Morada móvil 
Autor: Tatiana Oroño

Exhortación a habitar una morada móvil
Por Germán Machado Lens

En la colección mentor de poesía, de la editorial artefato, apareció un nuevo libro de Tatiana Oroño (*) titulado "morada móvil". El libro compendia distintos textos, texturas y ritmos, prosaicos y poéticos. Por momentos, la prosa poética de esta "morada móvil" se hace concentrada y exigente, planteando un juego de movimientos circulares y autorreferenciales que sorprenden al lector haciéndolo ir y venir sobre las ideas y los sentimientos de una mujer que escribe sobre su experiencia interior, y que a la vez, redundantemente, escribe sobre la experiencia interior de querer escribir sobre la experiencia de una mujer que escribe.

 

En efecto, se trata de una escritura que se pliega y repliega reflexivamente, hacia delante y atrás, como una sierpe que se engulle por la cola. El lector se ve gratamente empujado a detenerse y avanzar sobre el fluido de una escritura-lectura espiralada. Y digo fluido para ser fiel a las palabras de la poeta. El libro se abre con el poema Tarea en entredicho, donde Tatiana Oroño proclama su vocación poética de orillar la totalidad de los hechos que conforman el mundo, siendo testigo que da cuenta de una experiencia vital: Dar cuenta involucrar / los hechos probarles / la existencia / de palabra. Y al suscribir esta tarea entredicha, Oroño reconoce que hay una totalidad inasible que, en su forma, en su estado de yección-en-el-mundo, escapa de lo previsto y asume su no correspondencia, su desfase, su transitoriedad y mutabilidad respecto del pro-yecto de una totalidad armónica.

 

No en balde, este libro se cierra con otro poema, El deseo, donde la autora manifiesta acertadamente la circularidad en movimiento de esta obra. Allí, retomando el mismo verso del primer poema del libro (verso que diera título en su oportunidad a la antología bilingüe editada en Marsella, Francia, en el 2002), vuelve a decir que todo tuvo la forma / que no tuvo, pero ahora recalca que, en la totalidad abierta (o mejor dicho: no-cerrada-y-no-fracasada-del-todo), persiste el deseo: una forma fluida / un amarre de aguas, donde lo vivido y registrado en la piel de la mano que escribe, asume la existencia de algo todavía no advenido, para cuyo hospedaje resulta necesaria una morada móvil. Y valga el oxímoron del título, pues aquí también hay la costumbre (mor) de no acostumbrarse a la cerrazón y la linealidad estática del horizonte, y la lucidez que reconoce en lo que hay, lo que aún falta.

 

La casa de Tatiana Oroño "su mundo habitable de mujer, que cupo varias veces en cajones" en tanto metáfora, abre un espacio discursivo (y un punto de vista) desde donde es posible vislumbrar las tareas siempre por cumplir. En la casa, que no deja de ser móvil: El pie del ojo apoya en lo que falta. Por eso la poeta migra, nace y desnace. Puede ir hacia atrás y reconocer el paso / de ceniza / de lo que pasó durante la dictadura y su "inxilio"; o ir hacia delante, hacia el futuro esperanzado, pero sabiendo que la verdad es más lejos. Puede ir hacia atrás, a hablarnos de su madre, y caer en ese cántaro. Decaer en el pie de esa fe. O ir hacia delante, moviendo las cuentas en el ábaco, para contar los hechos y hablarnos, descarnadamente, de la hija que nace para sumar dos donde antes había una. En estos recorridos, ir hacia atrás puede ser una forma de buscar el futuro anunciado, e ir hacia delante puede resultar una forma de buscar (infinitivo) el devenir de las huellas que estuvieron. En ambas experiencias, como lo escribe en el poema Beso, no se conoce el mapa ni el camino, ni su pasar de antes a después.

 

Hay textos en este libro que se mueven como enredándose en la sólida densidad de la prosa. Otros, en cambio, parecieran dejarse caer en un andar / a decir que no anda, tropezando en blancos de silencio y deslizándose en aperturas abismales de una poesía que tajea el aliento, que logra escribir en el aire. El libro sostiene, en estos últimos textos, la voz poética más característica e identificable de Tatiana Oroño.

 

En su decir poético orillero, Oroño asume abiertamente el discurrir ancestral de una sórdida lucha entre los géneros masculino y femenino: a veces sutil, a veces violenta. Y toma posición en esa lucha, echando cuerpo a marcha forzada. Uno podría pensar que la mujer no puede salir indemne de esas luchas. Que eso es un desgaste para cuerpos y almas, sensibilidades e ideales. Seguramente es así. No obstante, la poeta ha aprendido a mantener el cuidado de sí para estas lidias. En el penúltimo poema del libro, velo por mí, pareciera condensarse y estallar toda la tensión que se fue juntando en las idas y venidas de los treinta textos, y de las múltiples luchas cotidianas, que lo anteceden. La poeta nos habla entonces del desgaste que emparenta lo dispar muele la cáscara tritura los relámpagos, frente al cual, ella construye su capullo / de añarse de añejarse, y lo hace como una tarea natural, tejiendo una membrana que la enjoya.

Germán Machado Lens 
(Montevideo, 1966): Escritor de poesía. Se desempeña como investigador y coordinador de programas en el Centro Cultural Dodecá. 

(Poesía Uruguaya) 
ARTEFATO EDICIONES
Colección mentor de poesía 
(al cuidado de Leandro Costas Plá y Martín Fernández Buffoni)
Montevideo, Uruguay, 2004
48 p.; 16x12 cm. ISBN 9974-7872-0-3

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