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Porque salgo a ganarme el pan
día tras día
tal vez pueda decir en canto
muchas cosas.
Que tengo el corazón
hecho de alondras
y una tristeza antigua
me lo vistió una tarde.
Que levanté mi casa con alondras
y anduve por la palabra
amor y madre
y nunca pretendí
una escalera
recostada a un tiempo que se escapa.
Que no me interesó
ser política para aplastar
la voz en un fracaso,
ni me importan medallas
que otorgan los ministros
que pasan como un tren rápido
por vías de cenizas.
Que la campana suena
en cada amanecer
y debo inaugurar
un ademán, un peinado,
una sonrisa
para aquel que comparte mi labranza.
Que a veces veo
a un niño de luz entre mis sombra
y que algún día
la estrella tendrá otra claridad
entre la espesa niebla de los hombres
que viven, andan y prometen
un espiral de nubes
que se vuelve el espejo de un cielo
renovado.
¡ Tal vez un día llegará
que se vistan de asombro, las estatuas ! |