La espera

La tierra recién nacida espera
que despiertes, que veas,
que toques con tus manos
arcoiris y cielos.
Como un labriego loco
que besara la tierra,
antes de hundir su arado,
yo te invito a que vengas
a ver la tierra pura,
la tierra por la lluvia
lavada y perfumada.
La voz de Dios bajando
desde la lluvia lenta,
cayendo sobre el pueblo
amarillo de sueño.
Ven conmigo a mirarte
caer por los sembrados
como una lluvia lenta.

Saúl Pérez Gadea
Texto publicado -en carácter de separata y como "poema ilustrado"- por la revista Cuadernos de Granaldea , en diciembre de 1981.

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