESCO de Montevideo, a FUCVAM, a Ricardo
Arocena de prensa alternativa, a la revista electrónica Rebelión,
a Pablo Gadino de Editorial Aula, a Ana María Bavosi
de Libruras, a Mirta Ibarra, a Julia Abero, a Rossana
Campodónico, Teperino Viterbo, Mercedes Artola, Heloísa
Salvo, Alfredo Alzugarat, S. Scorzo y C. Martínez,
Gerardo Bleier, Ismael Alvarenque, Gustavo Verdesio, Luis
Garibaldi, Ileana Lapaz Díaz, Catalina Rosa, Graciela
Sapriza, Alberto Zárate,
Mabel Quintela, Isabel de la Fuente, Laura Paulo,
Miguel Andreoli, Marcelo Rossal, Lucía Lewowicz, Carmen
Caamaño, Raúl
Fornet-Betancourt,
Mónica Marín,
Djamila Romani, Sonnia Romero y Silvia Borges.
El
proyecto contó con el aval de la MFAL y con la financiación del
2IIZ- Instituto para la Cooperación Internacional y MISEREOR de
Alemania, lo que nos permitió adquirir diccionarios de español y de inglés,
textos para el Primer Ciclo de Enseñanza Secundaria (de Historia, Geografía,
Música, etc.), textos de Física, Literatura (narrativa, poesía, épica,
etc.), etc. Nos planteamos cómo promover la lectura más activamente y
hacer que tenga sentido y utilidad la Biblioteca en formación.
Disponer
de este material permitió que se hiciera habitual que los niños
eligieran libremente, al terminar las actividades, libros o revistas para
llevarse a sus casas y los devolvieran el sábado siguiente para así
poder llevarse otros y así sucesivamente. Se trató de una modalidad de préstamo directo de material que quedó establecida desde el
comienzo. El
grupo de investigadores en su conjunto reflexionó y buscó alternativas a
propósito de las dificultades relativas a la colocación de la biblioteca
que se había conseguido en donación y que había sido trasladada a fines
de marzo y a los problemas para instrumentar su uso comunitario en tanto
los integrantes de la Comisión del Merendero consideran que si los libros
(que fueron conseguidos en donación) fueran dejados a disposición de los
niños en los estantes, terminarían por desaparecer ya que serían
robados, destruidos o manchados con cocoa, etc., etc., etc. Al final, como
no sabíamos dónde ubicar los libros, nos inclinamos por cambiar la
biblioteca por un mueble con puertas para colocarlos. La Comisión del
Merendero optó por colocarle una llave con candado, de la cual, por
supuesto, nunca dispusimos de una copia. Uno
de los temores de la Comisión es la no-devolución de los libros. Los
muebles que funcionan como bibliotecas están cerrados con candados, cuyas
llaves poseen algunos integrantes de la Comisión y que la mayoría de los
sábados fue imposible de conseguir por lo cual las bibliotecas permanecían
cerradas durante los encuentros lo cual es considerado por los
investigadores completamente inadecuado. Pese a ello, seguimos llevando
nuevas revistas y libros que, más tarde, eran guardados bajo llave.
Debemos reconocer que en este proceso, nos cabe cierta responsabilidad
respecto a que nosotros no insistimos debidamente en una explicación
fundamentada a los integrantes de la Comisión a propósito de la
inutilidad de poseer un bien y no poder disponer de él. En este sentido,
también debemos reconocer que desde comienzos de junio, Pablo, un miembro
de la Comisión comenzó a realizar “préstamos de libros” los días
martes y jueves de 16:30 a 18:00 horas. Para
llevar un registro de los libros donados y adquiridos se recurrió a una
planilla de Access que nos permitió saber cuántos libros ingresaron en
total a la biblioteca del Merendero (sin contar revistas, aproximadamente
tenemos 200 registros). Se consiguieron programas de Enseñanza
Secundaria, teniendo en cuenta que cuando los chicos tienen que dar examen
se ven en dificultades para conseguirlos y también para acceder a
material de estudio indicado, etc. Todas
las niñas, niños y adolescentes participantes mostraron interés y
colaboraron tanto en la clasificación y encuadernación de los libros (en
aquellos casos en que fue necesario) como en la preparación de la
merienda (que consideramos pertinente incluir en el entendido que era
invierno y vimos que era necesario que tomaran algo caliente ya fuera
acompañado con bizcochos o con pan con dulce de leche), el lavado de las
tazas y la búsqueda de las llaves para abrir el Merendero (lo que no
constituye una cuestión menor si consideramos que a veces teníamos
dificultades para acceder). Los
niños y jóvenes asumieron diferentes roles respecto a las tareas
relativas a la preparación de la merienda: comprar el pan y el dulce,
preparar la leche, servir, recoger y lavar las tazas. Asimismo,
reflexionamos sobre hábitos solidarios de compartir los alimentos y de
contribuir a conservar la higiene personal así como la del local. Respecto
a la organización, destacamos que a veces es difícil el comienzo de las
actividades del taller debido a diferentes situaciones a las que nos
enfrentamos. Frente a ellas, es importante destacar el entusiasmo con el
que los niños tratan de aportar soluciones. Por ejemplo, el Merendero está
abierto los sábados por el almuerzo hasta las cuatro de la tarde por lo
cual las madres, jóvenes e integrantes de la Comisión terminan estas
actividades muy tarde y cansados. Sucede, que hay días que es la hora del
taller y no tenemos las llaves para entrar. Las niñas y niños corren a
buscar las llaves. Nunca se enojan o desertan por esta situación. A veces
no teníamos luz y casi no se veía el pizarrón pero, igualmente,
trabajamos a media luz. En
una ocasión en la que se había roto la cerradura, entre todos decidimos
trabajar afuera sentados en el pasto mientras la luz lo permitió. Si bien
era una tarde ventosa lo que contribuía a que se volaran las hojas de
trabajo, las niñas y niños produjeron textos e imágenes, hicieron
cuentas (las/los que así lo solicitaban) y experimentaron con los sonidos
de algunos instrumentos y cotidiáfonos construidos por ellos mismos. También
recibimos en donación de Silvia Borges del Departamento de Antropología
de la FHCE una estufa a cuarzo, gracias a la cual pudimos trabajar, en
invierno, en un ambiente más confortable.
Sobre la
relación con la Comisión Directiva del Merendero Nos
reunimos por primera vez con Comisión Directiva del Merendero de «Las
Higueritas» en marzo de 2004. En esta ocasión, les llevamos una carpeta
para cada integrante de la comisión con una copia de nuestro proyecto.
Luego hicimos una presentación del mismo e intercambiamos opiniones sobre
la problemática del barrio, las demandas planteadas, los intereses, etc. En
mayo les propusimos a la Comisión del Merendero realizar una actividad en
conjunto: un Boletín Barrial. Ellos tenían que ponerse de acuerdo para
ver qué noticias o demandas les parecía relevantes para la comunidad
incluir y difundir y, posteriormente, nosotros nos ocuparíamos de la
diagramación y de la financiación de la impresión. Al final, parece que
no lograron ponerse de acuerdo entre ellos para redactar las dos carillas
que tendría el boletín que, lamentablemente, nunca llegó a concretarse.
Comienzo
del proceso organizativo En
esta etapa se dio la discusión del nombre que los niños darían al grupo
que comienza a identificarse como tal con participantes más o menos
estables. La selección del nombre se constituyó en una tarea cooperativa
y en un pequeño ejercicio de participación en la que las niñas y los niños
se expresaron y manifestaron sus diferentes motivos, intereses y
necesidades. Cómo
decidió el grupo autodenominarse Ante
una situación concreta dada en el taller se les preguntó cómo denominarían
al grupo. Esta actividad les despertó grandes expectativas por lo que
decidieron proponer distintos nombres y luego votar y optar por aquella
alternativa que reunía más apoyo. Surgieron los diferentes nombres: -
Aprendiendo -
Aprender -
Trabajando -
Jugando se aprende -
Taller de inspiración -
Taller de encuentro -
Taller de clase -
Taller de apoyo -
Taller de integración De
todas estas alternativas, escogieron “Taller de inspiración”
refiriendo, tal vez, a las expectativas creativas, experimentales, etc.
que ellos depositaban en el grupo y en nosotros. Respecto a
lo educativo estrictamente, nos propusimos desarrollar las siguientes actividades grupales en «Las Higueritas»:
Considerando
que tratamos de centrarnos en atender los intereses específicos según la
edad y la necesidad curricular de cada uno de los participantes en el
taller, a veces nos dividíamos en dos o tres grupos y luego hacíamos en
conjunto la puesta en común. ¿Cómo elaborar una propuesta de materiales
didácticos que estimulen el interés de las niñas y niños por la
lectura, la escritura y su interpretación creativa? Siempre
nos proponemos trabajar a partir de los intereses de los adolescentes, de
las niñas y de los niños, tratando de conciliar las distintas propuestas
en cuestión y, paralelamente, planteando alternativas de trabajo y
metodológicas como asimismo introduciendo otros temas susceptibles de ser
discutidos con ellos. ¿Cuál es la demanda en función del contexto? En
este sentido, la dinámica de taller estuvo guiada por la consigna de
“aprender haciendo” que implica construir una zona próxima de
intercambio de conocimientos en el grupo de jóvenes y adultos de acuerdo
a los intereses y necesidades de los jóvenes. (Consideramos los aportes
de P. Freire, O. Decroly, L. Vigotsky, H. Gardner y M. Bajtin). Cuando
intentamos acercar la lectura a los niños tenemos presente, en primer
lugar, sus intereses personales, tratamos siempre que ellos elijan lo que
quieren leer y el tema que les despierte más interés o les parezca más
significativo. En segundo término, una vez que entre todos seleccionaron
la actividad, la materia, el tema, etc., nos ocupamos de asesorar,
explicar y proporcionar más posibilidades (diferentes, pero no por eso
“verdaderas” y “últimas”) a las interpretaciones planteadas por
los niños sobre aquellas cuestiones que son consideradas por ellos como
relevantes. A
partir de las diferentes encuestas y sondeos acerca de qué es lo que les
interesaba aprender, en el correr del tiempo pudimos constatar que respondían:
inglés, música, historia, geografía, astronomía y también propusieron
compartir talleres de dibujo. Pero, a su vez, plantean sus dificultades en
matemática, impulsados por sus madres; ellos no nos presentaban esta área
como problema ni como interés. Asimismo,
esta tarea diagnóstica nos permitió comprender que quizá una de las
formas más adecuadas de fomentar la lectura y la escritura en este
contexto interlocucionario, consiste en abordarlas desde las áreas temáticas
específicas (como también desde la interdisciplinariedad) en tanto esto
es lo que más interés les despierta. Sobre
actividades en “idioma español” Hemos
trabajado el área de lo que se considera el “idioma español”,
desarrollando estrategias de lectura, análisis y producción de
diferentes tipos de textos siempre centrados en la funcionalidad de los
mismos y en la intencionalidad comunicativa de la producción. Se
trata de propiciar la producción de textos (oral y escrita) y de iniciar
una dinámica de talleres teniendo en cuenta la participación en
actividades de aprendizaje no limitadas a las áreas curriculares
formales. Se considera, especialmente, el desarrollo de competencias que
integren conocimientos y estrategias no formales y vocacionales. Se
trata de: 1)
Propiciar un proceso que intenta atribuir responsabilidades
compartidas en la dinámica del grupo. Los jóvenes están realizando
diversas tareas como organizar la biblioteca, catalogar los textos y otros
materiales didácticos. 2)
Promover actividades tutoriales de los que tienen mayor edad, tanto
pedagógicas como vocacionales e institucionales. En
un caso, Ruben recortó diferentes láminas y las pegó sobre cartulinas
blancas. Les propusimos a los niños que, considerando las imágenes,
crearan textos narrativos: imaginaran, proyectaran, redactaran,
re-escribieran sus historias usando un borrador, lo pasaran en limpio a la
cartulina, le pusieran un título, etc. Prosiguiendo
con el trabajo de producción de textos nos proponemos estimular la
escritura creativa con la finalidad de que los niños: a)
puedan interpretar imágenes según sus criterios personales b)
realicen textos coherentes (desde el punto de vista sintáctico y
el léxico) c)
planifiquen su ejecución: comienzo, desarrollo y conclusión. d)
confeccionen un borrador antes de presentar la versión final. Trabajamos
sobre la base de que la elaboración de un texto exige una planificación
diferente a la que requiere la expresión oral, generalmente, considerada
como espontánea. Por ejemplo, se trata de esbozar la idea general, hacer
un esquema, producir un borrador, introducir correcciones que contemplen
puntos de vista que no fueron considerados antes, etc. con el propósito
de que logren dar mayor coherencia a sus ideas, vivencias, experiencias,
creencias y, al mismo tiempo, hacer reflexiones metalingüísticas acerca
de las palabras que emplean. Trabajamos
sobre la base del análisis de las producciones textuales realizadas por
las niñas y los niños sobre temas a elección y temas sugeridos tales
como: el barrio, la amistad, la ecología, los animales, la escuela, etc.
con la finalidad de que los niños reflexionen sobre sus vivencias, las
expresen oralmente y por escrito, interpreten y comprenden las vivencias
de otros compañeros, saquen conclusiones y puedan sostenerlas empleando
juicios razonados. Cuando
se les propuso que relataran cómo sentían su barrio, decidieron
trabajar en grupos y la gran mayoría expresó una opinión muy
positiva de Las Higueritas. Destacaron dos aspectos fundamentales: el aseo
que había en el barrio que entre todos se trataba de propiciar y, por
otra parte, señalaban los buenos vecinos que tenían, que los saludaban,
los ayudaban cuando lo solicitaban, etc. Aquí tenemos dos temas
fundamentales sobre los cuales seguir interactuando: el tema del cuidado
del medio ambiente (cómo se puede mejorar) y el tema del buen
relacionamiento entre las personas (cómo profundizar en relaciones de
compañerismo, de cooperación, de solidaridad hacia los otros, etc.). En
otra ocasión, Ruben confeccionó diferentes collages con cartulinas de 32
cm x 25 cm con la finalidad de incorporar la exploración de los aspectos
verbales y visuales de los textos. Trabajamos durante varios meses en la elaboración de
textos a partir de la relación entre imagen, escritura y oralidad. En un
principio, los niños seleccionaron aquellas imágenes que más les
interesaban y a partir de ellas realizaron diferentes producciones,
consideradas de menor a mayor edad indican que: a)
sólo describen la imagen b)
describen y exponen aspectos causales y atributos a partir de la
imagen c)
elaboran una narración, una secuencia temporal a partir de la
imagen d)
elaboran una argumentación, sostienen una opinión sobre el tema
que les sugiere la imagen El
trabajo con secuencias de imágenes nos permitió continuar con la
producción de textos narrativos. Se les dan breves nociones
introductorias sobre el tema, su desarrollo y sobre
la descripción como texto integrante de las narraciones, etc. En
las producciones de los niños se observan interpretaciones personales
realizadas a partir de las imágenes: descripciones, exposiciones,
narraciones y argumentaciones. Observamos que los más pequeños describen
las imágenes y elaboran narraciones mínimas. Los mayores narran a partir
de lo que les sugiere la secuencia de imágenes. Se trata de que se puedan
“poner en situación” de crear situaciones hipotéticas y de narrarlas
con verosimilitud. En
otra oportunidad se les presentó una secuencia de cuatro imágenes que
pueden sugerir diversas interpretaciones en cuanto a describir los
acontecimientos que podrían haber sucedido. No se les sugiere ni impone
una guión preestablecido sino que redactan historias elaborando
secuencias narrativas a partir de elementos que les sugieren las imágenes.
Se trata de diferentes versiones a partir de las mismas imágenes. Luego
son compartidas y explicadas lo que lleva a la comprensión y al
entendimiento de puntos de vista diferentes, en tanto le solicitamos y
damos tiempo a cada niña y niños para que dé las razones que les
permitan explicarse y explicarnos por qué “ven” de esa manera un
objeto que otros están inclinados a ver de modo muy diferente. Nos
damos cuenta de que si trabajamos con secuencias de imágenes estamos
aprovechando las capacidades que adquieren los chicos a partir de los
filmes y documentales que ven en la TV y que, sin duda, tienen un guión
con secuencias narrativas, dialogadas, descriptivas, argumentativas,
explicativas, etc. Se trata de habituar a los niños a analizar los
guiones (argumentos) que organizan las secuencias: las escenas, los diálogos,
los temas, los objetivos, sus interpretaciones, etc. con la finalidad de
que no sean consumidores pasivos o a-críticos de productos que no les
interesaría, en principio, comprar o consumir. Durante
varios sábados de agosto y setiembre proseguimos con el comentario y el
análisis de estos trabajos realizados por los niños, compartiendo
comentarios y observaciones sobre la organización y el orden textual de
las producciones. En
otra ocasión, se realizó la lectura de un cuento de Juan José Morosoli:
“Andrada” y luego el grupo realizó comentarios sobre el tema del
cuento y las características del personaje y de su “comportamiento”.
Posteriormente, nos dedicamos a trabajar el “diálogo” y diferentes
textos dialógicos
(en textos orales y escritos así como las características del estilo
directo y los signos gráficos, por ejemplo). Para esto (11 de setiembre),
empleamos páginas de revistas de historietas de las que fueron borrados
los diálogos con la finalidad de que ellos pudieran completarlos con las
secuencias que consideraban más adecuadas a las diferentes situaciones.
En todo momento tratamos de integrar el diálogo al texto narrativo. En
otra ocasión, realizamos en grupo el análisis de un texto (imagen)
publicitaria y surgió una posterior discusión sobre la relación entre
el aspecto verbal y el aspecto visual del mensaje. ¿De qué intenta
convencernos? ¿Qué nos quiere vender? ¿Cómo influye en nuestra opinión?
¿Compraríamos el producto? ¿Qué productos deseamos comprar sin saber
por qué quisiéramos tenerlos? Esto da ocasión para trabajar la idea de
“argumento”, elaboración de hipótesis y nociones generales
de argumentación. A partir de este trabajo, surgen diferentes
interpretaciones. Hablamos de la informática, de la comunicación
mediante el uso de video-cámaras, cuáles son los usos de las
comunicaciones en la actualidad (¿cuáles serían las ventajas e
inconvenientes?). Más
allá de las producciones concretas, interesa destacar que cuando proponíamos
que se intercambiaron los trabajos para que todos opinaran sobre los
trabajos de los demás, esto es, en la “puesta en común” de lo
realizado por los niños muchos de ellos expresaban sus temores cuando tenían
que leer lo que habían escrito y mostrar al grupo la imagen sobre la cual
habían trabajado: no se animaban porque les daba vergüenza o porque
consideraban que estaba mal; muchos nos entregaban las láminas en las que
habían redactado sus textos contando la historia para que algún
coordinador o algún compañero se las leyera en tanto ellos no se atrevían.
Aquí
trabajamos la autoestima, resaltando que lo que cada uno tiene de sí para
dar es muy valioso y bienvenido. Estos conflictos que reflejan los temores
hablan de las opresiones de las voces que ellos muchas veces manifiestan
tener como alumnos. Un niño nos contaba que ante todo lo que él decía,
la maestra consideraba que siempre estaba todo mal y que se lo recalcaba
con insistencia. Más allá de este testimonio, podemos reflexionar y
trabajar acerca del problema de la falta de autoestima de muchos de estas
niñas, niños y adolescentes. En este sentido, cabe preguntarse también
cómo evaluar los trabajos y las producciones de los jóvenes buscando
aprovechar esta instancia para valorar positivamente el esfuerzo realizado
por los niños y los jóvenes y también para estimularlos respecto al
reconocimiento explícito y público de sus capacidades. Sobre el
inglés Uno
de los primeros intereses manifiestos fue el aprendizaje del inglés y fue
propuesto por Matías teniendo en cuenta que le ocasionaba dificultades en
el liceo. Fue difícil pensar y concretar un proceso de educación popular
con el compromiso que esta opción implica, con un idioma alejado, en
principio, de la realidad de los niños. Pero, ésta fue sólo una parte
de las múltiples etapas y aprendizajes que se desarrollaron en el grupo.
Sucede que en “Las Higueritas” ningún niño del barrio oye jamás
hablar en inglés, generalmente, no se dispone de televisión por cable
para tener contacto con canales de otros países por lo que les resulta
muy difícil el aprendizaje del inglés en primer año del liceo. Hay
escuelas públicas en otras zonas de Montevideo que tienen asignado un
profesor de inglés en las clases más avanzadas (5to. y 6to.). En
el caso de las escuelas de zonas como la nuestra, los profesores no las
eligen para dar clase ya sea porque les quedan muy lejos, les disgusta
trasladarse, o porque es menos agradable trabajar en “contextos críticos”
(como se dice eufemísticamente para no hablar directamente de “miseria
extrema”). Con esto sólo se refuerzan los conocimientos de aquellos niños
que poseen padres y madres que tienen disponibilidad económica por cual
pueden, generalmente, enviarlos a estudiar inglés de modo particular. Ante
la pregunta sobre por qué querían aprender inglés, los
educandos-educadores respondieron: -
Para subir más la nota en el liceo -
Para prepararnos cuando entremos al liceo -
Para saber -
Porque nos interesa aprender cosas diferentes -
Si viene un inglés para contestarle Quien
se consideró y consideramos más idóneo en esta área asumió el papel
de educador-coordinador-educando guiando el aprendizaje y, luego, todos
aportamos, cada uno desde su propia experiencia. Es importante destacar el
nivel de participación activa y propositiva de los educandos que,
paralelamente, nos aportaban de modo permanente y fecundo, con sus
diferentes ideas, conocimientos, materiales, etc. Se trabajó no sólo con
palabras sino también con oraciones y en algunos casos con textos
incluida la letra de alguna canción en inglés. Sobre la música
También
hemos trabajado con la música: al comienzo a partir de canciones que los
adolescentes nos aportaban a partir de las cuales analizábamos no sólo
la parte musical sino también la letra de la canción para abordar,
luego, las nociones de autor, cantautor e instrumento musical, las
cualidades del sonido, etc. Respecto a las letras de las canciones, se
trató de aportar un enfoque reflexivo y crítico, pero, promoviendo que
dicha reflexión y crítica fuera aportada por ellos mismos, no tratándoles
de imponer en ningún momento nuestro punto de vista. Procuramos acercarles músicas que por su ritmo y melodía les resultaran cercanas de modo que no sintieran esa extrañeza producto de escuchar algo muy alejado a sus cotidianeidades tanto como canciones que no les resultaron del todo familiares. Por ejemplo, considerando que muchos integran comparsas de la zona (“Kandombe con K” y la comparsa de “Los Bulevares”, “San Fernando del Oeste”) trabajamos con canciones de Alfredo Zitarrosa y de Ruben Rada de manera que niñas, niños y adolescentes profundizaran en el conocimiento de nuestra cultura latinoamericana. Pero también escuchamos y trabajamos sobre música de Beethoven, REM, Mecano, cumbia, etc. Los
niños tomaron contacto con diferentes instrumentos que fueron llevados al
taller: tambores, marimba, xilofón, etc. Por otra parte, construyeron
cotidiáfonos a partir de algunas instrucciones proporcionadas por
Beatriz. Esta actividad les permitió desarrollar habilidades creativas en
tanto con esos instrumentos como con otros que construyeron experimentaron
con diferentes y múltiples sonidos, ritmos, voces, melodías, letras... A
través de la música jugamos, cantamos, pensamos, sentimos,
interpretamos, compartimos, etc.
Sobre la
historia, la geografía y la astronomía Trabajamos
sobre el área de la historia
en varias ocasiones. En una oportunidad propusimos a partir de la lectura
que hicimos entre todos y en voz alta de un cuento de Jorge L. Borges:
“El cautivo”, actividad para la cual todos contábamos con una
fotocopia del cuento. A propósito de este relato se platearon cuestiones
acerca del contacto entre la cultura criolla, la cultura de los
inmigrantes y la cultura indígena. La
pregunta que planteamos y sobre la que reflexionamos fue: ¿Qué sabemos
de los charrúas o de otros habitantes del Río de la Plata?
Los
educandos-educadores pequeños manifestaron por iniciativa propia su interés
por la astronomía y fue interesante el alto grado de participación de
todos respecto a cooperar cada uno con sus conocimientos que estudiaban en
revistas y libros que llevaron a sus casas en préstamo. En sus casas
también prepararon cartulinas con dibujos que hicieron sobre el sistema
solar, las estrellas, etc. Esta actividad fue muy contagiosa porque el
entusiasmo fue transmitido de encuentro en encuentro en el que cada uno
individual o grupalmente proponía el tema de astronomía que desarrollaría
en la próxima reunión. Y al sábado siguiente, respondiendo al
compromiso que habían elegido asumir, así lo hacían. La adolescente que
tuvo la iniciativa en este proceso manifestó que era una forma de
demostrar su motivación ante los encuentros y una forma de aportar al
grupo. Geografía
fue uno de los ejes temáticos elegidos por el grupo. También en este
tema aportaron mucho de sus saberes, sus dudas, inquietudes, preguntas,
materiales didácticos construidos por ellos mismos, por ejemplo, en una
ocasión, Fabio (está en 6to. de la escuela) preparó en su casa y
presentó ante el grupo una exposición sobre rasgos de la historia y la
geografía de Francia empleando un mapa que él confección y explicó al
grupo. El
sábado 21 de agosto se trabajó sobre los Juegos Olímpicos, desde el
punto de vista histórico a partir de su origen en Grecia hasta las
actuales Olimpíadas. Edgardo desarrolló aspectos mitológicos de la Ilíada
y empleó mapas antiguos y actuales de Grecia. En
otra oportunidad, Edgardo aportó libros de fotografías de diferentes
oficios que eran realizados en el Montevideo colonial, lo que nos dio tema
de análisis y reflexión sobre el pasado y el presente.
Sobre los derechos de los niñosTambién
trabajamos sobre la Declaración de los Derechos de los niños (aprobada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1959) y sobre la
Convención internacional de los Derechos del Niño de
1989 adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas.
En los casos en
los estuvo disponible, usamos material donado por UNICEF y abordamos
problemas como el racismo, la exclusión y las múltiples expresiones de
la violencia de género. Por
ejemplo, en una oportunidad propusimos al grupo trabajar a partir del
cuento “El patito feo” y luego de leerlo se generó una “lluvia de
ideas” a partir de la historia cuando reflexionaron sobre cómo trataron
sus hermanos al patito feo: “racismo”, “egoísmo”, “envidia”,
“exclusión”, etc. Actividades
de relacionamiento generadas por el proyecto
-
Se creó el grupo de Investigación PRAXIS URUGUAY (Integrado por
los participantes del proyecto, todavía no terminamos de definir el
perfil de este grupo que se ha ocupado básicamente de difundir las
actividades realizadas en el marco de este proyecto aunque también se han
realizado investigaciones sobre otras cuestiones y se las ha difundido:
impacto del Programa de Infancia y Familia, etc. -
Visitamos «Rescatalibros», una ONG que intercambia libros y que
es financiada por la IMM. Aunque les contamos a los integrantes de la
Comisión Directiva sobre lo beneficioso que sería contar con libros en
calidad de préstamos de esta organización y les hicimos entrega de un
folleto explicativo, no logramos que se hiciera efectivo el vínculo. Hay
que pensar que surge una complicación al tener que trasladar los libros
cuando no se dispone de vehículo. -
Trabamos contacto con Jessica, una joven que va todos los días al
Merendero a ayudar a los niños que tienen dificultades con los deberes de
la escuela. Este es un esfuerzo solidario enorme que merece ser destacado.
Su caso no es el único porque al Merendero también va una señora a
hacer las mismas tareas que Jessica. -
Nos visitaron dos jóvenes que trabajan en el Merendero “Rayito
de Luz” con niños. -
Ruben fue invitado al programa “Los Bueyes Perdidos” dirigido
por Gerardo Bleier con el objeto de contar la experiencia de trabajo. -
Edgardo contó la experiencia en el Seminario de Didáctica
organizado por Ciencias de la Educación (FHCE) que es dirigido por Luis
Behares. -
El grupo fue invitado por la Multiversidad para a dar a conocer
esta experiencia en el marco del año que se le dedica a José Luis
Rebellato. Dispondríamos de todos los jueves a partir de la segunda mitad
del 2005. INFORME
DE GASTOS Materiales
que se compraron y uso dado a los mismos En
marzo se compraron cuadernolas, biromes, lápices y cuadernos de música
para trabajar con los adolescentes y jóvenes que carecen de todo material
para trabajar. Asimismo,
considerando que comenzaban las clases, adquirimos una caja de 100 tizas
blancas y de colores, 40 cuadernos, 6 cascolas, biromes lápices,
carpetas, crayolas, témperas, acuarelas y pinceles, cuadernos de música,
cascola (cola vinílica), marcadores de pizarrón y cartulinas para que
fueran distribuidos entre las niñas y los niños que van a la escuela y
asisten al Merendero. El
17 de abril realizamos la compra (con dinero del proyecto) de un equipo de
música de marca JWIN
JX CD 418 para utilizar en los talleres. También
compramos libros de texto para Enseñanza Secundaria (Primer Año del
Ciclo Básico), diccionarios de Español, diccionarios de Inglés, libros
de Literatura (El Principito, La Ilíada,
etc.), Pinacotecas de arte, textos sobre música y biografías de músicos,
libros técnicos, científicos, de oficios y trabajos y revistas de interés
científico (“Muy Interesante”, “Conozca Más”, etc.),
historietas, etc. Para uso de los investigadores se compraron disquetes y
cartuchos para las impresoras. También se adquirió cocoa, azúcar, pan, dulce de leche y bizcochos para la merienda. Sueldo
de 4 investigadores: 60 U$S
por mes durante 10 meses: U$S 2.400 TOTAL GASTOS: U$S 3.100 (= EU 2.500) |
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