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Al enfrentarnos al tiempo transcurrido que nos hace ver la actual problemática social planteada en " Pan y Zapatos" publicado en 1968, concatenado con la temática de la "La Garra del Halcón", consideré oportuna su reedición ya que en su contenido se concreta la realidad conmovedora en el desnudamiento de la palabra con que fue escrito.
En esa vigencia, las situaciones arrancadas del medio cotidiano y la constante observación, traducen en el animismo los ritmos del toque de atención que permitieron ir al encuentro socializante.
Los poemas fueron escritos entre ¡tantas tareas! -incluyendo responsabilidades del hogar en el entorno familiar, la lucha por la subsistencia con sus horarios de oficina y otros compromisos ineludibles, apoyados en la fe y renovada esperanza, -en los que palpábamos de cerca las ya imperiosas necesidades, sintiendo como acto de justicia la convocatoria a superar el inusitado destino de la marginación, así como la situación de los niños rehenes de la pobreza. Cada tiempo va señalando los escalones hacia la resolución de las múltiples problemáticas, pero la criatura humana sigue sufriendo aún más, el desgaste producido que nos ha condenado a la violencia, el hambre y la barbarie.
En la simplicidad y sin oscurantismo acerqué y acerco los latidos de mi corazón en el miraje hacia soluciones estabilizadoras con el reclamo auténtico que todos sentimos, a pesar de las diversas contrariedades. Este querido "Pan y Zapatos" lleva en su cabalgadura la premiación anual del "Salón Juana de América", firmada por mi insigne amiga Juana de Ibarbourou ,una razón más para el recuerdo de su alma generosa.
Por ello, desde un pasado-presente, urgen los afanes de equidad, justicia y amor, planteados hace más de treinta años. El poema es una llave de luz que abre puentes al corazón. Dejo pues en el vuestro todo mi sentir, augurando tiempos de paz y fraternidad.
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