Buena suerte
Julio César Parissi

El pibe la ve venir por la vereda y cuando se enfrentan, la saluda. Ella hace como que no lo escucha. Él se le pone a la par y empieza a hablarle, pero ella ni lo mira. Al llegar a la esquina, ella se para.

—¿Qué querés? —increpa, seca y distante.

—Nada. Acompañarte.

—¿Y? —vuelve a preguntar, y luego continúa caminando. Él va detrás y sigue hablándole. En realidad, no sabe bien que le dice, pero larga palabras. Ella se detiene, de nuevo.

—¿Vas a seguirme toda la tarde?

El pibe le roza el brazo con su mano.

—Te invito a tomar un café —le dice.

Ella duda, lo mira a los ojos por primera vez y casi se sonríe.

—Bueno —responde.

Él la toma del codo, con suavidad, y la conduce; ella se deja conducir.

—Hoy es mi día de suerte —le dice el pibe a la chica.

—Hoy es mi día de suerte —piensa ella. Pero no dice nada.

Julio César Parissi
De "Breves cuentos porteños"

Ir a índice de Narrativa

Ir a índice de Parissi, Julio César

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio