|
Son los desheredados
en la pujanza de la superación,
frutos de carne viva que pagan la miseria.
Son lo que traen el tatuaje
de la triste ceguera
y deben soportar los latigazos del invierno.
Descalzos Y con hambre
buscan el lirio con la piel de espuma
desconociendo las sábanas de lino
y las mullidas camas.
Salen a compartir las calles
en la aventura de juntar monedas
entre sus malabares y ramitos de flores.
No saben de los "Reyes", solo alcanzan,
a morder con inocencia la lunanueva azucarada
y acunar en el sueño, el color de los dIas
que vencen las esperas.
Son los niños de la calle,
ángeles gavioteros que planean
apuntando a las estrellas
con flechas de esperanza.
Son ¡héroes! en la batalla de lo insospechado;
vencedores entre la vorágine,
de tanta ambición e indiferencia.
Son lo que han de crecer
para tender la mano.
asirse a los pedales del trabajo,
aprendiendo el lenguaje de la convivencia.
Y van como eslabones de hogares desvalidos
-sin barreras -
en orillas de las aguas del tiempo
entre el dolor quemante
con su derroche de luces y estampidas,
de festejos y .ansiedad desenfrenada.
ANGELES GAVIOTEROS PLANEADORES QUE ANDAN,
luciendo sus medallas de niños pobres en el corazón.
Son los que rescatamos para izar en el tiempo,
¡la alegría de vivir! |