Dios creó a la mujer. Y sonaron como trompetas en el cielo y aparecieron las estrellas, nacieron energías poderosas y se crearon los colores. La belleza de Dios hizo su primera manifestación.
2 Y vio Dios que era bueno en gran manera. Contento sopló y se crearon los pájaros, los peces, las flores y todas las criaturas vivientes.
3 Pero todas las cosas eran todo y nada a la vez porque no había creado aún el Lugar ni el Tiempo. El Universo, las estrellas, la Mujer, las flores, los colores, la luz, las sombras y todo era una sola extensión sin dirección ni sentido. Sin sueño.
4 Entonces Dios movió sus labios y nació el Agua como una inmensa burbuja de cristal flotando en la nada. Y junto a ella el Aire apareció en forma de globo sin fin.
5 Recogió con sus manos un poco de polvo que flotaba en la nada y como un amante alfarero, modeló la Tierra, haciéndole con mucha dedicación y cuidado, salientes para que hubiera bellas montañas y hendiduras formando valles. Puso en algunos lugares alfombras blancas y doradas y en otras verdes, rojizas y amarillas.
6 Perforó Dios la burbuja de Agua para dejarla caer como suave y delicado manto sobre la Tierra. Y la Tierra besó y bebió. Bebió y besó acunando mucha Agua en sus valles y hendiduras.
7 Con una caricia Dios colocó el Aire por encima de la Tierra y del Agua que la Tierra había acunado. Soplando apenas, hizo que el Aire y el Agua jugaran como niños en rondas y remolinos.
8 Y encendió Dios un fuego gigantesco para que calentara a la Tierra y mucho durara y lo llamó: Sol.
9 Colocó Dios una a una las estrellas en el Universo. Cada una en su lugar y cada una encendida con colores diferentes para indicar caminos.
10 Y puso Dios, como gotitas de rocío, puntitos de su Alma en todas las cosas que había creado. Cada cosa fue adquiriendo su espacio y la forma que Dios le había dado. Entonces las estrellas y todo el Universo comenzaron a moverse con un canto profundo, del que aún hoy se escucha su eco, el canto del Corazón de Dios.
11 Fue la segunda manifestación de su grandeza.
12 Con su música latiendo esparció sobre la faz de la Tierra todas las flores. A los peces depositó en el Agua como las estrellas en el cielo. Abrió sus manos y los pájaros volaron por el Aire. Y a las demás criaturas tocó Dios con la yema de sus dedos para que anduvieran sobre la Tierra. Y como los rayos de un destello, marcharon hacia todos los rumbos.
13 Y Dios habló a la Mujer: No es bueno que estés sola, por lo tanto serás una parte de la unidad capaz de albergar pequeñas partículas de mi espíritu. Y dicho esto creó al Hombre.
14 Hubo un enorme alboroto de alegría de todo lo viviente. Ante ellos otro prodigio de Dios: Dos seres iguales y distintos a la vez.
15 Como vio Dios que tanto gustaba lo que había hecho, le creó a muchas criaturas su igual y distinto a la vez.
16 Reunió Dios a todas las criaturas vivientes y frente a ellas y para que todas las cosas fuesen, antes y después, eternas y tengan comienzo y fin en si mismas, creó el Tiempo.
17 Todos sintieron una suave brisa que acarició sus cuerpos desde la cabeza a los pies, dejando pelos, plumas, escamas y todo lo que recubría los seres vivientes, alineados en un sentido.
18 Y ante los ojos de toda criatura, de la Mujer y del Hombre, el Sol comenzó a bajar para besar la Tierra. Y cuando esto hizo, se ruborizó el horizonte.
19 Con el beso del Sol a la Tierra nació la Noche cubriendo todo lentamente con un manto muy azul.
20 Y las estrellas aplaudieron titilando con más fuerza cuando Dios puso un velador debajo del manto oscuro al que llamó: Luna
21 Se cumplió el primer día del encanto de la Creación.
22 Y Dios habló a la Mujer y al Hombre: Para que disfruten y aprecien la belleza de sí mismos y de mi Obra, tendrán sentimientos y Voz.
23 Por primera vez se observaron frente a frente la Mujer y el Hombre.
24 Cuando el Hombre, admirado de la Obra de Dios, pronunció la primer palabra, un estruendo conmovió los cielos y la Tierra. Pero nadie tuvo miedo porque no existía el miedo. Los pájaros dejaron de volar, las criaturas terrenas de andar y los peces dejaron de moverse para escuchar.
25 Dejó Dios que tras la Voz naciera el Silencio para que el Hombre y la Mujer supieran el valor de lo uno y lo otro.
26 Luego del silencio una suave y finísima melodía comenzó a pintar la piel de la Mujer. Dios sonrió y nació el Amor.
27 Y la Mujer sintió y el Hombre sintió. Y era tan grande lo que sintieron que Dios diferenció a la Mujer y al Hombre de los demás seres vivientes y les llamó: Humanos, en tanto fueran custodios de la Voz y la palabra y con ella crearan.
28 Y dándole Dios el Pensamiento a la Mujer y al Hombre, les dijo: Lo que abran con ésta llave, lo han querido y por lo tanto lo tendrán.
29 Y haciéndoles mirar lentamente a su alrededor, hacia el Este y el Oeste, el Norte y el Sur, hacia los abismos y hacia el cielo les dijo: Éste es Mi Universo, vuestro Universo. Queda por ver todo lo que no veis fuera y dentro vuestro.
30 Y extendiendo sus manos donde acunaba una luz de bellísimos colores, Dios les entregó la Razón. Para que con ella vieran donde los ojos no ven, para que encontraran donde las manos no encuentran, iluminaran donde no hay luz y oyeran cuando sus oídos no escuchen.
31 Y puso el Universo en un grano de arroz, en una espora de polen, en un pequeño grano de arena, en un pétalo, en el ala de una mariposa, en las estrellas del cielo y en todas las cosas puso el Universo y caminos para conocerlo.
32 Y la Mujer y el Hombre se hicieron como un átomo en un grano de arroz, y en la espora de polen y se hicieron gigantes en las montañas y océanos; y se hicieron árbol y pez; miraron de frente al Sol, y vieron lo invisible de la Luna.
33 Y a esta danza de búsquedas y encuentros, de admiraciones y sorpresas, de regocijos y alegrías la Mujer y el Hombre llamaron: Ciencia. Mucho recorrieron la Mujer y el Hombre antes de conocer criaturas vivientes en otras partes del Universo, el Universo de Dios, el Universo de esas criaturas, su Universo. |