Entre mi vino y tu |
Por ti, dejé mis vicios el juego, el café y mis amigos. Por tu amor, los deje lejos y ya no conté domingos. Tantos años los dos y nunca te di reproche. Nunca hubo hijos pedidos y él cariño nunca fue derroche. Te amé como a una Virgen y nuestro amor, siempre fue salvaje. Los hechos, a veces tienen raros designios en su mensaje. Solo mí amigo más dilecto, nos acompañó en nuestro nido. Tú sabías que era perpetuo, mi amistad por el vino. Este amigo nunca fue negociable, él, tu y yo, fue el trato. Para ti, nunca fue amigable, tanto amor y sin contrato. De pronto, todo se rompió, que yo eligiera me dijiste. Y mi corazón se partió, pero allí, tú me perdiste. Me besaste por última vez y me diste a elegir destino. Largo rato, te mire a través de mi medio vaso de vino. Tal ves tu en tu soledad, mi recuerdo, te provoque lágrimas. Siempre te dije la verdad, todo por ti, mi vino jamás. Mis brazos, formaron nuestro nido y dije, que nunca te abandonaría. Hoy, me has echado al olvido pero él, me hace compañía. Anoche soñé, tu rostro amado y desperté mirando al camino. Ya tengo mi vaso colmado y con él, mi verso termino. |
Juan
Ramón Pombo Clavijo
Del Libro “Mi verbena”
5 de febrero de 2002
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