Estrictamente Autorreflexivos |
Los
poemas presentados, escritos entre 1984 y 1999, tienen en común que se
refieren a sí mismos. Por ello se les llama poemas autorreferenciales
o autorreflexivos y caen de
lleno en la órbita de la poesía pues, al hablar sobre sí mismos y al
afectar el significado del texto, generan ambigüedad. Lo ambiguo y lo
autorreflexivo son, sin duda, las marcas de lo poético. La ambigüedad se
refiere a la transgresión de las normas y códigos de la lengua que hace,
entre otras cosas, que un texto pueda ser interpretado de muy diversas
maneras. Es decir, no hay significaciones impuestas y/o taxativas. Pero,
la ambigüedad, sólo afecta la significación del texto. Cuando la
desviación afecta tanto al significado como a la forma de la expresión,
es decir, la manera en la que se expone el texto, éste se vuelve
autorreferencial. Al
igual que las definiciones de los diccionarios (que son unívocas) casi
todas las adivinanzas (que son ambiguas) son textos autorreflexivos. P.e.,
si digo:
"¿Con
qué letra empieza poesía y termina?" se
aprecia que, por lo menos, tiene dos sentidos. Al igual que en este cuento
popular: "Una
paloma estaba volando y se encontró con unas nubes que estaban lloviendo.
Se acerca a una de ellas y le preguntó: ¿Dime, nube, qué haces? Y la
nube le respondió: ¿Yo? viendo!" En
cambio si digo:
"Esta frase tiene cinco palabras" se
aprecia la autorreferencia pero la poesía está ausente por falta de
ambigüedad. Si
analizamos el clásico ejemplo del Gertrudi Stein:
"una
rosa es una rosa es una rosa" vemos que, superficialmente, sólo se aprecia un exceso de redundancia, de repetición. Se respeta el código lingüístico (no se dice: "una es rosa"). Sin embargo, luego de la primer redundancia, comienza a surgir la ambigüedad porque esa definición reiterada de "rosa" no se adecua al saber social, para el cual una "rosa" es simplemente una "rosa". "Una rosa es una rosa" puede admitirse pero "una rosa es una rosa es una rosa" excede los límites del sentido común. Así, el exceso de redundancia altera, también, el nivel del contenido y el texto se vuelve autorreferencial y ambiguo. Se llega, así, a la situación típica de todo poema: "comunica demasiado y demasiado poco", según la feliz caracterización de Umberto Eco, abriendo un mundo de sentidos y significaciones que hará real la libre opción del "lector" a interpretar el texto de acuerdo a su nivel de conocimientos y experiencias personales, certificando la funcionalidad estética del poema. |
Clemente Padín
"La poesía es aiseop aL"
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