La creación |
En voluntad de formas, de las manos de Dios crecen, los ángeles; criaturas del orden, definen las presencias antes que el alto día las descubra. Este mundo primero, por el amor despierta y por el tacto su límite sumiso; nocturno y por el sueño lo increado se ordena para el aire. Los ángeles se afanan y las manos de Dios crecen orillas; el mar ciego de peces, en sus límites canta y las cosas se aprestan para el nombre. Todo fijas su sitio, aproxima su rostro de inocencia; defendida en el tacto cada forma es la puerta, desvelada y segura, de lo múltiple. |
La creación
Sebastián Peñasco
Asir N° 19/20
Diciembre - Enero 1950/51
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