La mujer de Marcelo Santos
Juan Carlos Patrón

Otro episodio memorable de aquellos tiempos heroicos fue el que protagonizó en Goes y Figurita, hoy Garibaldi, Marcelo Santos en la época del dictador Lorenzo Latorre. En ese cruce existía una pulpería, muy a menudo escenario de duelos criollos entre guapos que no daban un paso atrás aunque costara la vida sostener la arrogancia. Allí Marcelo Santos peleó a suerte y verdad contra la prepotencia de un integrante del cuerpo de Serenos de la Policía. Y fue su facón el que cortó de un tajo la vida del uniformado. Después se refugió en su casona de piedra ubicada en Figurita y Reducto y durante cuatro días resistió el asedio policial. Se cuenta que, furioso el dictador, ordenó que al alba del quinto echaran la casa abajo, a cañonazos. Pero no hubo necesidad porque durante la cuarta noche, se abrió lentamente la puerta y la silueta de un hombre alargó una pistola en señal de rendición. Los sitiadores recibieron el triunfo con gritos de alegría. Cuando alguien aproximó la incierta luz de un farol, se comprobó que el preso... era una mujer con ropas de hombre y gacho negro. La esposa de Marcelo Santos, heroicamente, se había expuesto a la muerte para ganar tiempo y permitir que su esposo huyera saltando pitas y tunas a lo largo del camino Juan de Toledo, después llamado de los hermanos Goes y actualmente Avenida General Flores. Por esos tres nombres y una sola senda verdadera, el último día de 1812, retrocedió e! ejército español de Vigodet, derrotado por los criollos en el Cerrito, que por eso pasó a llamarse de la Victoria.

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