Cuando en un encuentro de juventudes judías del Río de la Plata, en el que participaron miembros de los distintos movimientos sionistas, se consultó sobre cual era la novela contemporánea que más recordaban, un número mayoritario de ellos menciono “la gesta del marrano”. Este relato histórico escrito por el reconocido Marcos Aguinis en la década pasada, se compone de 144 capítulos donde el autor narra las peripecias de Francisco Maldonado Da Silva, un judío converso que fue condenado a la hoguera en tiempos de la Inquisición en el continente americano.
Maldonado fue un médico que ejerció su profesión en territorio chileno en medio de las persecuciones que ejercían los tribunales de fe en el mundo hispano. El territorio trasandino fue una de las zonas de residencia preferidas por los criptojudíos (conversos) y en especial el sur resultaba inexpugnable para los controles teológicos que imponía la Corona. La lejanía de los centros religiosos del poder represivo de la época lo transformaban en una de las zonas más seguras para los judíos que ocultaban sus verdaderas tradiciones.
Son muchas las personalidades –con sangre mosaica- que se destacaron en diversas actividades del país. Los orígenes, las actitudes, los pensamientos y en ciertos casos el accionar permiten afirmar a los investigadores del tema, que la presencia marrana en los albores de la nación chilena es de gran significación.
Si bien el territorio chileno no registró la existencia de los llamados tribunales de fe, como los existentes en Lima, Cartagena o México, si participaron en el los llamados órganos inferiores dirigidos por comisarios que junto a notarios y alguaciles del régimen controlaban la situación en carácter de delegados y enviaban a las referidas ciudades a aquellas personas que consideraban condenables. El creado en Lima en 1570 era el que tenía competencia en Chile. El mismo funcionó hasta el 18 de Setiembre de 1820. Cesó su actividad por mandato del último virrey del Peru. Años antes se había intentado por parte de las autoridades chilenas recortar los recursos a fin de dificultar el funcionamiento de la mencionado magistratura.
Diego García nacido en Cáceres, España, en 1517, fue amigo y albacea del fundador de la ciudad de Santiago, Don Pedro de Valdivia. Ocupó los cargos de regidor perpetuo del cabildo, alguacil mayor, alférez real, alcalde ordinario y procurador de Santiago. Se unió a la reconquista del país y como premio a su accionar el propio Valdivia le entregó una hacienda denominada “Illapel” en el valle de Choapa, en la comarca de Valparaíso, latifundio que permaneció en manos de los herederos de García hasta el siglo XX. Rodrigo de Orgoñoz o Orgoñez, hijo legitimo de Alonso
Jiménez y Beatriz Dueñas, adoptó el nombre de Orgoñoz, nació en Toledo en 1505, sirvió como teniente general en la expedición de Diego de Almagro, primer conquistador del pais. Fue capitán general y marques y solicitó a la corona que lo declare adelantado y le permita usufructuar un área de la costa continental. Cayó en la batalla de Salinas luchando junto a Almagro. Francisco de Villagra nacido en Santarves de Campos en 1511 fue gobernador del país en tres oportunidades, su abuela materna de nombre Isabel Madurra era una reconocida
judía. Falleció en 1563. Pedro de Salcedo quien fuera conquistador de la araucania junto al referido Valdivia desempeñó los cargos de notario en el poblado de “La Imperial” y fue administrador de impuestos de la ciudad de Concepción.
La economía y la cultura de la época también tuvieron vestigios de sangre hebrea. Alonso de Ercilla nacido en 1533 fue un afamado poeta, autor de “La Araucana”,un poema épico que exalta las luchas que se produjeron en la guerra de Arauco contra los mapuches. Francisco Guidel, nacido en Sevilla en 1518, fue consejero y recaudador de impuestos de la ciudad de Concepción de la cual es considerado uno de sus fundadores. Se lo reconoce como judío por escritos privados que mantenía en su hogar. Se afirma que en sus declaraciones expresaba la llegada del Mesías para su redención. Alonso Alvarez se desarrolló como contador de la real audiencia, tesorero y fiscal de la ciudad de Concepción. No menos reconocido es la figura de Jerónimo Luis de Cabrera a quien el reino de España le solicito la fundación de una ciudad al norte de Santiago. Incursionó en territorio chileno en busca de nuevos caminos de explotación para la corona y finalmente fundó la ciudad de Córdoba en la República Argentina el seis de Julio de 1573.
La existencia de “conversos” ha llevado incluso a determinadas iglesias contemporáneas a considerarse descendientes de ellos. En las provincias de Cunco y Caracautin la llamada Iglesia Israelita o Bnei Sion es una pequeña comunidad étnico religiosa que durante siglos intentó una sinergia entre el judaísmo y el cristianismo. Este grupo se desarrolló en Chile y en el sur del territorio argentino y sus integrantes respetan el shabat, la festividad de Pesaj y el Iom Kipur. Durante el primer congreso sudamericano sionista en el año 1919 adhirieron al mismo mediante una misiva suscripta por setenta familias .Se autoconsideran el pueblo de Dios, utilizan la simbología judía en sus rituales y se los denomina sabáticos y cabañistas por el mantenimiento de dichas tradiciones. Su accionar posibilita un real acercamiento religioso entre cristianos y judíos y decenas de ellos aspiran a un futuro en tierra santa.
Sin embargo es indudable que de todas las referencias históricas, la de mas repercusión es la de Francisco Maldonado Da Silva (autodenominado Eli El Nazareno). Este galeno nacido en la ciudad de Tucumán en 1592 en el seno de una familia conversa, estudió en Lima y ejerció su profesión en Concepción, fue el primer doctor diplomado en el país, sus estudios se completaron con una especialización en cirugía. Tras su graduación se radicó en territorio chileno y ejerció la dirección del hospital San Juan de Dios. Se casó con la ahijada del gobernador y atendió profesionalmente al obispo de la ciudad. Su introducción al judaísmo se produjo a los dieciocho años de edad luego que su padre y sus hermanas se convirtieran al cristianismo. Tras los intentos fallidos de Francisco de convencer a su hermana Isabel sobre la importancia de mantener la fe judía, ésta lo denunció en 1626 por sus prácticas hebreas, afirmando que era respetuoso del sábado, utilizaba vestimenta y mantenía una alimentación especial además de ayunar en determinadas fechas.
Resulta particular el hecho de que Maldonado nunca recibió formación judía ni contó con referentes que le dieran pautas en ese sentido. La lectura e investigación permanente lo transformaron en un admirador de Shlomo Halevi, Maimónides e Ibn Gvirol y su devoción a la causa lo consagraron como un memorioso recitador de pasajes de la torá y los salmos. Tras la denuncia realizada por su hermana, fueron secuestrados sus bienes entre los que se contaban numerosos libros y escritos judíos. La postura que tomó ante el tribunal de fe fue calificada de “pertinaz”, en contraposición al llamado “judío pusilánime” que tras distintas presiones reconocía y abdicaba de su condición. Maldonado desafió en numerosas instancias las llamadas disputas teológicas, expresando “yo soy judío y profeso la ley de Moisés, por ella he de vivir y morir”.
Tras doce años de prisión y un ayuno que menguó sus fuerzas fue condenado a la hoguera como “hereje judeizante” el 23 de Enero de 1639 a los 46 años de edad junto a otras once personas. Reportes de la época afirman que se dirigió hacia su último lecho con diversas escrituras colgadas de su cuello y bajo la expresión”esto lo ha dispuesto el Dios de Israel para verme cara a cara desde el cielo”
En uno de sus escritos privados que dirigió en latín en 1633 a la Sinagoga de Roma nos deja una lección de vida cuando afirma “Amad la misericordia y la justicia. Dad con largueza vuestra limosna a los prójimos pobres...Temed a Dios y amadlo con todo vuestro corazón para que proteja a vosotros y a vuestros hijos después de tu existencia... Defended su verdad, elegid para vosotros la vida”.
El conocimiento de los jóvenes de este personaje mantiene viva la llama de nuestros orígenes en el desarrollo de estas latitudes.
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